Jaime Munguía le dio la revancha a uno de los vaqueros, en este caso a Johnny Navarrete y la pelea dio un espectáculo interesante.
Munguía llevaba un físico bien trabajado y se le veía poderoso.
Navarrete desde el inicio buscó establecer una estrategia que le permitiera estar cerca y con las manos llenas de golpes.
Sin embargo no contó con que Munguía lo atajaría desde el principio y no lo dejaría atacar.
A Munguía se le puede reconocer que tiene una pegada de respeto por el modo en que Navarrete rebotaba contra los puños.
De repente se plantaba para buscar el intercambio y conseguía buenos impactos, pero Munguía ponía distancia para atacar.
El terreno corto le funcionó más al «Vaquero» porque, sin importar que es más bajito que Munguía, lograba conectarlo a la cara como si tuvieran la misma estatura.
Munguía sufrió esos impactos pero por ese mismo problema que se le presentó impuso su distancia y fue donde empezó a sacar mejores resultados porque Navarrete ya no lo alcanzaba.
Navarrete se fue la lona en el tercero por una combinación poderosa de Munguía: un recto que le abrió la guardia a Navarrete y luego un volado que lo mandó a la lona.
Pero Navarrete es un hueso duro de roer.
Se levantó con ganas de mantener el paso y el combate para buscar redimir su anterior derrota con Munguía.
Pero la tónica del combate se mantuvo del lado de Munguía. Cada vez sus golpes comenzaron a ser más contundentes en la respuesta del cuerpo de Navarrete porque el «Vaquero» salía disparado o su capacidad de reacción ante el ataque empezó a ser más lenta.
Ya en el cuarto round Navarrete dio muestra de no poder seguir con el combate y el réferi intervino para terminar la pelea y darle así el triunfo a Munguía por nocaut técnico.