En mi último artículo dejé clara mi postura respecto a los prolegómenos de esta separación de marcas: WWE ha propiciado una guerra injusta desde el comienzo entre Raw y SmackDown. Mientras el show rojo tiene el elenco más amplio y valioso (Seth Rollins, Roman Reigns, Sasha Banks, Finn Bálor, Kevin Owens, Sami Zayn), el azul anda algo escaso de verdaderos futuros estelaristas (Dean Ambrose, Bray Wyatt).
Pero no sólo en nombres la balanza se desequilibra, ya que los títulos también contribuyen a esta parcial dicotomía. Stephanie McMahon controla los designios del Campeonato de los Estados Unidos (actualmente ostentado por Rusev), el Campeonato Femenil WWE (Banks), el Campeonato Mundial de Parejas WWE (The New Day) y a partir de SummerSlam, el Campeonato Universal WWE (Rollins o Bálor serán sus primeros portadores). Por su parte, Shane McMahon se apuntó un valioso tanto con la victoria de Ambrose en el primer SmackDown Live para retener el Campeonato Mundial WWE, y así contar con otro cetro además del Campeonato Intercontinental (en manos de The Miz). El marcador se queda en 3-2.
Por tradición, SD guarda los dos títulos con mayor prestigio de la historia de la compañía, pero esto no evita el hecho de una clara desventaja. Se habló de la creación de nuevos cinturones para equilibrar la situación, y según el rumor publicado en el día de hoy por Cageside Seats, los planes para ello no se efectuarán hasta después del mayor evento del verano en WWE. Al parecer, la razón primordial se basa en que los oficiales no quieren llenar el cartel de duelos por títulos vacantes.
Se trata de un motivo coherente, pero la preferencia por Raw sigue sintiéndose en el ambiente tras cada decisión tomada. Sólo habrá un combate por un nuevo título, y casualmente, este es exclusividad de la marca predilecta, a fin de darle un empuje enorme bajo el contexto del segundo PPV en importancia dentro del calendario de WWE. Lo que reafirma la certeza de que el Campeonato Universal WWE ocupará el puesto estelar de las 4 horas de SS 2016. ¿Queda claro entonces por cuál de las dos facciones se está apostando en este arranque de la nueva Brand Extension?
Teorizaciones aparte, el rumor habla de dos cinturones específicos para la división femenina y la división de parejas; movimiento lógico ante el oasis titular en estos ámbitos. Así que Backlash 2016, primer PPV exclusivo del nuevo SD, puede ser escenario de dichos combates inaugurales. Recordemos que tendrá lugar el 11 de septiembre en el Richmond Coliseum de Richmond (Virginia), tras 7 años de ausencia en la programación de WWE, y que lo único probable para entonces es que John Cena se lo pierda.
Hay potencial en el elenco del show en discordia para ofrecer buenas disputas en torno a las dos futuros campeonatos. Becky Lynch apunta a ser la mujer top, con Natalya, Carmella y Alexa Bliss secundando sus pasos. Presumiblemente, American Alpha realizará grandes hazañas cada martes, y WWE debe tener depositadas grandes esperanzas en la dupla, mientras que Zack Ryder & Mojo Rawley y Breezango brillarían con un adecuado empuje.
Pese a ello, sobre el papel, siguen viéndose como nombres de inferior status a los de las homólogas divisiones de Raw: Banks, Charlotte, Paige, Nia Jax, The New Day, un futuro Bálor Club, Enzo Amore & Big Cass… Esperemos que a partir de Backlash se giren las tornas y la guerra de marcas quede en una posición más amable para SmackDown, ya que parece que el equilibrio es imposible en esta nueva era.