Como muchas historias que comienzan con perplejidad, en un principio nadie sabía cómo tomar la extraña historia del gerente rudo de Monday Night Raw. Aunque con el paso del tiempo, pudo demostrarse que acabó siendo otra de esas ideas que WWE lanza sin paracaídas y caen por su propio peso.
Durante 13 meses, de junio de 2010 a julio de 2011, un ente indeterminado dictaba las normas y decisiones de la marca roja (a menudo bastante intrascendentes), enviando correos electrónicos a un ordenador situado en un atril. Cierto sonido cargante golpeaba la arena y a continuación, la no menos cargante voz de Michael Cole, habitualmente, se hacía eco de esas decisiones. Así contado a un no asiduo de WWE, ya suena desosegante, pero es que sobre el papel resultaba aún más insulso. Un año después de ser abandonada, la gran idea retornó en julio de 2012, revelando que detrás de aquella figura paternalista se escondía nada más y nada menos que Hornswoggle.
Debido a la destitución temporal de La Autoridad, como resultado del combate estelar de WWE Survivor Series 2014, ese tañido regresó por una noche anunciando que «traería de vuelta el orden a WWE», aunque nada más se supo. Esta vez no quiso darse ningún nombre, tal vez por vergüenza torera de los creativos.
SÚPER LUCHAS, siempre atenta a todas las vueltas de tuerca que se produzcan, informó hace unos días que el plan para Hornswoggle constituía un guión digno de John Waters. Pese al ahora sabido visto bueno de Vince McMahon a esta memez, afortunadamente todo quedó en una intencionalidad. Por cortesía del ex guionista de WWE Kevin Eck pudimos obtener buena cuenta de la noticia.
WrestleZone publicó ayer que la idea original para la historia de marras, antes de que todo tornase en broma, era algo distinta. Eck finalmente ha desvelado que la primera opción, y que al parecer él mismo puso sobre la mesa, pasaba por Kevin Nash. En aquel momento, «Big Sexy» mantenía contrato con TNA, de ahí que la identidad del supuesto gerente debiera mantenerse bajo siete llaves. Una vez que ese contrato con la competencia hubiese expirado, se habría revelado entonces su nombre. Sin embargo, estos designios se descartaron antes de que Eck firmase oficialmente con WWE.
Nash acabó teniendo su regreso a la compañía en el verano de 2011, pero en un ángulo con CM Punk —posteriormente envolviendo a Triple H— bastante flojo, cabe reseñar. La idea propuesta por Eck pintaba interesante, aunque tal vez hubiera degenerado en algo aún más atroz que Lou Manfredini. De todas maneras, el punto de partida, véase, la persona detrás del anónimo gerente, resultaba más atractivo. Kevin Nash será más o menos querido por los aficionados, pero se trata de un luchador con una buena trayectoria en WWE y una carrera respetable. De Hornswoggle ni siquiera puede decirse que sea un gladiador. Por alguna elevada razón que mi mente no alcanza a comprender, el dueño de la compañía más importante del mundo de la lucha libre prefirió la segunda opción.