Una vez más, el Megacampeonato quedó en las manos del Hijo del Vikingo, quien consiguió una complicada defensa en Triplemanía XXXI, en el capítulo de Monterrey.
El Megacampeón enfrentó en un cuadrangular a Komander, Rich Swann y Swerve Strickland, en un combate muy intenso, donde en cualquier momento las cosas podían desnivelarse hacia alguno de los bandos.
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Precisamente, al enfrentar a tres contendientes, el Hijo del Vikingo tuvo que saber nivelar las cosas, pues tuvo que saber aprovechar los momentos que no estaba en el ring, como también cuando subía. Además de estar atento en todo momento de lo que hicieran sus rivales para quedarse con la victoria.
Poco a poco las acciones estuvieron subiendo de intensidad y los ataques aumentaron de velocidad entre los cuatro luchadores, especialmente entre los mexicanos.
Pero los dos importados no iban a dejar que el título se les fuera de las manos de forma sencilla, por lo que empezaron a sacar poco a poco sus mejores castigos y movimientos.
Fueron varios minutos de intenso combate, con vuelos y movimientos bastante arriesgados, donde ninguno dejó nada a la suerte.
Hasta que al final, Vikingo y Komander quedaron solos en el ring intercambiando golpes a diestra y siniestra. Hasta que el campeón conectó una serie de ataques y remató con un 630 para finiquitar el duelo y retener el cetro.