Por Sergio Alvarado
Para ser honesto, mi primer contacto con la vieja WWF, fue en un videojuego allá por mediados de los 90. Bret Hart, Undertaker, Razor Ramon entre otros luchadores, eran los protagonistas. Un par de años después, vía sistema de cable, me volví adicto a ver RAW, los lunes por la noche en el canal USA, transmisión en español con Carlitos y Hugo. No había para nosotros en aquel entonces PPV, ni giras, solo lo que por cable llegaba. Me tocó la llegada de Stone Cold, DIESEL, por supuesto Undertaker, la rivalidad entre Bret Hart y Shawn Michaels, la aparición de Mankind, Kane, el malísimo luchadorsete llamado Hunter Hearst Helmsley, así como los inicios de la era Attitude. Desgraciadamente el canal se dejó de transmitir y le perdí el rastro, no me di cuenta cuando cambió a WWE, ni la partida de grandes luchadores ni la llegada de otros. Hasta hace unos 3 años que volví a interesarme por la WWE empecé a seguir de nuevo transmisiones, checar resultados, etc. No soy un experto, no me sé movimientos, ni en qué fecha nació Edge, pero me gusta el espectáculo, me divierto viendo los eventos, pero nunca, había tenido interés por ir a un evento en vivo.
¿Y todo este rollo para qué? Bueno, todo esto para contextualizar, mi primera experiencia WWE en vivo.
Honestamente no pensaba asistir anoche, pero un par de sobrinos de 18 años que radican en el lejano Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, me hicieron ir, claro, obligándolos a comprar mi boleto y la invitación de 2 chelas en el evento. Yo solo compraría el boleto de mi hijo de casi 5 años.
En fin, la aventura comenzó el domingo a las 5 pm, hora en que decidimos salir de casa para tomar Churubusco y lanzarnos al Palacio. Un servidor es fanático de asistir a conciertos así que sé la clase de trafico que hay en este tipo de eventos, por eso busqué salir con 2 horas de anticipación… primer error…. el estacionamiento del Palacio ya estaba a un 95% de su capacidad, afortunadamente logré encontrar un lugar… bueno 2, pero uno fue agandallado por un puberto “güerito” que hábilmente se bajó del carro y me dijo, “Ya viene ahí mi coche”… mis sobrinos, provincianos al fin, y con la ventaja que da medir 1.87 metros de estatura y pesar 95 Kgs., ya querían iniciar el show con una lucha en el estacionamiento, pero recordé que traía a mi hijo y decidí no hacerla mayor, total había otro lugar disponible. Eso sí, reporté esa conducta a uno de los de “seguridad” que estaban ahí, quien solo dijo “ok”.
Pasamos a recorrer los puestos “no oficiales” de OCESA, donde pudimos encontrar de todo y a buen precio. Fácilmente perdimos 30 minutos ahí. Lo mejor, una playera de Eddie Guerrero que lamentablemente no encontré en XL. Será para la otra.
Decidimos entrar al Palacio y sin ningún contratiempo pudimos entrar con nuestra cámara, contrario a lo que muchos han manifestado, el personal de logística no obstruyó accesos, dejaba pasar a la gente rápido, y salvo la revisada de rutina, todo estuvo de maravilla. Entramos al recinto, revisamos los puestos “oficiales”, donde por supuesto no compramos nada, y mejor pasamos a comprar la hamburguesa “oficial” y a cobrar una chela que me debía este par.
En punto de las 7.25 pasamos a ocupar nuestros lugares en la sección C. El palacio en ese momento estaba a poco menos de la mitad de su capacidad, lo cual se me hizo extraño ya que se suponía que no había boletos de ninguna sección… únicamente D. Un instante después recordé que aquí en el DF, todos acostumbran a llegar a la mera hora… y en efecto, así sucedió. En fin, volviendo al asunto, finalmente ahí estaba, un ring de la WWE, rápidamente miré a la izquierda y vi la “pasarela”… nada comparado a lo que uno ve en la TV, pero bueno, más o menos cumplía su cometido. Aunque definitivamente no es lo mismo. A mis sobrinos eso les valió gorro, ellos estaban en lo suyo tomándose fotos, vídeos, y tratando de ligar por ahí. En ese momento un aviso nos pide no tomar fotos, un par de segundos después, se ve el resplandor como de 10 flashes.
Evidentemente con solo dar una vuelta con la mirada, podemos darnos cuenta que el sustento y futuro económico de la empresa, es definitiva los niños. No entiendo a muchos que critican que muchos niños, que piden a Cena, que esto y aquello. Señores, la empresa sabe del impacto del mercado de los niños y para ellos se están enfocando. Hay que ser realistas, la empresa no se mantiene con fans de 30 años… sino con niños de 5, 10, 12 años que compran playeras, muñequeras, gorras, muñecos, que hacen que sus padres gasten hasta US $380 por verlos en un show. Mi hijo de 5 años hasta ayer era ajeno a este negocio. Solo tenía un Batista de la serie Ring Giants y una máscara de Rey, que le compré hace 3 semanas, previendo que en el evento me costaría mucho más cara.
Afortunadamente ACDC hizo la espera no tan pesada, 5 minutos antes de las 7 pm, empezó a entrar gente como desesperada y un par de minutos después de la hora pactada, se apagaron las luces y el evento empezó….
Un bueno, pero discreto juegos de luces hacían brillar el cuadrilátero, la gritería de chamacos no se hizo esperar, y entonces un estruendo nos hizo brincar, un buen show de pirotecnia me hizo recordar que sí era la WWE, como yo la conozco y como yo la había visto en TV. Wow.
Y empezó el evento luchístico. Cryme Time venció a la Hart Dinasty. Se me enchinó la piel al escuchar el viejo sonido de guitarra que Bret utilizó en su carrera, el color rosado que predominaba en los pantalones de los “Hart” me hizo confirmar ese viejo recuerdo. Una lucha movida y divertida que ganaron los morenazos que se llevaron los aplausos y la gritería del respetable que para esa hora ya había llenado el palacio
Vino el turno para las divas con la primer lucha de campeonato de la noche. Michelle McCool retuvo frente a la Mickie James y Natalya. Las 3 chicas dieron lo suyo sobresaliendo la energía de la diva de bolsillo quien fue la que más aplausos capturó.
Tocó el turno para Finlay que enfrentó a Drew McIntyre. Finlay se llevo la ovación al bajarse del ring y tomar una bandera mexicana que le dieron unos chavos que estaban junto en la esquina de la pasarela, Finlay la ondeó en el ring, y respetuosamente volvió a bajar del ring a entregársela en sus manos a los fans. Bien por eso. La lucha se desenvolvió un poco lenta, cómica, incluso en un lance, McIntyre quedó atorado entre una de las lonas que rodean la base del ring. Finalmente fue ganada por el rubio irlandés vía bastonazo en la cabeza a McIntyre, quien quedó tendido en el centro del ring, para posteriormente ser cubierto por el rubio, con otra bandera que llegó desde el público.
Vino el turno para Regal y The Hurricane… honestamente, fue la peor lucha de la noche, muy lenta, pocos recursos de ambos, que de buena manera se ganaron la rechifla del público…creo que ganó Regal.
Vino la segunda lucha por campeonato de la noche. John Morrison retuvo su campeonato Intercontinental frente a Matt Hardy. Simplemente LA MEJOR lucha de la noche, digna de un PPV. Tuvo la suficiente dosis de recursos, llaves, lances, varios conteos, en fin. Ambos se llevaron el total reconocimiento de la gente. Al final, ambos se dieron la mano y se fundieron en un abrazo, Matt, reconoció al campeón.
Afortunadamente vino el intermedio porque ya no aguantaba los brazos de cargar a mi hijo en cada final/inicio de luche. Pude percatarme que la sección E únicamente estaba a la mitad de su capacidad.
Los oaxaqueños aprovecharon para irse al baño y traer otras chelas… como mero me gustan: frías y regaladas.
El evento se reanudó con la tercer lucha de campeonato. Christian retuvo frente a Ezekiel Jackson con Regal. Me extrañó que la gente no ovacionara como merece a la entrada de Christian, quien en todo momento hizo gala de su buen manejo de público, intentando ganárselo, pero bueno… dio una lucha regular, quizás el rival no aportó mucho, pero bueno, fue buena entrada para los platos principales.
Ziggler hizo su entrada para pasar a mi primer momento mágico de la noche… un estruendo y todo se volvió rojo, Kane, el “monstruo rojo” como decían las viejas transmisiones de Carlitos y Hugo, me recordaron aquellos lunes por la noche. Claro, Kane, ya sin la máscara y sin la melena de aquel entonces, ni el mismo traje, pero el momento fue mágico. Entonces vino supongo el primer momento mágico para toda la chamaquiza que abarrotaba el lugar, Batista apareció acompañado de una ligeramente desfasada pirotecnia, seguido de Rey Mysterio que apareció como niño héroe, portando con orgullo una bandera mexicana y corriendo por toda la pasarela y alzándose en las cuatro esquinas del ring. La lucha fue buena, rápida, divertida, Ziggler en su papel, Kane como que lo volteaba a ver de repente, Batista un poco más lento que Kane, y Mysterio luciéndose en la lucha. Al final en un 619 doble, ambos “malosos” quedaron listos para la Batista Bomb y el Salto de la Costa para volver el Palacio la locura. Batista se puso una máscara de Mysterio talla 12 años, e intento hacerle un 619 a Rey. Se terminaron de ganar a la chamaquiza con eso. En ese momento me percaté que mi hijo, al cual ya no aguantaba cargando, estaba contagiado de toda esa locura, gritaba, alzaba sus manos, apoyaba a Batista y a Rey. Valió la ida.
Finalmente vino el “main event” y cuarta lucha de titulo de la noche. Punk apareció, me dio la impresión de verlo muy delgado, en buena forma por supuesto, pero si como que con unos kilos menos. Entones vino mi segundo y más esperado momento mágico. Al mismo tiempo de que una campana fúnebre sonó, se apagaron las luces, y volví a tener 17 años. Creo que cualquier palabra o adjetivo se queda corto. Creo que simplemente vi ayer a la leyenda más grande de la lucha aún en activo. Taker no tiene que hacer nada, solo caminar y pararse en el ring. El público hace el resto. Lastimosamente, al prenderse las luces, nos damos cuenta que el tiempo no pasa en balde, y que Taker no está en su mejor estado físico, aún así, dio lo mejor de sí, aplicó todos los movimientos que yo quería ver, incluso se llevó un sillazo, golpeó al referee en un movimiento, hizo una cobertura que no fue contada por el referee, pero si por todo el respetable, para finalmente enterar a Punk y retener su título ante la locura del Palacio.
En ese momento recordé dónde estaba, y jalé a mis sobrinos con rumbo al estacionamiento para ir a dejarlos a Taxqueña. Si nos esperamos 5 minutos más ahí, seguramente no llegamos y este par se hubieran quedado.
En fin, la experiencia fue grata. Aunque si me gustaría enfatizar algo. Es importante apoyar estos eventos, para que regresen y no nos quedemos con ganas, pero si es necesario comenzar a exigir un poco más de “producción”. El costo de los boletos, si bien no es responsabilidad de la WWE, si son altos, y son como para exigir un poco más. En la entrega del roster nada que reclamar, incluso aplaudirles a todos, que siempre mostraron respeto a la bandera, jamás aventándola. Por cierto, me parecer ridículo pensar que fuera de los niños, alguien se cree los “insultos” hacia nuestro País, todos nos damos cuenta que están en su papel y es parte del show.
Ah, ¿sí volveré a un evento?, al término de la lucha de Rey y Batista mi hijo me dijo, “la próxima vez que vengan, me traes de nuevo”. ¿Alguna objeción?.
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