Y se llegó la hora de la pelea estelar. Ronda contra Holly, por el cinto gallo en poder de Ronda. Luego del pesaje todos esperaban una buena pelea, una pelea que por lo menos fuera un poco más larga que las anteriores.
Y vaya que duró, pasó más de un round y Ronda no tuvo el control. Uno de los errores más recurrentes en las peleas, de cualquier deporte de contacto, es entrar en el juego del rival.
Y probablemente eso le pasó a Ronda. Holly tiene ventaja de alcance, porque es alta, desde sus golpes hasta su desplazamiento, siempre son de mayor alcance.
Holm se desplazó con rapidez sobre el ring, honrando su pasado boxístico, pegando de entrada por salida y con movimientos rápidos para evitar el grappling de Ronda. Y precisamente se notó que Holly llevaba pelea para evitar irse a la lona por una razón: no lanzó las patadas que está acostumbrada a tirar siempre y con las que ha logrado nocauts. Se las guardó un rato.
Evidentemente con una guardia educada para cubrirse la cara, esquivó casi todo lo que le mandó Ronda, y lo que le entró no fue suficiente para conmoverla. Pero Holm sí logró sacudir a Rousey, tan así que desde el primer round le hizo sangrar la nariz, algo nunca antes visto en Ronda (la pelea con Correia no cuenta porque se acabó demasiado rápido como para ver sangrar la nariz de la californiana).
Además, Ronda sintió más el desgaste porque siguió todo el tiempo a Holm, no la atrajo hacia ella.
Entonces Holly logró lo que sólo Miesha Tate había logrado: pasar del primer round.
Entonces se notó que Holly estaba muy segura de que lo que estaba haciendo iba muy bien, pues manejó muy bien el timing de la pelea. Nuevamente, al intercambio logró llevarse de calle a Ronda. En el único derribe que consiguió la californiana no pudo cerrar la llave con las piernas.
En el piso, o mejor dicho, a la hora de levantarse no le fue bien. Buscó llevar a Holm al piso, pero no lo logró. Al ponerse de pie, Holly levantó a Ronda, la giró y entonces colocó la patada letal, un zurdazo pintado entre el cuello y la quijada que logró lo que nunca: mandar noqueada a Rousey a la lona.
Ya abajó, a Ronda le rebotó la cabeza en la lona y Holly le cayó para sellar su logró. El réferi llegó a tiempo para evitar que recibiera un tercer golpe.
Entonces sucedió lo que hasta hace poco parecía imposible: derrotó Ronda Rousey y por nocaut, evidentemente, la única manera en que podría vencerse una campeona tan fiera como lo ha sido Ronda.
Holly fue toda lágrimas al recibir el cinturón, pero contenta con el doble logro, conseguir el cinturón y vencer a la que había sido la única campeona de la categoría.