En un día como hoy, hace 40 años, el 10 de agosto de 1975, la Pista Arena Revolución, de Mixcoac, ofreció en su función dominical un cartel de lujo encabezado por la lucha titular en la que estuvo en disputa el Campeonato Nacional de Peso Ligero, en poder en aquellos entonces del gran potosino Antonio Grimaldo “Tauro”, quien defendió exitosamente su cetro ante su retador Remo.
En otro match estelar hubo apuesta de cabelleras, y la ganó Tino Herrera al feroz y marrullero Dick Angelo.
En la especial, que fue de relevos, el argentino Coloso Colosetti y Tony Salazar se impusieron en sólo dos caídas al dueto de Gallo Tapado y el ítalo Adonis Romano.
Hubo un buen duelo llevado en el terreno totalmente técnico entre los experimentados Manuel Robles y el profesor Rafael Salamanca, correspondiendo el triunfo al leonés Robles.
El novel Cachorro Mendoza venció al veterano y futuro ilustre y controversial réferi Gran Davis.
El regiomontano Trueno derrotó a El Maldito.
Y se inició la función con el empate entre el veteranísimo tapatío Juan Ramírez y el oaxaqueño Roy Lancer.
En la Arena K.O. Algusto, de San Bartolo, Naucalpan, Estado de México, también se ofreció lucha campeonil, sólo que aquí, aunque también fue de peso ligero, la corona era la del Estado de México, y el vencedor fue Memo Ventura –sobrino del gran Milo—sobre su retador Kalímaco.
También en el Estado de México, pero en la Arena San Juan Pantitlán, hubo apasionante combate de apuesta de máscara contra máscara del que salió victorioso el ídolo local Misterio Blanco I imponiéndose a Cupido, quien al término de la batalla se tuvo que dar a conocer, y aunque en aquella ocasión declaró llamarse Rogelio Rodríguez, hoy se sabe que su nombre real era el de Porfirio Ortiz Fuentes.
Esa lucha estelar tuvo como refuerzo el relevo semifinal entre las parejas de Dos Caras y el futuro Hombre Bala, el Chamaco Ortiz, y la de Danny Cruz y El Chinaco.
La misma tarde, pero en la hoy extinta Plaza de Toros “El Cortijo” hubo una gran estelar en relevos ganada por la mancuerna formada por el forzudo enmascarado El Rostro y el capitalino de nacimiento, pero tapatío por convicción, El Faraón, a la que integraron El Nazi y El Indio Jerónimo.