El legado de José Sulaimán en el boxeo moderno

Por Gladys Trujillo

El capítulo más grande y prolífico de la historia del boxeo moderno se cerró con la muerte de José Sulaimán.

Aun con la polémica que causó su presencia en la presidencia del Consejo Mundial de Boxeo por 38 años (que llegó a calificarse como «cacicazgo), si hay algo incuestionable, es que en ese periodo, causó una revolución que desencadenó en el boxeo como lo conocemos ahora.

Los cambios que institucionalizó en el boxeo, tuvieron impacto social.

En esta recopilación, se hará especial mención a 5 aspectos destacados que implementó José Sulaimán.

La decisión de expulsar a Sudáfrica del consejo por las leyes racistas que rigieron el país hasta 1985. El maltrato a un boxeador de piel oscura fue el detonante para que Sulaimán impidiera que los boxeadores y mánagers afiliados al consejo pelearan en aquel país y viceversa.

Otros organismos deportivos implementaron ese veto para manifestarse en contra del apartheid.

Dicha decisión le valdría a José Sulaimán un reconocimiento por parte de la ONU, por su búsqueda de la paz y la justicia.

Uno de los proyectos más ambiciosos y que a lo largo de los años definió la presidencia de Sulaimán, fue la compensación a los boxeadores.

Esta iniciativa está enfocada a recompensar a los boxeadores de antaño que le entregaron todo al boxeo, que se vieron envueltos en situaciones desafortunadas y que en la vejez, sus condiciones no son las mejores.

Así se creó el Fondo de la Buena Voluntad, un fideicomiso que se abrió con un millón de dólares recolectados de una subasta de relojes que el CMB y Hublot  realizaron en conjunto. A la subasta asistieron grandes ex campeones, como Mike Tyson, Lennox Lewis, Julio César Chávez, por mencionar algunos. Así, en octubre de 2013, se inició con la repartición del primer cuarto de millón para esos peleadores. Y no parará ahí porque siguen en marcha planes para abastecer este fondo y mantenerlo permanentemente.

La Copa Mundial de Boxeo fue un proyecto que se suspendió en 2013 con la esperanza de que Don José se recuperara para verlo realizado en 2014.

Esto con la intención de la mayor promoción del boxeo. Para ofrecerles una oportunidad a los boxeadores de todo el país de conseguir una oportunidad por algún título internacional o plata. Para mantener activos a los boxeadores que ostentaban un título y así, prepararlos para dar el gran paso por un título mundial absoluto.

Ampliar el número de divisiones profesionales. Si bien es cierto que esta fue una medida cuestionada, el tema del peso en el boxeo siempre es delicada. La intención de las divisiones intermedias (minis y súpers) es que cada peleador se enfrente a un contrincante que no le saque ventaja por sus condiciones físicas naturales.

Desde el inicio, se cuestionó esta postura debido a que, a decir de muchos, se preferencia el aspecto económico por encima de la salud del boxeador. Más divisiones significan más títulos en disputa, más boxeadores en la búsqueda de un cinturón, más peleas, más dinero.

Sin embargo, entre divisiones (si se eliminan las intermedias) las diferencias de peso oscilan entre los 4 y 6 kilos. Bajar 4 kilos, supone mella en la salud de un deportista. Subir esos mismo 4 kilos significa un obstáculo en el desarrollo de las habilidades.

Ahí  tienen a José Ángel «Mantequilla Nápoles, que era peleador welter, en su encuentro contra Carlos Monzón, de peso medio. «Mantequilla» era el boxeador a vencer de su época en su división, sin embargo, al combatir en la categoría de Monzón le significó una derrota al no salir de su esquina en el séptimo round. Difícilmente Nápoles habría terminado los 15 rounds a los que estaba pactada la pelea. ¿La razón? El peso extra le supuso dificultades en su desplazamiento por el ring, ante un Monzón poderoso.

Está claro que la salud del boxeador va íntimamente ligada al factor económico. Y que en palabras del mismo Sulaimán se ejemplificaría del siguiente modo: -Habrá boxeo mientras haya pobreza. Quienes dicen que el boxeo se acabará es porque comen bistec con manteca.- Tenía razón.

¿Quién en el boxeo es capaz de decir que no entró a ese deporte por procurarse una mejor vida?

La vuelta del box a la televisión abierta. El resultado de la pelea de Julio César Chávez contra Oscar de la Hoya la supimos a través de los noticiarios de deportes. La televisión no transmitía el box en la señal abierta.

José y Mauricio Sulaimán llegaron a un acuerdo con TV Azteca en 2007 para lograr que se televisaran peleas de box. Desde ahí, hemos visto las glorias de Juan Manuel Márquez, Manny Pacquiao, Miguel Ángel Cotto, Antonio Margarito, Floyd Mayweather, entre muchos, muchos otros.

Dado que los registros de audiencia, que también mostraban récords de sintonía en peleas femeniles (donde el espectáculo es maravilloso pero hay poco dinero), llegaron (y continúan) a competir con los ratings del fútbol, Televisa entró al quite para hacer que los «Sábados de Corona» se enfrentaran a las funciones de la «Casa del Boxeo».

Volvemos al inicio del texto. El jueves 16 de enero del 2013, este capitulo tan amplio de las reformas en el boxeo se terminó con «la partida de José Sulaimán hacia lo desconocido», como lo ilustró Eduardo Lamazón.

«El boxeo se ha quedado huérfano» dijo un reportero de ESPN para dar paso a la noticia del deceso del presidente del Consejo Mundial de Boxeo.

Y tras su partida, José Sulaimán marcó el fin de una era, y también un inicio. El de la continuidad del boxeo moderno basado en su gestión y sus decisiones son muestra del trabajo de un hombre emprendedor y visionario.

Descanse en paz, José Sulaiman.

LA LUCHA SIGUE...
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