Dolph Ziggler, ¿paradigma del nuevo SmackDown?

Bajo una semana crucial para el futuro de WWE, Raw y SmackDown presentaron sus credenciales para convertirse en la marca dominante, y por ahora esta guerra nos está beneficiando a nosotros, los aficionados, que ya hemos podido disfrutar de dos de los mejores shows semanales en varios meses. ¿Pero quién ha ganado el primer asalto? Si la facción azul tenía el designio de traer esa frescura y calidad luchística de la que la roja carecía, parece que esta vez se han intercambiado los papeles. Mientras que el lunes Finn Bálor y Sasha Banks fueron los protagonistas, el martes Dolph Ziggler sorprendió regresando a los puestos estelares, tras ganarse su derecho a luchar contra Dean Ambrose por el Campeonato WWE en SummerSlam 2016.

Epílogo de la última edición de SmackDown / WWE ©
Epílogo de la última edición de SmackDown / WWE ©

 

Resulta lógico que muchos aficionados no vean en esto una renovación, más teniendo en cuenta que dos de los nombres anunciados como nuevas incorporaciones son Shelton Benjamin y Rhyno. Por eso considero que el primer asalto se lo ha llevado Raw con bastante holgura, sin desmerecer a estos dos luchadores. Y especialmente, sin desmerecer a Ziggler. Siempre he defendido su trabajo y su infravaloración por parte de WWE, pues hace años que podía haberse consagrado como superestrella top. Todo lo que necesitaba era apoyo tras bastidores, y por alguna razón incierta, nunca tuvo el suficiente. Propensión a las conmociones o falta de ambición personal son algunos de los factores que tal vez torpedearon su carrera, pero estos son extrapolables a otros luchadores que sí han conocido un éxito mayor.

Agosto del 2016 será la fecha en la que Ziggler vuelva a competir por el Campeonato WWE, tras 4 años y medio alejado del magno cetro, cuando por entonces entró en la Cámara de Eliminación del evento homónimo de 2012, fracasando en el intento de arrebatárselo a CM Punk. Una «resurrección» que ha pillado por sorpresa a casi todos, si consideramos que algunas de las otras opciones del Six Pack Challenge pasaban por ser nombres con un status muy superior: John Cena o AJ Styles, por ejemplo. Si SmackDown quiere ser la tierra de las oportunidades de WWE, no resulta mal comienzo premiar la brillante trayectoria del dos veces Campeón Mundial de Peso Completo.

El problema surge cuando ampliamos el foco del asunto. Que Vince McMahon, Shane, u otro incierto demiurgo apueste por él de cara al segundo PPV más importante tras WrestleMania denota confianza en su persona, aunque no logra disipar la sensación de ser un rival de urgencia. Styles y Cena se verán las caras con casi toda seguridad en la misma cita; con Bray Wyatt parece que las cosas de palacio irán despacio; Randy Orton viajará a Suplex City y tanto Baron Corbin como Apollo Crews siguen algo verdes para tal responsabilidad. Por tanto, un movimiento razonable. Esta lectura amable invita a ser positivos con el futuro de SD, pero desde otra perspectiva puede hacernos desconfiar en la separación de marcas, postura que ya defendí antes del Draft.

Dean Ambrose (c) vs. Dolph Ziggler por el Campeonato WWE y Seth Rollins vs. Finn Bálor por el Campeonato Universal WWE. ¿Cúal de los dos combates titulares será el estelar de la noche? Conociendo el status de Rollins y ante la necesidad de impulsar el recién creado cinturón, la respuesta parece evidente. Todo apunta a que por ahora y tal vez durante un tiempo considerable, se otorgará preferencia a la marca de Stephanie McMahon en pos de intentar equiparar los dos títulos mundiales. Nos encontraríamos ante una repetición de los acontecimientos de la primera Brand Extension, cuando el Campeonato Mundial de Peso Completo empezó a mostrar su supremacía a partir de la segunda mitad del 2003; si bien en esta ocasión dicha prevalencia ya se hace patente.

Finn Bálor en la última edicion de Raw / WWE ©
Finn Bálor en la última edicion de Raw / WWE ©

 

Me remito de nuevo a mi artículo en contra de la separación de marcas, pues uno de los argumentos principales viene muy al caso con la figura de Ziggler. Este puede convertirse en el paradigma de SmackDown; es decir, la socorrida marca secundaria que hace su labor a la sombra de la protagonista. Analizando los elencos, y siendo pragmáticos, Raw presenta un grupo de nombres con más futuro y madera de estelaristas: Roman Reigns, Rollins, Kevin Owens, Bálor y Banks se repartirán el protagonismo de varias WrestleMania con toda probabilidad durante los próximos años. Por su parte, sólo Ambrose y Wyatt podrían alzarse como verdaderas figuras de SD a largo plazo, pero no encajan en el prototipo de los gustos de Mr. McMahon. El reparto equitativo de talento brilla por su ausencia, en definitiva.

Ojalá me equivoque y veamos a un Ziggler como merecido Campeón WWE, pero visto lo visto, por ahora se trataría de un campeón secundario, ensombrecido por Rollins y cía. ¿Merecerían, además, Ambrose y Wyatt un trato desfavorecedor sabiendo el potencial que atesoran? Y con ello no quiero decir que Raw no merezca la hegemonía si lo hace mejor cada semana, pero desde el inicio, la batalla no está siendo justa.

LA LUCHA SIGUE...
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