Davis derrotó a Ruiz rápidamente en la contienda que sostuvieron la noche del sábado.
Esta pelea no debió suceder. Literal. Ruiz entró como reemplazo de emergencia ante la ausencia de Abner Mares. Mares sufrió una lesión en la retina del ojo derecho y fue operado de emergencia.
Por tal motivo, abandonó la contienda. Como las entradas de la pelea se habían vendido por completo, se buscó la forma de mantener a Davis en la contienda principal. Entonces fue como entró el Cuatito Ruiz de emergente.
Esto ya pintaba para ser una pelea rápida y no por poner en duda el talento de Ruiz, sino porque él había tenido combate el 19 de enero en el cartel de Pacquiao-Broner. Aparte de que
Pero eso no fue impedimento para que la contienda sucediera. Con algo de drama. Davis llegó pasado del peso de la categoría, que son 130 libras. Ruiz marcó el peso en la primera oportunidad. Davis llegó al peso después de dos intentos y desnudo.
(Hasta eso, Mares había dicho que cancelaría la pelea si Davis se pasaba del peso).
A la hora de la verdad, Davis subió mucho más pesado. A lo mejor eso tuvo qué ver con el poder del impacto, aunque no con la mejor estrategia de Davis para la contienda.
Davis derrotó a Ruiz en menos de tres minutos, con su ataque frontal y defensa casi impenetrable. Ruiz no tuvo por dónde atacar, salvo una ocasión en la que sí le dio de lleno en la nariz, pero Davis no se vio en peligro.
En cambio Ruiz recibió golpes en el cuerpo y en la cara, incluso terminó con la noriz sangrada. No pudo moverse cómodamente por el ring y en varias ocasiones se puso en peligro porque se arrinconó contra las cuerdas, fue ahí donde Davis lo castigó fuerte mente.
Davis derrotó a Ruiz a menos de un minuto del final del combate cuando le dio un golpe en corto de izquierda en la cara. Ruiz puso una rodilla en la lona y recibió la cuenta del réferi en el piso.
Ruiz ni siquiera reclamó la detención, sólo contestó que estaba bien cuando el réferi le preguntó cómo estaba.
Davis se mantiene como campeón superpluma FIB y su invicto.