Una semana después de que tuviera lugar la disputa entre Chris Jericho y Brock Lesnar tras el evento estelar de SummerSlam, siguen surgiendo nuevos detalles sobre el acontecimiento, esta vez de la mano del respetado periodista Dave Meltzer de F4WOnline.
De acuerdo a lo que informó Meltzer en el último boletín de la Wrestling Observer Radio, las cosas entre el autodenominado «Mejor en el Mundo» y la «Bestia Encarnada» ya venían picantes desde principios de año cuando en el plato principal del evento Royal Rumble —la Batalla Real de 30 hombres— Lesnar golpeó al primero de forma legítima y minutos después lastimó la espalda de Alberto Del Río con un Suplex peligrosamente ejecutado. Esto hizo que el Y2J se quejara del poco cuidado que tenía el ex UFC para con sus pares.
Ya en las semanas previas al evento más grande del verano, en el PPV Battleground para ser exactos, Randy Orton soltó una polémica frase a su anfitrión del Highlight Reel: «puedo vencerlo [a Brock Lesnar] sin necesidad de agregados especiales», refiriéndose, evidentemente, al fallo del anti-doping que había tenido Lesnar en su prueba para UFC 200 en la que dio positivo por bloqueadores de estrógenos, producto que sirve para mitigar los efectos secundarios de otras sustancias usadas para mejorar el rendimiento, tales como los anabolizantes.
Lo que pocos sabían, pero que el representado por Paul Heyman sí, era que el propio anfitrión, Chris Jericho, fue el que puso sobre la mesa la idea de esa línea de la que tanto se habló. Con estos dos antecedentes, uno puede llegar a entender mejor cómo se originó tanto alboroto, pues para Jericho —como el líder de bastidores que es y sin saber que aquel era el final planeado— esa fue la gota que colmó el vaso.
En cuanto a lo sucedido la noche del 21 de agosto, como ya lo hemos ido comentando, todo inició cuando un Jericho sacado de sí vio cómo su compañero derramaba sangre en cantidades desorbitantes tras una secuencia de golpes y codazos de Lesnar, y fue a la conocida como «Gorilla Position» para preguntarle al directivo Michael Hayes si ese, en efecto, era el final planeado. Al no obtener respuesta, dijo que la situación era «una mier***». Dio la casualidad que esas palabras fueron dichas a la vez que Lesnar aparecía en la sala, y este no se lo tomó muy bien.
Y aquí es donde aparecen los nuevas informaciones, pues hay muchas versiones de lo que ambos se dijeron a continuación. En lo que todas coinciden es en que el oriundo de Dakota del Sur insultó al veterano, comentándole al final que «se callara y se metiera en sus asuntos».
Así empezó un cruce de palabras poco amigable que dio paso a que se plantearan cara a cara. Se dice que Lesnar dio el primer empujón con los dedos y Jericho se lo devolvió. Tras una escaramuza sobre la pared, Lesnar le dijo, «golpéame o bésame, perra». Supuestos testigos cuentan que mientras decía eso, Lesnar, en un gesto provocativo, puso las manos en la espalda. Allí empezó el intercambio y llegó Triple H a intentar separar, pero no tuvo éxito.
Tuvo que interferir Vince McMahon para que se calmaran los humos, gritándole a Jericho que la sangre de Orton era parte de los planes y que se comportara como un profesional. «El Juego» le explicó entonces a McMahon que Lesnar había comenzado con la pelea y que Jericho sólo se estaba defendiendo. Las cosas no pasaron de ahí.
«La Víbora» también aparece en esta historia, ya que en su vuelta a los vestuarios le confirmó al primer Campeón Indiscutido WWE que el ocurrido era el final pactado y que sabía en lo que se había metido al enfrentar a semejante oponente.
Hay que recordar que Orton llegó al recinto esa tarde sin saber que esos eran planes a seguir y se le informó de los mismos más tarde en una reunión con unos pocos directivos, Lesnar y Heyman. Se le dijo que la intención era hacer ver bien al «Conquistador» y que este último sabía hacerle sangrar sin causarle mucho dolor, mas la sangre finalmente derramada fue superior a la que se buscaba.