Brandon Moreno, el peso mosca de UFC recién acuñado, no se ve particularmente obligado por una tercera pelea contra Deiveson Figueiredo.
«Quizás. La cuestión es que la pelea fue tan dominante, así que al menos yo, el atleta, no estoy interesado, para ser honesto».
Después de destronar al campeón brasileño en una revancha en UFC 263 , Moreno está decidido a pelear nuevamente en su país de origen, México, donde dijo que la promoción ya está trabajando para un regreso que espera tener lugar en 2022.
Figueiredo abrió el lunes la posibilidad de ascender a la división de peso gallo en caso de que no se materializara una trilogía inmediata con Moreno. En este momento, el nuevo campeón está de acuerdo en que su dos veces enemigo probablemente debería reagruparse en una nueva división.
“Quizás en el futuro. Cody Garbrandt está ahí. Es un ex campeón, por lo que puede ser una pelea interesante. Quiero verlo competir en 135 para ver si puede llegar al peso «.
Después de un empate y candidato a «Pelea del año» en su primera reunión en UFC 256, Moreno superó a Figueiredo temprano y se apresuró a una rápida sumisión en la tercera ronda del co-estelar de UFC 263, convirtiéndolo en el primer campeón nacido en México en el historial de la promoción.
Todo se definió en la rueda de prensa
Moreno, sin embargo, cree que ganó la pelea dos días antes, cuando él y su oponente se presentaron en la conferencia de prensa del evento el jueves pasado en Glendale, Arizona.
Con cinco apariciones en Arizona en el circuito regional, Moreno se sintió como el favorito, y la audiencia ciertamente lo respaldó. Entonces Figueiredo actuó de manera inusualmente exaltada, empujándolo hacia las miradas, y se sintió más seguro que nunca.
“En realidad, gané. Realmente creo que gané la pelea allí. Vi a Deiveson diferente, manteniendo sus gafas de sol y tratando de distraerse, empujándome, esforzándose tanto por ser el malo. Eso fue innecesario «.
Sin embargo, la confianza de Moreno se convirtió en pánico cuando Figueiredo tardó casi dos horas en llegar a la báscula para el pesaje oficial de UFC 263 el viernes. El retador de 27 años había pasado seis meses en el campamento, agotándose mental y físicamente después de tomar su primer encuentro con tres semanas de anticipación.
«Si el tipo no pone su trasero en la balanza, tal vez se pueda cancelar la pelea. Así que estaba muy asustado».
Luego, un compañero le envió un mensaje por Whatsapp diciéndole que Figueiredo tomó la balanza, y todo estaba bien. El plan de Moreno era castigar al campeón por ese fuerte recorte de peso. Él y sus entrenadores notaron que al brasileño no le gustaba que lo empujaran hacia atrás en el octágono, por lo que decidieron tomar la iniciativa temprano.
«Atacar el cuerpo, porque sabíamos que redujo demasiado peso, y tratar de ganar en las revueltas en los derribos, y lo más importante, ponerle mucha presión», dijo. “Estaba dispuesto a morir si era necesario para conseguir el título. Cuando entré en el octágono supe que soy el mejor, y eso es todo «.