Quien ahora es el manejador de Cody Rhodes del dos veces Campeón TNT en AEW, Arn Anderson, también fue durante bastantes años agente y productor de luchas en WWE, y tiene su propio podcast en donde habla de lucha libre y sus recuerdos, anécdotas y experiencias en los 38 años de su vida que ha dedicado a la lucha libre profesional.
- AEW DYNAMITE 2 de diciembre 2020 | WINTER IS COMING.
- WWE SMACKDOWN 4 de diciembre 2020 | King Corbin vs. Murphy.
► John Cena y Vince McMahon, más que empleado y jefe
Es precisamente el ARN Podcast, en donde en su más reciente edición, Anderson sacó un momento para hablar acerca de John Cena y su ascenso en forma meteórica dentro de WWE, destacando el hecho de que, desde el inicio, Cena le cayó bien al señor Vince McMahon y ambos tuvieron una relación bastante amigable y productiva a nivel laboral. Esto fue lo que dijo:
«Nunca dejé de decirle lo que pensaba. Si creía que algo de lo que hacía era demasiado, o si creía que se estaba cometiendo un error en cualquier cosa. Incluso si ya se estaba programando, o si ya se estaba discutiendo de forma avanzada, yo tenía muy, muy poco control sobre eso. A medida que pasaban los años, yo tenía cada vez menos y menos control, y John tomó más control de lo que él sentía que él debía hacer en sus ángulos e historias.
«Nueve de cada 10 veces, Vince aceptaría lo que proponía y se iría con su idea, y lo entiendo. Aún así, me hubiera gustado ver a John Cena repartir algo de esa riqueza y ayudar a que los rudos fueran verdaderamente abucheados durante su apogeo con la compañía. Se supone que son los tipos malos los que son abucheados en la televisión. Era algo de prueba y error, y muchas veces, Cena se convertía en Godzilla y vencía él solo a tres o cuatro tipos.
«Lo aclaro: no tengo ningún tipo de problemas con John Cena ni en la forma en cómo él quería que sus ideas fueran usadas. Sin embargo, siento que la cantidad de atención que WWE le prestó a Cena, podría haberse extendido entre múltiples Superestrellas.
«En defensa de John, eso es lo que hace que la audiencia rechace a un chico bueno. Si empujas demasiado profundo en la garganta de la audiencia, te escupirán de regreso. Saben lo que es plausible y creíble, y lo aceptarán si se hace bien. Pero no puedes simplemente acertar y fallar y a medias, sin ganas».