Aquellas batallas mexicanas del Olympic Auditorium. Parte 2: Mil Máscaras, Tinieblas y más glorias de la lucha mexicana.

Como ya se comentó, un excelente grupo creativo está organizando un documental sobre el Olympic Auditorium de Los Ángeles, casa de mil hazañas deportivas, aquí algunas de las realizadas por mexicanos.

Mil Máscaras sometiendo a Ernie Ladd / Foto de Theo Ehret

Mil Máscaras, sus logros en el Olympic Auditorium.

Claro que la figura mexicana que más destaca de la historia del Auditorium es la de Mil Máscaras, quien logró impactar en ese recinto por muchas giras dejando constancia de su poderío y su exquisita técnica, eso sin contar con la plasticidad de sus lances, los cuales hicieron que con el sólo aviso de su presencia se agotaran los boletos en varias ocasiones. Mil Máscaras logró no sólo su consagración internacional en el Auditorium, sino que también su imagen sirvió para que otros luchadores nacionales tuvieran oportunidad de figurar en el territorio de NWA Los Ángeles. El multifaces logró ostentar el título máximo del territorio, el Campeonato de Peso Completo de las Américas NWA, en un total de cuatro ocasiones entre 1969 y 1971, siempre defendiéndolo con la gallardía a la que nos tiene acostumbrado el multifaces.

Mil Máscaras aplica unas espectaculares patadas voladoras a Masa Saito en el Olympic / Foto Theo Ehret

Quizá el momento más memorable del Multifaces en el Olympic fue cuando el veterano Freddie Blassie le hizo frente. El mexicano ganó varios encuentros en equipos contra Blassie, sin embargo, el estadounidense era la horma de su zapato en los mano a mano, propinándole una derrota el 21 de junio de 1968. El pique tomó tonos racistas pues Blassie comenzó a llamar al mexicano “espalda mojada” y las cosas subieron de tono, hasta que el Mil pudo sacarse la espina y vencer a Blassie el 5 de julio del mismo año por descalificación.  Esta lucha significó un parteaguas en la historia del deporte profesional, pues al agotarse rápidamente la taquilla el promotor Mike Labell decidió vender la transmisión de televisión en vivo para que varios cines pudieran proyectar la función en vivo y en directo en sus salas. Mil Máscaras recordó ese hecho hace unos años en una entrevista a Robin Young:

“Blassie y yo tenemos un record en la lucha libre, en el boxeo, y  en cualquier deporte: el primer circuito cerrado de TV, Freddie Blassie contra mí en California. (En el Olympic Auditorium), se agotó el boletaje cuando anunciaron nuestra lucha, Blassie contra Mil Máscaras. (Entonces) Se abrieron cinco salas de cine diferentes para enviar la señal de televisión para allá, y a toda esa gente le llegó al primer circuito cerrado.

“(Fue el primer Circuito Cerrado de la historia) en cualquier deporte, no sólo en la lucha libre, si no en cualquiera. Y se vendió por completo. Otra marca de esa lucha fue que dejamos como a quinientas personas fuera del Olympic Auditorium tratando de entrar.”

El Mil también ostentó el Campeonato de Peso Completo de la Costa del Pacífico NWA, mismo que ya antes y en el mismo Auditorium habían poseído otros grandes luchadores mexicanos como Enrique Torres, quien fue la siguiente gran figura mexicana en la lucha, pues con su debut en 1946 dejó a gente fuera ya que las localidades se agotaron de inmediato. Por esa época también comenzaron las transmisiones televisivas, y Torres fue el baluarte que impulsó la visión que el promotor Cal Eaton tuvo con la nueva tecnología. Torres, incluso disputó en repetidas ocasiones la versión californiana del Campeonato Mundial de Peso Completo contra luchadores como Dutch Hefner, Sandor Szabo, Ellis Bashara y muchos más, con entradas que siempre oscilaban los diez mil aficionados y que tenían en otras luchas a gladiadores como Primo Carnera (Cinderella Man), Dizzy Davis y Antonino Rocca.

A finales de los sesentas y en los setentas se vivió un nuevo boom en el Auditorium, el cual ya era dirigido por el hijo de la esposa de Cal Eaton, Gene LeBell, quien con una visión más jovial apoyó a otros nuevos talentos, entre ellos al ya mencionado Mil Máscaras, y muchos otros  estetas mexicanos que también resaltaban ocupando turnos estelares, varios de los cuales consiguieron ser Campeones de Parejas de las Américas NWA: el propio Mil, en tres ocasiones; el tanque tapatío Alfonso Dantes, en tres ocasiones; Francisco “El Toro” Flores, en una ocasión; Black Gordman, eterno rufián en dicho territorio, fue monarca de duplas en 32 ocasiones, 22 de las cuales junto al otro rudazo de Cd. Juárez, Gran Goliath; el que alguna vez fuera Campeón Nacional Completo, Pantera Negra (Juan José Cerecero), en cuatro ocasiones;  el Jefe Dedos Chuecos, Ray Mendoza, en cuatro ocasiones; el regiomontano avecindado en Texas, Salvador Lothario en dos ocasiones (una de ellas de emergente, pues Ray Mendoza no pudo llegar a Los Ángeles); un jamaiquino adoptado por México, Dorrell Dixon en dos ocasiones; el expreso del norte, Rubén Juárez, en dos ocasiones (Rubén merece trato aparte por otras luchas que protagonizó en ese recinto y de las que ya se hablarán adelante); Raúl Mata, en ocho ocasiones; Raúl “Moritas” Reyes, en cinco ocasiones, la inolvidable Ola Blanca, Dr. Wagner y Ángel Blanco, en una ocasión; Mando López, en una ocasión; la tremenda Ave de las Tempestades, don Gori Guerrero, también ostentó el cinturón de dúos una ocasión, al lado de su hijo Chavo (quien también merece una historia aparte sobre sus hazañas en este recinto); Chavo fue monarca una docena de ocasiones; su hermano Héctor, siete veces; el otro miembro de la dinastía, Mando, ocho veces; un jovencito llamado Cien Caras, también consiguió la presea en una ocasión, mucho antes de convertirse en el Campo de Lagos; de la misma forma El Halcón Ortiz, una vez; otro hijo adoptivo de México, Coloso Colosetti, en dos ocasiones; y Carlos Mata también fue cuatro veces monarca.

Otros mexicanos que estuvieron en el Auditorium a finales de los sesenta y principios de los setenta fueron: El Solitario (quien expuso el Campeonato Mundial de Peso Semicompleto NWA ante Raúl Mata), El Sicodélico, Gran Markus Sr., Suni War Could, Espectro II, Dos Caras, entre otros.

El nombre de Tinieblas y El Fantasma encabezan la marquesina del Olympic Auditorium a mediados de los ochenta. Foto Bill Anderson

Ya hacía mediados de los ochentas hubo un renacer de lucha libre en el Olympic Auditorium, principalmente por la visión de un joven Benjamín Mora Jr., quien haciendo copromoción con California Pro Wrestling realizó buenas funciones luchísticas. Desde la mítica final por el Campeonato Mundial de Peso Completo WWA, entre el Gigante Sabio, Tinieblas y el tremendo rubio Bill Anderson,  siendo este último el ganador, para unas semanas después hacer la revancha máscara contra cabellera, donde el fortachón mexicano rapó al rubio.

Campeonato Mundial de Peso Completo WWA en disputa: Tinieblas vs. Bill Anderson.
La esperada lucha de máscara contra cabellera de Tinieblas vs. Bill Anderson
Bill Anderson es sometido por El Fantasma para que pague lo prometido tras su derrota ante Tinieblas.
Huracán Ramírez y Bill Anderson en el Olympic

También bajo la guía de Mora llegó la nueva generación de luchadores fronterizos a principios de los noventa, resaltar la lucha de relevos increíbles entre Rey Misterio Jr. y Konnan contra Psicosis (Nicho) y Rey Misterio Sr., o las interminables fechorías de The Mexican Most Wanted: Halloween y Damian 666.

Una nueva década trajo otra generación de gladiadores: en la foto Mongol Santino enfrenta a Halloween

 

Continuará…

 

Si quieres leer la primera parte de esta entrega da click aquí., la tercera parte aquí. La cuarta aquí. 

LA LUCHA SIGUE...
Suscríbete para recibir un resumen diario de las últimas noticias.
icon