Analizando a WWE: Hell in a Cell – El arte de reemplazar al campeón

Este artículo refleja las opiniones personales de su autor y no necesariamente las de la revista Súper Luchas.

El reinado de The Rock como campeón de WWE a inicios de 2013 es recordado de manera infame por sus pocas apariciones en los shows semanales durante la temporada más importante del año, el Road to Wrestlemania, además de no haber tenido una solo lucha en Raw o Smackdown. Sin embargo, ha llegado un nuevo campeón cuyo reinado podría ocupar un lugar aún mayor en el Salón de la Infamia, Brock Lesnar.

El objetivo de esta columna no es calificar o juzgar el reinado de Brock Lesnar como WWE World Heavyweight Champion, sino analizar la solución que el cartel de Hell in a Cell brinda al problema de un evento sin el máximo campeón.

En los últimos 5 años, Hell in a Cell 2014 será el tercer evento en donde el campeonato de la WWE no estará en juego. A finales de 2012, CM Punk sufrió una lesión que le impidió defender el campeonato de WWE en una lucha TLC contra Ryback. Esto llevó a que el cartel sufriera varios cambios, entre ellos el paso de John Cena y Dolph Ziggler al main event, donde disputaron el maletín Money in the Bank en una lucha de escaleras que, por la cantidad de objetos usados, resultó ser otro TLC Match, el segundo de la noche, ya que algunas horas antes se había visto el debut de The Shield en una lucha de Mesas, Sillas y Escaleras en equipo contra Ryback, contendiente al campeonato de WWE, y Team Hell No, campeones de parejas. La lucha, que no se hubiera dado en presencia de Punk, fue clasificada como la mejor lucha debut en la historia de WWE y consolidó inmediatamente a The Shield en el evento estelar.

Otra lesión llegó en Payback 2014, esta vez para el WWE World Heavyweight Champion Daniel Bryan, quien eventualmente tuvo que dejar vacante el campeonato. En esta ocasión dos encuentros llegaron a salvar la noche. En primer lugar, el capítulo final de la rivalidad entre John Cena y Bray Wyatt llegó con la estipulación Last Man Standing, en la que quizá fue la mejor lucha entre estos luchadores. Por otro lado, The Shield llegó al salve nuevamente con su segundo encuentro frente al renacido Evolution, formado ahora por veteranos con 31 campeonatos mundiales sumados en conjunto. En una lucha de eliminación, los jóvenes talentos superaron la adversidad y terminaron la lucha juntos, mientras que Triple H, Randy Orton y Batista fueron sacados de juego en lo que horas después llevaría a la ruptura de The Shield.

Ahora, WWE se enfrenta de nuevo al problema del evento sin soberano, un Hell in a Cell sin Brock Lesnar, pero la noticia no los ha tomado por sorpresa esta vez y un sólido cartel suplirá la ausencia de un Campeón Mundial de Peso Completo de WWE que, con perfecta salud, se ha llevado el título máximo hasta que su contrato le obligue a regresar.

The Shield llega de nuevo a salvar la noche, o casi. Con la ruptura del grupo, han sido meses de venganza en los cuales Dean Ambrose y Seth Rollins han dado la que es, quizá, la mejor rivalidad de 2014. Ahora el capítulo final ha llegado dentro de la celda infernal, donde Rollins intentará mantener su invicto ante el Lunatic Fringe, mientras que Ambrose buscará que Mr. Money in the Bank pague finalmente por su traición. Por encima de dos leyendas vivientes, estos jóvenes talentos encabezarán el segundo evento Hell in a Cell en el que participan, habiendo logrado algo que para la mayoría parece difícil, mantener la atención del público tras cerca de cuatro meses de rivalidad cada semana.

Pero la carga del evento sin campeón no está solo en los hombros de los más jóvenes. John Cena y Randy Orton, parte junto a Brock Lesnar de la gran generación de 2002, chocarán por segunda vez dentro del «patio de juegos del demonio», esta vez no con el título de WWE de por medio, sino en busca de la oportunidad de retar a La Bestia Encarnada en el futuro. Con una de las rivalidades más largas en WWE, las dos leyendas vivientes darán un #1 Contender’s Match, tan ausentes en los últimos años, y atraerán con sus nombres al sector del público para el cual Ambrose y Rollins todavía no resultan ser nombres muy importantes.

Un buen cartel no se hace solo con dos luchas, y a falta de un campeón tenemos cuatro más. En otra noche donde «casi» todos los títulos estarán en juego, la rivalidad de AJ Lee y Paige, apagada en las últimas semanas, podría tener su punto final este domingo, donde se decidiría finalmente en manos de quien quedará el campeonato de las divas. Gold & Stardust continúan rivalizando con los ex-campeones de parejas, The Usos, pero nuevos retadores al título doble podrían aparecer después del domingo. Sheamus y The Miz lucharán por el campeonato de los Estados Unidos, pero esta vez las miradas están atentas sobre Damien Mizdow, quien desde su humilde pero magníficamente desempeñado papel, ha logrado atrapar al público, llegando incluso a cubrir limpiamente al irlandés en la última edición de Raw. Finalmente, la joya de la corona en las luchas titulares de la noche; Cesaro y Dolph Ziggler, dos de los mejores y más infravalorados luchadores en el roster de WWE, chocarán en una lucha a dos de tres caídas donde sin dudas el mayor ganador será el campeonato intercontinental, que recuperará algo de su brillo en una lucha que, con el tiempo suficiente, podría competir entre las mejores del año.

Así, tal como las lesiones alejaron a CM Punk y Daniel Bryan de dos eventos, ahora un contrato lo hace con Brock Lesnar. Sin embargo WWE ha sabido prepararse y demostrar que pueden desempeñarse magníficamente en el arte de reemplazar al campeón en un Hell in a Cell sin Brock Lesnar.

LA LUCHA SIGUE...
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