5×5: Lo mejor y lo peor de WWE Royal Rumble 2017

Bienvenidos de nuevo a esta columna en la que busco presentar los 5 aspectos positivos y negativos de los PPV de WWE, en este caso Royal Rumble 2017. Este fue el PPV encargado de abrir el Camino a WrestleMania 33, y llegó con la gran atracción de incluir a las principales leyendas de la industria. En mi opinión fue un gran evento, con un cartel sólido que cumplió, pero que ha recibido todo un conjunto de críticas por los motivos equivocados.

Empecemos con lo mejor y lo peor de Royal Rumble 2017:

LO PEOR

5- La división femenil de SmackDown

Aunque SmackDown tiene una división femenil interesante y sólida, eso no se vio en Royal Rumble. Más allá de Natalya haciendo el You Can’t See Me, las rivalidades de la marca azul no se reflejaron en el transcurso de la acción, que en su mayoría consistió en Becky Lynch siendo castigada por las rudas. La victoria de Naomi fue justo lo que necesitaba para posicionarse como retadora, pero tener a Mickie James perdiendo en su primera lucha no es la mejor idea.

4- Nia Jax vs. Sasha Banks

No fue una terrible lucha, es claro que el objetivo era posicionar a Nia Jax como la mayor fuerza en la división femenil roja. El problema es que la samoana tiene un arsenal terriblemente limitado. En NXT la vimos hacer un bonito Jackhammer, pero la maniobra nunca se repitió y sus luchas se limitan a leg drops y samoan drops. Sasha es muy buena vendiendo lesiones, y esa lógica salvó el encuentro. Pero ahora que Nia se ha mostrado definitivamente superior ¿cómo continuará la rivalidad?

3- ¿Y las sorpresas?

Este año el Royal Rumble tenía lugar para ocho sorpresas, y aunque era obvio que varias de estas posiciones serían ocupadas por participantes «de relleno», a la lucha le quedaron faltando apariciones inesperadas. Tye Dillinger hizo su esperadísimo debut con el 10, y fue una de las dos grandes sorpresas, el otro fue Roman Reigns, de quien hablaré luego. Los demás fueron actos de comedia (Gallagher, Ellsworth, Enzo), regalos para Texas (Henry) o simples rellenos (Kalisto, Apollo). Si ese no era el plan para debutar a Samoa Joe, no hay problema, pero muchas otras apariciones podrían haber agregado un toque especial a la lucha.

2- Ni Rollins, ni Triple H

Después de que Seth Rollins realizará una sorpresiva invasión en NXT TakeOver: San Antonio, todos los ojos estaban puestos sobre la posibilidad de que él y Triple H finalmente se encontraran en el Royal Rumble, pero esto no ocurrió. En el kickoff Stephanie McMahon anunció un veto a Seth Rollins en el Alamodome, y allí terminó todo. No hubo cara a cara, ni siquiera hubo un intento del Arquitecto por entrar al lugar. Generalmente no soy partidario de tener segmento de micrófono en PPV, pero este valía la pena. Ahora tendremos que esperar hasta Monday Night Raw.

1- Las viejas glorias del pasado

Ya había señalado que, en mi opinión, esta es la generación más talentosa en la historia de WWE. Esto no quiere decir que no haya espacio para las grandes leyendas, pero el peso de unos y otros debería ser distribuido. Sin embargo, en Royal Rumble toda la atención estuvo dirigida a las grandes glorias del pasado y los jóvenes quedaron en un segundo plano. La construcción del evento fue dirigida por Goldberg, Brock Lesnar y The Undertaker, y los mayores triunfos fueron para John Cena y Randy Orton. Los demás, quizá salvo AJ Styles y Roman Reigns, sirvieron apenas de acompañamiento para esta gran noche de veteranos. Es claro que son ellos quienes más venden, pero es hora de dejar de mirar atrás y empezar a construir el futuro.

LO MEJOR

5- Charlotte vs. Bayley

Después de la espectacular rivalidad entre Charlotte Flair y Sasha Banks, era grande el riesgo de que la calidad decayera cuando ambas siguieran adelante. Y aunque ya vimos que Sasha no está del todo bien (aunque tampoco del todo mal), Charlotte encontró una rival ideal en Bayley. Como en NXT, ambas mujeres dieron un sólido encuentro donde destacaron las maniobras aéreas de la retadora. Era claro que el récord de La Reina del PPV se mantendría, pero este encuentro fue un vistazo de lo que nos espera en WrestleMania 33 (probablemente).

4- Dos justas coronaciones

Cuando se tiene un elenco tan talentoso y numeroso, es fácil pasar por alto los méritos de distintas Superestrellas. En Royal Rumble vimos cómo se coronaron tres luchadores que por mucho tiempo fueron mal manejados: Neville, Luke Gallows y Karl Anderson. Primero fue el turno de Gallows & Anderson, cuya imagen fue arruinada por su rivalidad con The New Day. Todavía falta ver cómo los manejan como campeones. Luego fue el gran momento de Neville, quien desde su regreso hace un mes ha sido la gran figura de la división crucero. A su gran talento se agregó un micrófono que no se le conocía y una actitud que lo hace, hoy por hoy, el verdadero «Rey de los Cruceros».

3- Guerra total: Owens vs. Reigns

No hay una fórmula para hacer una buena lucha, algunas funcionan a base de maniobras aéreas, otras de técnica y otras de brutalidad. Kevin Owens vs. Roman Reigns pertenece al último grupo. Sin nada de técnica y con mucho uso de objetos, los dos luchadores dieron un entretenido encuentros con interesantes spots que lograron emocionar al público de San Antonio. Ya se sabe que Roman Reigns destrozar cada mesa de comentarios que se le cruce, pero su powerbomb fluyó de manera natural, no tan forzada como a veces ocurre. El frog splash en la mesa y el castillo de sillas fueron los otros grandes momentos. El lado negativo es que Owens sigue teniendo un terrible manejo y desde que ganó el Campeonato Universal no ha tenido una victoria limpia. La intervención de Braun Strowman contra Reigns parecía del todo lógica, en miras de un enfrentamiento en WrestleMania, hasta que llegó el Royal Rumble.

2- El Royal Rumble

Será difícil no extenderse de más en este punto, pues sin duda es el más polémico. En mi opinión, el Royal Rumble fue un gran encuentro que, sin ser perfecto, fue uno de los mejores en años. No sólo fue una mejoría respecto a los terribles resultados de 2014 y 2015, sino también frente al pésimo manejo creativo de 2016. Vamos al meollo del asunto, que otra vez en Roman Reigns. La queja general, aunque hay matices, se puede resumir en «el Royal Rumble 2017 fue malo porque Reigns CASI gana» y, siendo así, es un absurdo. Es más, mi opinión es que tras dos desastres consecutivos, el samoano por fin fue bien manejado en un Royal Rumble. La molestia empieza con su llegada en el número 30, pues muchos querían a Samoa Joe o, en últimas a AJ Styles. Claramente lo planes para Joe son distintos, y eso está bien, mientras que el Phenomenal One no necesita el Royal Rumble, pues tiene su clausula de revancha. Tampoco es el primer retador que luego va a la batalla campal, Ziggler lo hizo en 2011 y 2012 sin que hubiera molestia al respecto. La siguiente queja es que hubiera eliminado a The Undertaker, pero si el Deadman no era el ganador, su eliminación hubiera sido mal recibida de cualquier manera, y si en realidad van a rivalizar, pues qué mejor forma de iniciar los choques.

Pero el punto importante por el que Reigns fue bien manejado, fue que gracias a Roman Reigns, la victoria de Randy Orton fue un éxito. Ese «casi ganar» del que tanto ha habido quejas fue el que logró posicionar a Orton como «el que nos salvó de Reigns» y no como «el veterano que roba oportunidades». Los creativos saben el odio que genera Reigns y lo usaron de la mejor manera para elevar al ganador del Rumble. Tampoco es cierto que vayamos a ver Cena vs. Orton por millonésima vez, lo cual sería un desastre. Los planes son otros pero, para evitar spoilers, mejor den click aquí para conocerlos.

No todo fue Orton y Reigns, otros tuvieron espacio de brillar. La actuación del Deadman fue fenomenal y recordó a lo que había hecho en 2007. Goldberg y Lesnar marcaron definitivamente el tono de su rivalidad, que girará alrededor del «no puedes vencerme». Baron Corbin eliminando a Braun Strowman fue quizá la mayor sorpresa de la noche, y ni qué decir de Chris Jericho, que rompió múltiples récords en este encuentro. En conclusión, fue un gran Royal Rumble y las críticas, en general, son injustificadas.

1- AJ Styles vs. John Cena

Si en el punto anterior fue inevitable extenderse, este encuentro puede resumirse fácilmente. AJ Styles y John Cena dieron otro clásico instantáneo, una lucha que no sólo se robó la noche, sino que se postula como candidata a lucha del año en WWE. Esta lucha tuvo psicología, buen ritmo, química, y estuvo rodeada de esa aura que todo momento importante lleva consigo. Al final, AJ Styles se consolidó como uno de los mejores luchadores en el mundo, John Cena alcanzó los históricos 16 campeonatos mundiales y ambos salieron beneficiados de una lucha en la que no hubo perdedores. Todos ganaron, principalmente el público. El análisis puede ser corto, pero todo lo que se diga sobra para quien haya visto este gran encuentro.

Gracias por detenerse a leer, recuerden que esta es mi opinión personal y que pueden dejar la suya en los comentarios.

LA LUCHA SIGUE...
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