5×5: Lo mejor y lo peor de WWE TLC 2015

Este artículo refleja las opiniones personales de su autor, y no necesariamente las de Súper Luchas.

Bienvenidos de nuevo a esta columna en la que busco presentar los que, en mi opinión, son los 5 aspectos positivos y negativos de los PPV de WWE, en este caso TLC 2015. El evento encargado de cerrar el calendario de WWE llegó en una etapa de crisis donde la empresa tiene la necesidad de renovar su producto. En mi opinión fue un evento flojo que si bien tuvo varios puntos interesantes no consiguió convencer ni ofrecer nada novedoso.

Empecemos con lo mejor y lo peor de WWE TLC 2015:

Lo peor:

5- Caos de mesas: Tras enfrentar a The Brothers of Destruction, The Wyatt Family pasaba a otro grupo de leyendas con los originales de ECW. La estipulación parecía adecuada para 8 hombres que destacan por su estilo físico, pero el resultado final fue un caos, y no en el buen sentido que la palabra podría tener aquí. Dos mesas se rompieron sin que hubiera eliminación, y aunque se justificó que debía tratarse de una maniobra ofensiva para que tal cosa ocurriera, sólo basta recordar que Big Show perdió el Campeonato Intercontinental por pisar demasiado fuerte una mesa. Los Wyatt se vieron fuertes, a excepción de Rowan, y se mostraron tan dominantes como dominados fueron en Survivor Series. Sin embargo, vale la pena preguntarse hasta cuando seguirá siendo explotada la nostalgia por ECW, pues aunque el público lo grita 15 años después, el nombre de la empresa se ha convertido en sinónimo de regresos esporádicos de estrellas cada vez más envejecidas y poco más, crítica que no sólo aplica a WWE.

4- Del Río vs. Swagger: Simplemente no había nada en este encuentro que llamara la atención. Ni el mexicano ni el estadounidense tienen una gran conexión con el público, la rivalidad entre naciones ya está algo quemada, el factor Zeb Colter no despertaba mayor empatía y nunca hemos obtenido nada decente de una lucha de sillas. Adicionalmente, las posibilidades de que hubiera un resultado diferente a una victoria de Del Río eran tan pequeñas que ni siquiera valía la pena considerarlas. El uso de las sillas tampoco fue la gran cosa, con un Del Río que prefirió sepultar a Swagger bajo una decena de sillas sin mayor peso antes que golpearlo y un Patriot Lock «reforzado» con una silla que en realidad no añadía ningún tipo de presión. Al final, esta no fue la mejor manera de darle a Del Río su primera defensa tras casi dos meses como campeón.

3- Predecible: Ningún resultado logró sorprender. Sheamus, Ambrose, Charlotte, The New Day, Del Rio, Rusev y los Wyatt se esperaban como ganadores y así sucedió. La aparición de The League of Nations, las trampas de Ric Flair, los engaños de Lana o la intervención de Xavier Woods también se encontraban entre los planes y ocurrieron tal como se esperaba. Un evento predecible de principio a fin.

2- TLC – Sheamus vs. Reigns: El evento estelar de la noche no era exactamente la lucha que más emocionaba a los fanáticos, pero como el encuentro principal de la noche tenía ciertas expectativas que cumplir. Por desgracia, Sheamus y Roman Reigns no lograron aprovechar las posibilidades que las mesas, sillas y escaleras ofrecían y terminaron dando un encuentro sin mayor lógica o historia contada, donde la acción se redujo a una lenta sucesión de golpes con cualquier cosa que fueran encontrando. En ningún momento parecía haber alguna estrategia detrás de las acciones de los luchadores más que el deseo de dar el golpe más fuerte. El público notó esta falta de sentido y, sumado a su poco cariño a Sheamus y Reigns, empezaron a cantar los nombres de aquellos a quienes sí quieren ver: CM Punk, The Undertaker, Seth Rollins y hasta John Cena. La aparición de The League of Nations estaba cantada desde el primer instante (¿dónde quedó Barrett?) y aunque la Brogue Kick del irlandés le dio un poco de credibilidad a su victoria, el final fue del todo anticlimático. Por fortuna, el segmento final del evento fue capaz de cerrar de mejor manera el último PPV del año.

1- Más de lo mismo: Esperar una segunda Attitude Era es ser un soñador empedernido, pero en un momento como el actual donde todo el producto de WWE está recibiendo fuertes críticas es de esperarse que al menos recibamos un poco de «Ruthless Agression» e innovación. Sin embargo, WWE TLC fue más de lo mismo. No sólo fue predecible como ya lo habíamos dicho, sino que lo que allí ocurrió fue una versión de cosas que ya hemos visto en muchas otras ocasiones. Triple H aceptó que en la compañía todavía no habían logrado descubrir la manera correcta de producir cosas nuevas, pero en un momento como este sin duda es un error el intentar reciclar ideas que ya hemos visto por más de dos décadas y que cada vez fallan más a la hora de entretener, desde la guerra de nacionalidades hasta el técnico contra la figura de poder, pues ninguna formula mágica es a prueba de balas.

Lo mejor: 

5- El público: En mi opinión el público de Boston logró hacer lo que otros no han conseguido, expresar correctamente su parecer. Cuando la lucha no les gustaba lanzaban los cánticos que a la empresa no le gustan (CM Punk!), cuando les gustaba lo que veían también lo hacían saber (New Day sucks/rocks!, Let’s go Ambrose! Thank you Roman!). Recordando la crítica de Mick Foley al público de NXT, la audiencia de Boston no estaba preocupada por resaltar o hacerse notar, sino por expresar su opinión sobre el producto, algo que hay que valorar.

4- Charlotte Flair: Con sólo su primer nombre como carta de presentación, Charlotte intentó construir su carrera en NXT y WWE por sí misma, acudiendo a su padre sólo como apoyo y haciéndole honor con algunos movimientos. Sin embargo, en WWE TLC vimos un paso más en el cambio de persona de la luchadora, que tras su debut ha sido poco más que una niña llorona pero que ahora muestra la arrogancia que la convirtió, en mi opinión, en la mejor campeona de NXT. Ric Flair tuvo una magnífica actuación como rudo, como no había duda que tendría, y fue un gran complemento para su hija, que no se quedó atrás al imitar las maneras del 16 veces campeón mundial. Con Paige posiblemente superada, Charlotte tendrá un reto inédito ante su mejor amiga Becky Lynch, una favorita personal que de seguro dará grandes encuentros con la heredera Flair y la ayudará a mostrar más de esta faceta desconocida para la mayor parte del público.

3- «Thank you, Roman!»: Si bien el evento estelar de WWE TLC no fue digno de ser recordado, lo ocurrido después podría ser un momento determinante en la carrera de Roman Reigns. La compañía está empeñada en convertir a Roman Reigns en la nueva cara de WWE, algo para lo que creo que tiene las capacidades necesarias, pero la voluntad de hacerlo no es suficiente y por ello Reigns debe encontrar el lado de su personalidad con el que se sienta más cómodo en el ring. Por más de un año hemos visto varias cara de Roman Reigns, el bromista, el confiado, el incansable e incluso el llorón de Survivor Series, pero ahora vemos la cara que lógicamente, considerando su físico, es la que mejor se adecua a él, el agresivo. Roman Reigns levantó de forma natural la mejor reacción que ha tenido en mucho tiempo tras su ataque a Triple H, donde dejó de lado cualquier tipo de actitud tranquila y se lanzó a la violencia de una forma que fue muy bien recibida por el público. Aunque este parece ser el momento en que Reigns encuentra su formula del éxito, debo ser pesimista pues creo que esta noche en Raw veremos de nuevo a Reigns tomando el micrófono de forma aburrida en lugar de hablar con los puños, como siempre debería hacer.

2- Owens vs. Ambrose: Finalmente, tras 19 meses, Dean Ambrose ha vuelto a tocar el oro en WWE. El nuevo campeón intercontinental tuvo un gran momento en WWE TLC, pero antes de eso tuvo una gran lucha ante Kevin Owens. La lucha era la que más expectativas generaba de cara al evento y no decepcionó. Los estilos de Owens y Ambrose combinan de gran manera y ambos son capaces de imprimirle intensidad a sus luchas sin que haya una estipulación de por medio. Pocas estrellas son tan dominantes como Owens en el ring y pocas estrellas son tan queridas por el público como Ambrose. Los dos independientes emocionaron con esto a la audiencia y la lograron levantar de sus sillas tras el Dirty Deeds, que se salió del guion esperado y no le dio la victoria a Ambrose, quien tuvo que quedar al borde de la Pop-up Powerbomb para obtener el conteo. Ahora Dean Ambrose obtiene un premio más que merecido y Owens cierra un buen reinado en lo que ha sido una meteórica carrera dentro de la compañía.

1- Ladder Match – Acción en parejas: Sobre el papel era claro que este encuentro tenía todo para ser una gran lucha, pero aún así el resultado final logró sorprender de gran manera. En el primer encuentro de la velada The New Day defendía el Campeonato de Parejas WWE ante The Lucha Dragons y The Usos en una lucha de escaleras. Con parejas retadoras como esas era claro que la acción se desarrollaría en el aire y así fue. The Usos hicieron su conocida fiesta de frog splashes y superkicks durante el encuentro y The New Day usó su ventaja numérica para añadir tensión, incluso con Xavier Woods haciendo al mismo tiempo una gran labor en la mesa de comentarios. Sin embargo, The Lucha Dragons y particularmente Kalisto fueron los protagonistas de la lucha. Los enmascarados sacrificaron sus cuerpos para enloquecer a la audiencia y hacer de esta la mejor lucha de la noche. La Salida del Sol de Kalisto sobre la escalera de seguro será recordada por años como uno de los mejores momentos del joven luchador, quien tiene el potencial de ser la próxima superestrella latina de WWE. Al final The New Day retuvo el título, un movimiento acertado considerando que el trío es el acto más interesante de la compañía en el momento, pero The Usos y The Lucha Dragons tuvieron una presentación tan buena que ambos se mantienen con toda la credibilidad para volver a luchar por el oro.

Gracias por detenerse a leer, recuerden que esta es mi opinión personal y que pueden dejar la suya en los comentarios.

LA LUCHA SIGUE...
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