5 años de Money in the Bank 2011, el PPV que pudo cambiarlo (casi) todo en WWE

«Señoras y señores, un devoto público local para CM Punk«
(Michael Cole)

«¿Devoto? ¿Estás de broma? Lo único con lo que podría comparar este sentimiento es con los Chicago Bears ganando la SuperBowl en Chicago»
(Jerry Lawler)

Así dio inicio hace casi un lustro el combate estelar de Money in the Bank 2011: paradigma y fe. Los Chicago Bears nunca ganaron una SuperBowl en su ciudad, Lawler expuso entonces una utopía. Pero WWE sí brindó a las gradas del Allstate Arena una fantasía luchística hecha realidad. CM Punk venció a John Cena por el Campeonato WWE en las narices de Vince McMahon, nada más y nada menos.

A partir de aquí, la compañía se volcó con Punk como casi nunca antes lo había hecho con una superestrella que, en apariencia, carecía de la «bendición» de Vince. Over the Limit y Capitol Punishment registraron mediocres cifras de venta, y urgía dar un revulsivo a la dinámica de los últimos meses.

Punk resultó una apuesta ganadora, ya que su rol como líder de la SES y de los Nexus estaba reactivando su carrera, que desde 2009 permanecía alejada de la órbita de un título mundial. Pero nadie presagió tal apoyo por parte del universo WWE. Parece que aquella «Pipe Bomb» era un reflejo de la percepción de muchos de nosotros. ¿Una verdadera revolución televisada? Si bien todo formaba parte del guión, lo que vino después obligó a improvisar y reescribir a marchas forzadas.

Puede decirse que el germen de la Era IWC comenzó aquí, con un necesario derrocamiento de Cena. Por fin, uno de los luchadores favoritos de internet ocupaba el lugar del predilecto de la empresa. Numerosos medios vaticinaron un cambio de ciclo a la manera que hoy lo venimos haciendo con el producto actual. Por aquel entonces, conocer que Triple H tendría peso en decisiones creativas alimentó las esperanzas de renovación. Curiosamente, también ahora muchos encomiendan su espíritu en las manos de Hunter. A menudo NXT demuestra un bookeo admirable, bastante superior al de los dos shows principales.

Ambos momentos se sitúan en las postrimerías de procesos opuestos. Si ahora presenciaremos el comienzo de la separación de marcas, hace un lustro asistimos al fin de la misma. Y precisamente, gracias a ello, el ruido y la furia consiguieron hacernos creer en una nueva era. Tener un solo título magno aportaba más credibilidad a la figura de Punk, ya que el prestigio del Campeonato Mundial de Peso Completo había decaído en los últimos años.

La supremacía del Campeonato WWE se confirmó aún más cuando en SummerSlam 2011 los mismos protagonistas repitieron combate estelar, esta vez como dilucidante de quién era el verdadero monarca.

CM Punk vs. John Cena, SummerSlam 2011 / WWE ©
CM Punk vs. John Cena, SummerSlam 2011 / WWE ©

Durante los siguientes meses, la genial historia del adalid de la «insurrección» continuó hasta culminar sobre la arena del Madison Square Garden. En Survivor Series 2011, Punk recuperó el cinturón al derrotar a Alberto del Río, forjando así el sexto reinado más largo de la historia de WWE.

Para quien no recuerde bien el evento, es vital señalar que dicho duelo no cerró el cartel. ¿Por qué es tan importante este hecho? Porque en la alargada sombra de The Rock reside la respuesta. Un encuentro por parejas junto a Cena, contra The Miz y R-Truth, y sin nada en juego, sirvió de epílogo.

Me pregunto si detrás del regreso de «Rocky» y el ascenso de Punk se escondía algo más que simple sincronicidad. ¿Pudo haber usado Vince a su antiguo estandarte como torpedo? WrestleMania 28 y 29 fueron dos citas preconcebidas para el actor, justo las dos ediciones que «La voz de los sin voz» más merecía protagonizar por popularidad en ese momento.Y adivinen quién puso fin a aquel reinado de 434 días.

Mi conocimiento de los entresijos de WWE no alcanza a comprender la razón de que se apartara del primer plano a un luchador que, durante un buen periodo de tiempo, superó en ventas de merchandising a Cena. Supongo que las inquinas y simpatías personales siempre son decisivas, quien haya trabajado en una pequeña, mediana o gran empresa sabrá de lo que hablo.

«Empezaré por el principio, cuando renové, cuando me fui y renové en una reunión con Vince McMahon. La gente creía que aquellas palabras que pronuncié en aquel momento sobre cambiar las cosas no se podían cumplir sentado en mi sofá de Chicago. Pero no estoy de acuerdo, porque es exactamente lo que hice. Los cambios no fueron permanentes, pero se cambiaron muchas cosas. Mucha gente consiguió cosas que merecía y es algo que no olvidaré.»

Al amparo del podcast de Colt Cabana, Phil Brooks hablaba así en noviembre de 2014 por primera vez tras su abrupta salida. Muchos respaldaron sus palabras y otros lo tacharon de presuntuoso por querer considerarse una especie de mesías del cambio. Yo las suscribo sin caer en la ingenuidad, ya que evidentemente ese vuelco nunca llegó, pero sí tuvimos en puestos más importantes a luchadores que la IWC demandaba. Punk como Campeón WWE y Daniel Bryan y Zack Ryder como nuevos Campeones Mundiales de Peso Completo y de los Estados Unidos respectivamente, celebraron juntos sus victorias durante el Raw posterior a TLC 2011. Una imagen simbólica: tres luchadores atípicos, según los designios de la compañía, portando los máximos galardones.

Ryder, Bryan y Punk celebran en el Raw SuperShow del 19 de diciembre de 2011 / WWE ©
Ryder, Punk y Bryan celebran en el Raw SuperShow del 19 de diciembre de 2011 / WWE ©

Existe un legado, una moraleja de la que Vince tal vez aprendió algo. Porque Money in the Bank 2011 también supuso la raíz del ascenso de Daniel Bryan. Su victoria dentro del combate de escaleras de SmackDown le abrió nuevos horizontes y encauzó el futuro «Yes»! Movement, capitalizado en WrestleMania XXX. Puede que WWE quisiera compensarnos otorgándole una victoria estelar allí, algo que Punk nunca consiguió. Vince tuvo una segunda oportunidad con Bryan, y esta vez hizo lo correcto. De nuevo, el mejor luchador sobre el ring era el luchador más importante, y sólo su propio cuerpo a los 35 años truncó esa hegemonía. En definitiva, de nuevo se demostraba que lo mejor para el público era lo mejor para los negocios.

Si separación de marcas constituye sinónimo de oportunidades para talentos que lo merezcan, bienvenida sea. Pero como expuse en mi último artículo, y por citar dos ejemplos, Shawn Michaels y Bret Hart alcanzaron la cúspide bajo una unificación. Sólo se trata de meritocracia. La sociedad del espectáculo es lo suficientemente madura, estoy en desacuerdo con que no deba darse al público lo que quiere. Si la estela de Money in the Bank 2011 se hubiese seguido hasta hoy, no tendríamos a Roman Reigns de campeón supremo y tal vez sí a AJ Styles.

AJ Styles debuta en WWE (WWE Royal Rumble 2016) / WWE©
AJ Styles debuta en WWE (WWE Royal Rumble 2016) / WWE©

WWE tiene una segunda oportunidad a partir del 11 de julio para redimirse de sus errores recientes y espero que la nueva era no se limite a una separación, sino que haya una política en consonancia y con continuidad. Cuando CM Punk lanzó un beso a Vince antes de huir con la correa bajo el brazo, MITB 2011 terminó de la misma manera que empezó: paradigma y fe. 5 años después, la sensación se repite.

LA LUCHA SIGUE...
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