WWE, más allá de la calidad de sus combates e historias, pierde gran parte de su atractivo cuando resulta predecible. Durante los últimos años, esa capacidad de sorprender de la que siempre hizo gala en décadas anteriores ha quedado un tanto enterrada, aunque puntualmente, a Vince McMahon y Cía se les encienda la bombilla. Caso de lo sucedido este viernes en SmackDown, con una «NXT Invasion» que incluso hizo pensar en la coronación de Daniel Bryan como Campeón NXT.
Porque de buenas a primeras, Bryan, Triple H, Shawn Michaels y Adam Cole coincidieron tras bastidores del KeyBank Center, y de tal cuadrangular salió nada más y menos que una lucha titular entre «The American Dragon» y «The One» para el estelar de la noche. Duelo que respondió a las expectativas depositadas; quizás la mejor lucha de 2019 vista en un episodio de la marca azul. Pero cuyo resultado supuso una vuelta a la lógica moderación.
► NXT necesita de la popularidad de Daniel Bryan
Cole batió a Bryan, consumando la dinámica de supremacía mostrada por los chicos de Triple H sobre el elenco de SmackDown. Un resultado necesario en este sentido para la vía creativa tomada por WWE, a fin de presentar a la marca dorada como competencia real en la rivalidad que las tres marcas principales ya libran de cara a Survivor Series 2019. Sin embargo, quiero plantear la vía alternativa de un epílogo con Bryan alzando el magno cetro de NXT.
El jueves conocimos la enésima caída de los ratings de la marca dorada de WWE, que ya se mueven por el medio millón de espectadores. Y pese a que los juegos de la serie mundial de béisbol contribuyeron a ello, lo cierto es que dentro de su particular batalla con AEW cada miércoles, NXT ha quedado descolgada. Segundo puesto del que aquí en SÚPER LUCHAS ya venimos clarificando su porqué: carencia de verdaderos nombres estelares.
Recientemente, WWE decidió impulsar a un Finn Bálor rudo de reclamo (cuando el plan original para su retorno era muy distinto antes de los bajos resultados de audiencia), y veremos si el experimento funciona, pues con puntuales excepciones, habitualmente el público casual prefiere a luchadores técnicos.
Pero obviando esto, NXT necesita de principal campeón a una Superestrella más popular que Cole. ¿Por quién apostó AEW de primer monarca varonil para su inicio televisivo? Bingo: Chris Jericho, un veterano consolidado y con suficientes tablas para elevar por sí solo cada episodio de los Élite con su carisma.
Bryan no guarda tanta popularidad en comparación a Y2J, aunque de recuperar su «Yes! Movement», estaríamos ante una estrella situada en la posición de cara de NXT. Quien además, al mismo tiempo conecta con ese sector purista de la Full Sail, debido a su prestigio ganado en ROH y el circuito independiente. Daniel Bryan serviría de gran contrarresto a Chris Jericho; primer paso necesario para intentar dar la vuelta a una coyuntura seguramente un tanto ya incómoda para «The Game» y Cía.
Se hubiera orgasmeado Self Clown Five 😉