WWE y sus rentas, un legado ¿finito?

Minutos atrás, recogí un sustancioso análisis de Eric Bischoff sobre el producto que ofrece WWE a día de hoy. 

«[…] ¿Cuánto hace que nadie construye y atrae a gente que no es fan de la lucha libre? No ha ocurrido desde Nitro, y no hay nada que suceda hoy día que me lleve a pensar que van a lograrlo en el futuro. Todo el mundo hace feliz a su audiencia, pero nadie realmente hace crecer la audiencia. En el caso de WWE, creo que depende de ellos cambiar el formato y dejar de ser tan predecibles y centrarse en lo natural del producto, y hacer cosas que haga que la gente recuerde o se dé cuenta de que, sí, este show es en directo y por ello no te lo puedes perder porque puede ocurrir cualquier cosa […]»

© WWE

 

► Creatividad en eras doradas

Esta semana, se estrenaron nuevos episodios de la serie documental ‘WWE Ruthless Aggression’, y en concreto, el titulado ‘Innovations’ creo supone una buena premisa para el artículo que me ocupa. Porque en él, precisamente Bischoff conecta de alguna manera con esas palabras citadas, al apuntar cómo una decisión creativa por entonces adscrita a Raw ofreció aire fresco al programa: la Raw Roulette, proveniente de WCW

Pero al fin y al cabo, estamos ante la menor de las innovaciones que durante aquel periodo WWE supo implementar, y que dicho episodio repasa. Recordemos, por ejemplo, el combate Money in the Bank, ideado entre Brian Gewirtz, Chris Jericho y Vince McMahon. O la Elimination Chamber, obra de Triple H y Bischoff. Conceptos que aún son grandes bazas más de tres lustros después para la empresa, y que a fin de exprimirlos al máximo, se convirtieron en PPV anual. Y no olvidemos la separación de marcas, proceso que cambió por completo el panorama de WWE y que la compañía resucitó en 2016 para, de momento, establecerla como diseño de su elenco principal. 

Si nos remontamos a la «Attitude Era», lo mismo sucede con el Hell in a Cell, invención de Jim Cornette (basado en la lucha «Last Battle of Atlanta»). Y con el TLC, que revolucionó las luchas de escaleras. O el Royal Rumble en la «Golden Era», atribuido a Pat Patterson. También creaciones hechas eventos de pago por visión. 

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► Las eternas fórmulas

Y la pregunta asalta irremediablemente: ¿qué innovaciones han llevado a cabo Vince McMahon y Cía desde el fin de la «Ruthless Aggression Era»? Se diría que muy pocas, pues básicamente, la WWE de 2021 vive de lo establecido décadas atrás, pero con el desgaste patente de un patrón que en algún momento debe reformularse, pues aquellos pilares no demuestran, como dijo Bischoff, atraer a nuevo público. Quizás por ese comentado exceso de predictibilidad, y que CM Punk expuso recientemente al imaginar cómo habría sido su regreso a WWE. 

«Si hubiera regresado a WWE, ¿qué habría hecho? Hay una fórmula. Hay un camino trazado y una fórmula. Eso es lo que hacen. Batista vuelve, gana el Royal Rumble, estelariza WrestleManiaEdge vuelve, está en el Royal Rumble… Creo que estuvo dos veces. Tal vez ganó, no lo sé, y va al estelar de WrestleMania. Hay una fórmula y hace 10 años esa mier** ya me aburría, así que ahora también»

Luchadores, combates e historias son la tríada mágica de cualquier programador, pero si no hay un esquema propicio, todo se resentirá. De ahí que, casualidad o no, tras la «Ruthless Aggression Era» WWE no haya sabido forjar a figuras de la talla de John Cena o Brock Lesnar.

Pongo en solfa el ejemplo de los WarGames, una de las pocas «innovaciones» recientes (entrecomillo al constituir un tipo de encuentro originario de NWA), que apenas se mantuvieron frescos por el hecho de quedar establecidos siempre en una misma fecha del calendario, perdiendo por completo su organicidad. 

Volviendo al elenco principal, me remito a la reciente entrega de Survivor Series, que ya saben, generó un interés muy discreto entre la comunidad luchística de internet. Y no sólo por la pobre construcción del evento. Creo que el problema deviene ya intrínseco a la filosofía de Survivor Series, donde las Superestrellas pugnan por premios invisibles a ojos del espectador, bajo un choque de marcas venido a menos. 

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► Futuro incierto a largo plazo

Luce poco probable que a estas alturas, WWE rompa con los mimbres que tanto éxito le han reportado. Aunque si eventualmente, esas dificultades por enganchar a nuevos adeptos se reproducen en el tiempo, la creatividad de etapas anteriores deberá hacerse presente otra vez.

En este sentido, la llegada de AEW ha sido una buena noticia para todos, empresa cuya fórmula luce menos predecible (pese a caer en ciertos efectismos) y nos remite a aquellos grandes shows de las «Monday Night Wars». ¿Suficiente para que WWE dé una sacudida a su producto al igual que antaño? En cualquier caso, existiese o no AEW, la remodelación de NXT evidencia que, cuanto menos, hay un propósito de enmienda, si bien tal vez en vano mientras WWE pretenda crear nuevos ídolos bajo viejos escenarios

LA LUCHA SIGUE...
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