Tuvo mucha razón Dave Meltzer al predecir que Survivor Series resultaría, en términos de repercusión creativa, un house show vendido como PPV. Y uno de los hechos más significativos fue que Dean Ambrose ni apareciera para protagonizar un segmento, obviando que no intervino en la lucha entre Seth Rollins y Shinsuke Nakamura. Pero ayer en Monday Night Raw, su ángulo sí que “avanzó”. De una manera, digamos, polémica. WWE utilizó la leucemia de Reigns para una promo de Ambrose.
Los ex-Shield jugaron al gato y el ratón durante toda la noche. De hecho, supuso la historia principal de este último episodio. A mitad del mismo, ambos mantuvieron un intercambio de palabras desde la distancia, y Ambrose volvió a hablar del daño que la célebre facción hizo a su carrera. Pero además, quiso argumentar que no sólo a la de él.
“Todos vamos a tener lo que nos merecemos. Quiero decir, mira a Roman. Por parte de Roman y por lo que hizo dentro de The Shield, ahora tendrá que responder ante el altísimo. Pero para ti, Rollins, será peor. Porque tendrás que responder ante mí”.

Hasta ahora, la compañía había decidido no jugar con la enfermedad de Roman. ¿Algún iluso creía que esto iba a ser así permanentemente? En concreto, un mes ha tardado en referenciarla, a fin de impulsar las hostilidades entre “The Lunatic Fringe” y “The Architect”. Cierto que jugar con ese concepto de “Reality Era” resulta muy atractivo a veces. Sin embargo, hay que saber dónde está el límite de ese pacto ficcional. Sobre todo con la sensibilidad al respecto que muestra la sociedad estadounidense.
A veces nos preguntamos si este país (y muchos otros) toma más en serio el arte que su propia realidad. Pero siendo crudamente realistas, ¿qué pasaría si Reigns acaba falleciendo? Desde luego, no me gustaría ponerme en el pellejo de esos guionistas.
Dave Meltzer lanzó una dura crítica a la compañía cuando Ambrose traicionó a Rollins… justo bajo la misma edición en que Reigns anunció su retiro. El periodista consideró que WWE luce cual microcosmos donde el mundo exterior apenas importa.
Y efectivamente, esto quedó de manifiesto otra vez con la realización de Crown Jewel. Un evento que contaba con todo en contra para llevarse a cabo. No obstante, seguramente la cercanía de Vince McMahon con Donald Trump fue clave. Por aquellos días, el presidente de EEUU dejó claro que, pese al asesinato de Jamal Khashoggi, los acuerdos comerciales con Arabia Saudita debían mantenerse. En consecuencia, parece que ídem para WWE.