Durante la «Ruthless Aggression Era», etapa del Imperio McMahon que vuelve a estar de suma actualidad por los nuevos capítulos acerca de ella en la serie documental de WWE Network y por la pretensión de Vince McMahon de forjar estrellas como entonces, seguramente muchos recordarán el PPV New Year’s Revolution, evento programado apenas una semana después del «New Year’s Eve», aunque solamente llegó a producirse en tres ocasiones (de 2005 a 2007).
Desde entonces, ningún evento de pago por visión ha ocupado ese hueco en la programación de WWE, obviando Royal Rumble, que suele realizarse a finales de enero. Hasta que en breve llegue a nuestras pantallas WWE Day 1. Que elevará la apuesta, porque como su título indica, está previsto para el mismo día 1 de enero.
Y la «Gran W» quiere que Day 1 llegue para quedarse, porque de estelar ya confirmó el viernes pasado un nuevo duelo entre Roman Reigns y Brock Lesnar con el Campeonato Universal sobre la mesa.
► Los riesgos de un PPV en periodo festivo
Concreción de ese Reigns vs. Lesnar que Dave Meltzer analizó en reciente entrega de la Wrestling Observer Radio.
«Day 1 es obviamente una idea de Nick Khan de hacerlo el 1 de enero, y la idea no es sólo hacerlo este próximo año. La idea es que sea algo regular, una tradición habitual para WWE, que haya un PPV el 1 de enero. Históricamente, a los PPV de diciembre nunca les ha ido bien. Siempre han sido de los peores. En cuanto a festividades, un show en 1 de enero puede salir muy mal si el cartel no es interesante, porque es en vacaciones, o puede salir genial si tienes un gran cartel.
«Así que para establecer esto como un gran show tradicional y que sea uno de los mayores shows del año, Brock Lesnar y Roman Reigns es el combate más potente que tienen, y es el que han elegido para establecerlo. Se cree que Royal Rumble no lo necesita. Intentan establecer que este del 1 de enero sea uno de los grandes shows del año, por lo que van a poner el mejor combate que tienen».
Stomping Grounds fue el último experimento en forma de PPV lanzado por WWE, en 2019, y resultó fallido, pues no ha regresado a las pantallas de la empresa, al igual que sucedió en 2017 con Great Balls of Fire, cita que sí lucía mejor por su aire «oldie» (además de por un estelar entre Lesnar y Samoa Joe), pero que corrió la misma suerte.