WrestleMania 33: el verdadero fin de una era

Las secuelas se siguen sucediendo tras el epílogo de WrestleMania 33. Uno que muchos, incluyendo a un servidor, pensamos que no sucedería. Básicamente, porque Roman Reigns no tenía legitimidad para ser el último rival de The Undertaker. Quizá sólo nos encontremos en términos de WM, ya que el propio Taker expresó que el «Show de los Shows» ya no definiría su carrera. Pero con el transcurrir de las horas y la cantidad de señales que incluso la propia WWE está dejando a través de las redes sociales, mucho me temo que se trata de un retiro completo.

Último Spear de Roman Reigns a The Undertaker en WrestleMania 33 – WWE

 

En cualquier caso, estamos ante, según mi punto de vista, el verdadero fin de una era. Ese «eslogan» que Triple H empleó para definir su tercer y último combate contra Taker, bajo WM XXVIII, se hace ahora completamente efectivo. Quizá el célebre ego de Hunter lo llevó a adelantar acontecimientos, simplemente porque él mismo participó en la lucha. O tal vez porque allá por 2012, WWE consideraba inminente el retiro de «El Fenómeno».

Pero 5 rivales más aún tendrían que cimentar su legado, incluyendo Brock Lesnar, quien acabaría con La Racha en WM XXX. Y ni siquiera este hecho constituyó el citado fin. A cambio, la victoria de Reigns el pasado domingo sí que representa un cambio de ciclo, pues el objetivo de la lucha fue realizar un paso de antorcha. Tema aparte es debatir si el samoano resultó la elección idónea, existiendo un tal Finn Bálor que sólo un día después hizo su regreso en Monday Night Raw.

Shawn Michaels, Triple H y The Undertaker en WrestleMania XXVIII – WWE

 

Se supone que Shawn Michaels, The Undertaker y HHH representan la imagen por antonomasia de esa era que se marchaba, pero la propia inclusión del último es gratuita. Aunque las tres figuras anden cercanas en cuanto a edad, considero que sólo los dos primeros pertenecen a la mejor generación de la historia de WWE, que vivió su explosión a  principios de los 90 y que sirvió de puente para alcanzar la Attitude Era.

Tengamos en cuenta que el debut de Hunter se produjo en WM XII (1996), cénit no sólo de la carrera de Michaels, sino de otro coetáneo estandarte, Bret Hart, con aquel histórico Iron Man de 60 minutos. Por lo tanto, pese a las pretensiones de «El Juego», hablamos de contextos distintos. Una postal similar, pero a cambio, junto a The Rock y Stone Cold, sí que sería correcta.

En mi opinión el mejor combate de la historia, Michaels ofreció su canto de cisne particular bajo WM XXVI, marcando el inicio del fin. Y como los conocedores saben, Taker tuvo el honor de retirarlo. Sigo insistiendo en la excelencia de este duelo y lo seguiré haciendo cada vez que sea necesario, porque es imposible imaginar una mejor historia de fondo para armar y justificar tamaña revancha. Será muy difícil que WWE logre repetir la grandiosidad e incertidumbre que generó el estelar de esta «Vitrina de los Inmortales».

The Undertaker y Shawn Michaels en WrestleMania XXVI

 

Intentó hacerlo el pasado domingo, sin éxito, pues La Racha ya no importa y Reigns goza de poca simpatía, por decirlo suavemente. Aún así, pese a los rumores, creo que el Universo WWE no esperó ver a «El Fenómeno» dejar sus guantes, su abrigo y su sombrero sobre el ring. Como sucede con las verdaderas leyendas, uno nunca cree que puedan llegar a decir adiós.

Es indudable la histórica convergencia que durante tres décadas tuvieron los pasos de HBK y Taker. Indicativo de la magia y singularidad son las contadas veces que WWE los ha visto en disputa. La primera rivalidad (1997/98), con su epifanía particular mediante el primer Hell in a Cell y una Lucha de Ataúd, puso los cimientos para la Attitude Era y nos ofreció una química entre talentos pocas veces vista.

Primer Hell in a Cell de la historia (Bad Blood: In Your House) – WWE

 

El forzoso parón durante 4 años de «Mr. WrestleMania» truncó seguramente otro cruce de caminos, que no llegó hasta una década más tarde, en el Royal Rumble de 2007, y prolongado a posteriori en la edición de No Way Out del mismo año. El tercer cruce, camino a WM 25, tardó, por fortuna, menos en llegar (2009), y el definitivo, ya comentado, aún menos.

Curiosamente, parece que buscando el aniversario redondo, dos décadas después de su choque primigenio dentro de la Celda Infernal, se cierra el ciclo. ¿Casualidad que Michaels fuese la única figura implicada en el ángulo por llamarlo de alguna manera entre Reigns y Taker?

SÚPER LUCHAS elaboró una encuesta el pasado año que estableció al Deadman como mejor luchador de la historia de WWE. Y creo que hoy, a tenor de la coyuntura, merece ocupar ya con derecho el trono de oro en el Olimpo del producto McMahon, junto a HBK.

El 29 de marzo de 2010 marcó el principio del crepúsculo de una era que concluyó definitivamente el 2 de abril de 2017. Horquilla de tiempo donde se consolidó el tono PG y la Revolución Femenil, dos luchadores atípicos (CM Punk y Daniel Bryan) dejaron una huella perdurable y abrieron camino a otros talentos, y la segunda separación de marcas es la consecuencia de un proselitismo cada vez más feroz.

The Undertaker deja sus guantes, su saco y su sombrero tras perder ante Roman Reigns y retirarse en WWE WrestleMania 33 (02/04/2017) / Twitter.com/WWE
The Undertaker deja sus guantes, su abrigo y su sombrero tras perder ante Roman Reigns y retirarse en WrestleMania 33 (02/04/2017) / Twitter.com/WWE

 

Algunos dicen que la compañía tiene hoy la mejor remesa de nombres de toda su historia, pero lo importante pasa por contar con un buen manejo creativo. La, en parte, perjudicial sobreinformación del aficionado y su autocomplacencia (problema apuntado por el propio Michaels) son un gran hándicap para mantener vivo el término
«magia», punto esencial que a la vez propicia la innovación. Y a todas luces, la creatividad de aquella etapa que Shawn Michaels y The Undertaker protagonizaron fue punto y aparte.

LA LUCHA SIGUE...
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