Vicente Viloni y Eduardo Husni nos llevan tras bambalinas de 100% Lucha

Si hay algo que no se puede pasar por alto cada vez que un ECW original abre la boca, es su sentido de pertenencia para con su ex empleadora, esa continua expresión de amor y nostalgia hacia ésta, a pesar de que muchos de ellos llegaron a escalar incluso más alto en la pirámide luchística, como podría serlo un Rob Van Dam o los Dudley Boyz. Algo muy parecido sucede con el elenco de 100% Lucha, el clásico show argentino que fue furor entre 2006 y 2010, y cuyo impacto fue tal que es a día de hoy, once años después, que los aficionados todavía piden por un regreso.

Sus mismos luchadores se han reunido en más de una ocasión en pos de encontrar la forma de volver a la televisión. Porque, si de comparaciones hablamos, 100% fue algo bastante similar a WCW: no era una empresa de lucha libre, sino un show de TV cuyo contenido era la lucha libre. En su caso, Telefe —posiblemente el canal más visto de la Argentina—era una suerte de Turner, y también como un deja vú de WCW, fue decisión del canal descontinuar el proyecto. Hubo una diferencia, sin embargo. Una gran diferencia: 100% Lucha dijo adiós siendo un rotundo éxito, un clásico popular argento.

«Jamás pensamos que se iba a cortar así de golpe», nos cuenta en exclusiva Vicente Viloni, la figura principal del show. «Pero la historia es la que cuento siempre: en 2011 cambió la dirección artística de Telefe y el nuevo director no quiso continuar con nosotros. La verdad es que nosotros pensamos que iba a durar muchísimo tiempo más por el éxito que era».

«El programa se canceló simplemente porque cumplió un ciclo», acota a SÚPER LUCHAS Eduardo Husni, el creador y líder del show, que también hacía las veces de comentarista junto a Osvaldo Príncipi, icónica voz del boxeo nacional. «Cambiaron las autoridades del canal y las nuevas autoridades no quisieron continuar. No fue otra cosa».

Husni solía llamar a Viloni «El Maradona de la Lucha» como una forma de poner en contexto al espectador acerca de la magnitud de su mayor estrella. No obstante, quizá sea más justo diferir y argumentar que, capaz, Viloni era más «El Messi», porque Martín Karadagián, al menos desde un punto de vista cronológico, era el verdadero Maradona.

Karadagián fue el impulsor de Titanes en el Ring. Sin Titanes, pocos lo discutirán, jamás hubiera existido 100% Lucha ni cualquier otro show de lucha en Argentina, considerando que hasta ese momento —como así entre los períodos comprendidos entre ambos programas—, el país nunca se caracterizó por tener inculcada la cultura de la lucha. Lamentablemente, salvo los grandes conocedores, muy poca gente ha sabido del éxito de compatriotas como Pampero Firpo, Coloso Colosetti, Argentina Apollo, Eduardo «Ali Bargach, El Gigante González o bien Antonino Rocca en el ámbito internacional.

Ilustración de Martín Karadagián (en el centro) y sus Titanes en el Ring.

Sin embargo, todos saben de Karadagián y sus titanes. Su impacto, que comenzó desde el puntapié inicial durante principios de los 60 y golpeó fuerte hasta bien entrados los 80, no sólo tuvo alcance nacional, mas su modelo fue absolutamente revolucionario alrededor del globo. Karadagián, un atleta de lucha grecorromana hijo de inmigrantes, apostó por un formato hasta ese momento desconocido de personajes coloridos y caricaturescos, convirtiéndolo en lo que, en palabras de Vince McMahon décadas después, se conocería como «deporte espectáculo», en un tiempo en el que la WWE, la NWA, México y Japón veían al negocio estrictamente como dos hombres en calzones intentando demostrar cuál era más duro.

Aunque con el tiempo hubieron muchos otros programas que buscaron seguir los pasos de Karadagián —hasta su hija Paulina quiso renacer el imperio tras la muerte de su padre en los 90—, nadie pudo siquiera experimentar una porción mínima de ese éxito. Eso cambió en 2006, cuando un alto directivo de Telefe sentó a Husni, un productor histórico del canal reconocido por formar parte de Videomatch, el show argentino más visto hasta hoy día, y le comunicó que iba a convertir su sueño en realidad: el canal iba a darle una oportunidad a la lucha libre, y lo querían a él como la voz de mando, delante y detrás de las cámaras.

«Desde siempre me gustó la lucha», nos cuenta Eduardo. «Siempre fui admirador de Titanes, pero vi todas las luchas que dieron en la Argentina. He visto mucha lucha mexicana, que llegaba por VHS, o he hecho viajes a Estados Unidos, viendo a la WWE. Me inspiré un poco también en ellos. Hicimos una mezcla de todo para hacer 100% Lucha, que dentro del canal sabían desde siempre que me gustaba esta idea, después de veinte años trabajando ahí».

Y así como así, se encendieron los motores. Al principio, sin tanta leña, en un intento de salir y ver qué acogida tendrían. Después de ultimar detalles, se hizo la selección de luchadores. «En principio la idea fue hacer un programa para el verano y ver qué pasaba, pero enseguida el show hizo buenos ratings y sirvió para darle una base a los programas que venían después. Se hicieron los castings, elegimos a la gente…».

El elenco de luchadores de 100% Lucha en su primera temporada.

Uno de los que se presentaron fue Norberto Adrián Fernández, que después de dejar impresionados a los directivos, supo que encarnaría a una versión muy parecida de su yo real, un rockero de Villa Urquiza que se hacía llamar Vicente Viloni. Nada de privilegios, igualmente. De hecho, a ojos de la directiva, Felino y Delivery Boy eran los personajes más prometedores. Así transcurrió desde la perspectiva de Viloni, según nos relató:

«Después del casting pasaron un par de meses cuando me llamaron por teléfono para decirme que había quedado seleccionado para el nuevo grupo. Así que me llamaron al nuevo lugar de entrenamiento y ahí fue donde nos conocimos por primera vez para entrenar. El tema de ser el Campeón y [la cara visible del programa] lo fue eligiendo la gente. La producción fue viendo para dónde tiraba la gente; no fue una decisión que se tomó desde el primer día. Todos empezamos en la misma línea de largada. Cada uno se desarrolló arriba del ring y la gente fue eligiendo».

Al igual que su gran predecesor, 100% se fue ganando un lugar en el corazón de los niños. Caló tan hondo y tan rápido que pronto se encontrarían vendiendo montones de mercancía de todo tipo: álbumes de figuritas, revistas, golosinas, accesorios de colegio, muñecos y toda cosa que su público consumiera. El elenco de luchadores, que cada vez que aparecía en otros shows inevitablemente incrementaba los números de audiencia, viajaba también por todo el país para luchar casi periódicamente. Por tanto, no era difícil que visitaran hasta la más recóndita ciudad; eso cuando los imitadores no se hacían pasar por los luchadores originales, algo que no era poco frecuente.

Caló tan hondo y tan rápido, decíamos, que destrozaría a la créme de la créme, la todapoderosa WWE, que por esas fechas era transmitida por el Canal 9 y tan sólo hacía un rating promedio de 1 punto versus los 7 que cosechaban los de Husni cada domingo. Al tanto de la situación, un tanto descolocados pero conscientes de que, si bien no por mérito propio, Argentina era un territorio con mucho jugo por exprimir, dentro de la grande del entretenimiento vieron conveniente realizar una visita para ver con qué se encontraban.

Así fue como Shane McMahon, John Cena y el Presidente de WWE Canadá Carl De Marco aterrizaron en Buenos Aires. Los dos primeros fueron invitados en «La Mañana del Nueve» con el fin de dirigir más miradas a su producto, donde para el disgusto del espectador aficionado, fueron promocionados pésimamente, con una conductora que se preocupaba más por sacarle un par de palabras en español al futuro dieciséis veces Campeón Mundial que vender, que al fin y al cabo era el único objetivo.

Por otra parte, un compromiso tan o igual de importante en la agenda de los directivos era la reunión que harían más tarde con Husni y otros altos mandos de Telefe, de acuerdo a lo que nos aseguró el mismo Eduardo. ¿Cómo transcurrió? Esta es su versión de los hechos:

«Shane McMahon vino con De Marco porque ellos tenían problemas con el canal donde estaban, que competía con nosotros y les sacábamos siete veces el rating: mientras ellos tenían un punto, nosotros hacíamos siete. Vinieron para ver el fenómeno, me preguntaron mucho por el programa y estuvimos dos días reunidos. Uno los atiende porque ve posibilidades de expandirse, pero no pasó nada. De cierta manera ellos querían más enterarse y saber de nuestro método».

Entonces, WWE estaba trabajando en el naciente proyecto WWE Kids y, según declaró Husni en el pasado, la propuesta «oficial» consistió en comprar el formato de 100% Lucha y ampliarlo por toda Sudamérica. Este asunto siempre se manejó entre rumores y fue motivo de controversia, mas la frase que nuestro entrevistado hoy recalca es la que, comenta, le dijo De Marco en medio de un café en el lujoso hotel Palacio Duhau: «No sabes lo que tienes entre manos». Afirma que le preguntaron a qué le atribuía ese éxito descomunal, a lo que él respondió que «ante nada, la clave eran los personajes».

Entre idas y vueltas, cuenta que le pidieron que creara nuevos «gimmicks» para niños con el fin de lanzar este especial, manteniendo las charlas en vigor. Husni y un colaborador empezaron a enviar maquetas a WWE, pero al ver que su labor no iba a ningún lado, llegó un punto en que les pidió hacer un contrato para continuar la asociación, y fue ahí que cesó toda relación.

Shane McMahon visita el estudio de Telefe durante unas grabaciones de 100% Lucha.

«No fue culpa de la producción [la no venta a WWE], sino que no llegaron a un acuerdo entre ambas partes», nos platica Viloni. «Y también tengo la teoría de que nos vinieron un poco a espiar para ver qué era 100% Lucha, que acá en Argentina era muy superior a la WWE [en ratings]». Aun así, dice que eso hubiera cambiado todo: «Supongamos que se hubiera comprado el formato para toda Sudamérica, Latinoamérica, como estaba planeado. Yo creo que a día hoy estaríamos trabajando a full, seríamos todos Superestrellas mundiales como pasa con todos los luchadores que pisan el ring de la WWE. Pero por algo son las cosas y por algo no se dio».

Todo quedó en la nada, prácticamente. Bueno, no todo. Durante la visita, McMahon se presentó en los estudios del canal durante unas grabaciones televisivas y, en palabras de Husni, llegó a visualizar una contienda: Dorival Santos, un capoeira brasilero sumamente atlético, contra McFloyd, el rudo escocés por excelencia. Por esos tiempos, las viñetas de un luchador jamaiquino llamado Kofi Kingston empezaron a verse en ECW, y es a la fecha que Husni sostiene que el miembro del New Day estuvo «inspirado» en Dorival.

WWE es la vara cuando de lucha se trata. Es por eso que teniendo un paladar exquisito acostumbrado a la gigante norteamericana, al ver uno que el producto de 100% atraía principalmente a un grupo demográfico infantil, algunos prejuicios pueden hacerse con bastante prisa. Pero había una regla entre los luchadores, y era ser cuanto realistas pudieran: procuraban golpearse con todas sus fuerzas, hacían uso de objetos y sufrían lesiones de gravedad como en cualquier otro cuadrilátero del mundo.

Eso sí, habían restricciones. El propio Viloni fue regañado por un productor cuando empezó a sangrar en plena transmisión, ya que no era la imagen que el canal quería dar a los niños. Su peor susto, de todas maneras, fue batallando contra McFloyd. Mientras peleaban en los pasillos (antes de ser cargado por una grúa), casi cayó al vacío por una falla técnica de un ascensor. Todos los presentes debieron dejar de filmar para salvarlo de un final trágico. Antes de salir a escena, no había oportunidad en que no se despidiera de todos, por miedo a que no volviera a cruzar las cortinas de vuelta. «Siempre pensé que iba a morir sobre un ring», suele decir en entrevistas.

Entre el talento hicieron campaña para llevar a cabo el primer enfrentamiento extremo con cuerdas de alambre en el país. Obtuvieron un rotundo no. Era algo habitual, las colaboraciones en el ámbito creativo, si bien Husni era el que tenía la última palabra. «No sólo yo, todos opinábamos», dice Vicente. «Ayudábamos a Eduardo para darle alguna idea, más allá de que él era el genio de esto. Todos colaborábamos con lo que pensábamos y en el rumbo que queríamos tomar».

Eduardo Husni (izquierda) con Osvaldo Principi (derecha), las voces oficiales de 100% Lucha.

Para Husni, era lo más lógico. «Uno siempre escucha y toma las ideas de todos. Trataba de armar algo para que pudiéramos salir al aire de la mejor manera posible. Trabajábamos planificando los programas de acuerdo a cómo venían las giras [las reacciones del público]. Y si no, íbamos semana tras semana grabándolo en el estudio. El calendario lo ajustaba de acuerdo a la necesidad».

Aunque no es el tema más cómodo para tratar, mucho antes del final del ciclo hubo un punto de inflexión en el programa. Porque La Masa, quien fuera presentado durante las primeras temporadas como el rudo principal, la némesis de Viloni, comenzó a tener diferencias con el resto del vestuario, al punto de que la tan temida conversación de «es él o yo» se hizo presente.

«Al principio éramos muy unidos», nos había confesado Hip Hop Man en otra entrevista. «Después se separaron en dos, los grupos: el del (Teniente) Murphy, que se terminaron yendo en 2009, y el de Viloni, La Masa, Gorutta (Jones), Musambe (Tutu) y yo». Y prosiguió: «La Masa se peleó fuerte con Viloni y tuvieron que decidir entre uno o el otro. Antes eran como hermanos».

Cuando le preguntamos al respecto, el rubio no tiene tapujos. «Yo me llevé bien con todos. Me hice amigos, conocidos, compañeros, y nunca tuve problemas de llegar a las manos con nadie en los vestuarios». Pero, «si vuelve 100% Lucha, él no estaría porque terminó mal con la producción y el canal, no sólo conmigo y mis compañeros».

El distanciamiento continúa, con cada uno yendo por su lado y trabajando para distintas promociones locales. De todos modos, sí llegaron a coincidir. Fue durante el rodaje de la película Zona de Lucha, y cuando el de Villa Urquiza se enteró que compartirían reparto y hasta harían escenas juntos, intentó bajarse del proyecto, pero sus compañeros lo convencieron de no hacerlo. «Al principio no quería saber nada, pero después entendí que es la única manera en que podría romperle la cabeza legalmente arriba del ring. Entonces sí que aceptaría estar en el mismo programa que él».

Para 2010, 100% Lucha ya había transitado siete temporadas, había producido dos películas y llenado el mítico estadio Luna Park tres veces. El programa ya se había consolidado y suponía una fuente importante de ingresos. La producción había permitido hacer algunas apuestas económicas nuevas, como implementar lucha femenil o programar a luchadores internacionales como Dick Togo, que hoy triunfa en New Japan Pro Wrestling como parte del Bullet Club. Afianzados como estaban, pronto recibieron la noticia que cambiaría todo.

Póster de la segunda película de 100% Lucha.

En un principio, les comunicaron que iban a frenar el programa por una temporada para emitir repeticiones, con la promesa de que retomarían más adelante. Lo siguiente que supieron fue que todo se había terminado. Desde ese momento, la escena argentina se ha mantenido lejos de los grandes focos.

«Hubo una tentativa de volver a Canal 9 [como «Lucha 9»] hace como cinco o seis años atrás, pero no se pudo llegar a un arreglo», nos dice Viloni. «Después de que terminó 100% Lucha intentamos todos, con Eduardo, volver a cualquier canal y no hubo manera, no pasó nada hasta el día de hoy».

Husni recorrió toda Sudamérica buscando renacer de las cenizas. «Yo recorrí, busqué, fui a otros países, vieron el proyecto… Pero ninguno tenía el presupuesto para poder hacerlo. Y si no, iba a ser muy pobre, y a 100% Lucha realmente le pusimos todo; el apoyo del canal [Telefe] fue increíble y nadie en Latinoamérica podía repetir algo así. Todos lo veían y decían, ‘no, más que un ring no puedo’, ‘más que esto otro tampoco’. No queríamos ceder para hacer algo peor de lo que hicimos. Lo contrario, queríamos hacer algo mejor. Pero ni siquiera se podía hacer algo igual, si no hubiéramos aceptado».

Lo más cerca que se estuvo de regresar fue en 2019. En SÚPER LUCHAS pudimos reportar cómo Telefe, Husni y Viloni habían retomado la comunicación para ver si una nueva encarnación del show era posible. Este último nos trae más luz sobre cómo se gestó todo… y cómo quedó en la nada, de vuelta.

«Teníamos una reunión con Telefe antes de la pandemia pero después de ésta se canceló todo. Lo único que habíamos hablado con Eduardo era qué luchadores todavía estaban activos y en buen estado para continuar, y los luchadores nuevos. En mi caso iba a estar mi hija, Ariana. También charlamos sobre traer luchadores independientes de afuera, conocidos mundialmente, ex WWE, para que llegaran e hicieran un par de desafíos como hicimos con Dick Togo. Por lo demás no hablamos mucho porque queríamos ver qué pretendía Telefe».

Dick Togo, Campeón de Campeones de 100% Lucha, cara a cara con Viloni.

El que fuera uno de los más grandes éxitos matutinos de la televisión argentina hoy reposa bajo siete llaves. En cuanto a Viloni, todo lo contrario: mantiene el mismo hambre de gloria del primer día. Con 50 años, está tan activo como siempre siendo parte del Consejo Argentino de Lucha Extrema, promoción que maneja junto a su gran amigo Musambe Tutu y por la cual también se mantuvieron conversaciones para ser parte de la TV Pública.

Vicente dice que antes de la pandemia también había hablado con promotores para calzarse las botas en México. Claro que luchar en el exterior no sería una experiencia nueva para él, dado que visitó varios países vecinos en su carrera, incluido Perú, donde compartió encordado con Zack Sabre Jr. y cartel con estrellas como los Hardy Boyz, Carlito, Alberto el Patrón o Brian Cage para el extinto IMPERIO de Hugo Savinovich:

«[Con Hugo] Hablamos de traer su empresa, IMPERIO, a Argentina, con Superestrellas y mezclarlas con luchadores argentinos. De hecho en aquel momento me había ofrecido de que, si venía Rey Mysterio, me podía cruzar con él en una lucha. Pero el problema económico argentino y la falta de interés de empresas en la lucha hace que sea muy poco probable traer algo de esa magnitud a nuestro país por cuenta nuestra».

En cuanto a la cultura popular argentina, no hay duda, el podio luchístico lo conforman él y Karadagián. Pero a su manera de ver, tampoco hay discusión acerca de quién es el mejor:

Viloni durante la presentación de IMPERIO en Perú, junto a Matt y Jeff Hardy.

«Yo creo que no tendría chances conmigo. Son dos maneras distintas de luchar. Si Martín fue el ídolo popular de acá… no tenía un gran repertorio arriba del ring. Si lo miras en videos, era muy limitado. Así que, creo, le ganaría muy fácilmente».

¿Quién será su gran sucesor para ocupar ese tercer puesto vacante? Tampoco tiene rodeos:

«Lo que a mí me pasó me lo gané con mi propio esfuerzo, sudor y sangre, o sea que no le puedo dar el puesto a nadie, sino que cada uno debería ganar su lugar. Yo no reemplacé a Karadagián, porque él no estaba. Hay muchos luchadores buenos no sólo en CALE, sino en Argentina, pero habría que esperar a que salga un nuevo ídolo que sea elegido por el mismo público. En todo caso si tuviera que dejar mi legado sería a mis hijos, si les gustase seguir con mi carrera, ¿no?».

100% Lucha fue, en muchos sentidos, lo más profesional que la lucha sudamericana ofreció al mundo. Y tanto Viloni como sus compañeros son recordados hasta el día de hoy por una generación a la que vieron crecer hasta convertirse en adultos, y que diariamente piden por una vuelta a la televisión para repetir la experiencia con sus hijos.

«Me encantaría poder darle una vuelta de rosca y poder continuar, pero la televisión de hoy no da para este tipo de espectáculo. Primero por la pandemia: ver a la WWE con los televisores con la gente mirando, la verdad que no causa gracia para nada. Y de las luchas ni hablar: no hay clima. Creo que habrá que esperar a otros tiempos, así es la cosa», entiende Husni, que en los últimos años ha ganado notoriedad como un «wineinfluencer» en las redes sociales.

Por otra parte, Viloni, que actualmente se dedica a manejar su gimnasio 100% Gym, opina: «Si volviéramos, yo creo que debería seguir el mismo ‘Vilo’ que estuvo el último año. Con luchadores de carne y hueso, ninguno de ficción. Lo que tendríamos que buscar… quizá un poco más de historias, y traer por lo menos una vez al mes a algún luchador invitado o alguna figura conocida». Y con el optimismo que siempre lo caracteriza, acaba sacando a relucir la mentalidad que lo llevó de ser un mero fanático que creció idolatrando al Ultimate Warrior, al máximo representante de la lucha argentina: «Uno tiene que seguir insistiendo. Nada es imposible, así que quizás algún día se pueda lograr».

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