La fórmula elaborada por AEW a la hora de venderse como alternativa a WWE está siendo magistral. Tanto, que ha conseguido convertir a una legión de seguidores en auténticos paladines de su «causa».
Nunca, en más de 25 años que un servidor lleva siguiendo la industria luchística, había observado un panorama tan tóxico como el actual. Culpa, principalmente, de unas redes sociales donde cual pez muerto, siempre hay que seguir la corriente establecida.
Ese pensamiento único dicta que en caso de atreverte a lanzar alguna crítica hacia AEW, actual símbolo de lo «cool» en buena parte por razones extraluchísticas (posicionamiento demócrata, actos caritativos, voluntad de integración) serás tachado de esbirro de WWE, partidario de Donald Trump e incluso cómplice del régimen saudita.
Así ocurrió recientemente cuando cierto medio, a través de una imagen modificada del afiche de All Out 2021 quiso señalar la cantidad de talentos representados en él procedentes de manera directa de la compañía McMahon. Y en consecuencia, una ola de esos paladines «canceló» la publicación y a los responsables de la misma.
► All Out 2021, un evento pivotante
Pero teniendo en cuenta tal introducción, no me detendré en esa recurrente premisa de AEW = «All Ex WWE».
A cambio, dirijo mis miras sobre dicho PPV de hoy y el cartel que presenta.
- CM Punk vs. Darby Allin.
- CAMPEONATO MUNDIAL DE PESO COMPLETO AEW: Kenny Omega (c) vs. Christian Cage.
- CAMPEONATO MUNDIAL FEMENIL AEW: Britt Baker (c) vs. Kris Statlander.
- CAMPEONATO MUNDIAL DE PAREJAS AEW, LUCHA EN JAULA: The Young Bucks (Matt Jackson y Nick Jackson) (c) vs. Lucha Brothers (Penta el Zero M y Rey Fénix).
- CAMPEONATO TNT: Miro (c) vs. Eddie Kingston.
- LA CARRERA DE JERICHO EN JUEGO: Chris Jericho vs. MJF.
- Jon Moxley vs. Satoshi Kojima.
- Paul Wight vs. QT Marshall.
- CASINO BATTLE ROYALE: Nyla Rose vs. Thunder Rosa vs. The Bunny vs. Big Swole vs. Julia Hart vs. Tay Conti vs. Diamante vs. Penelope Ford vs. Red Velvet vs. Hikaru Shida vs. Emi Sakura vs. Jade Cargill vs. Kiera Hogan vs. Abadon vs. Leyla Hirsch vs. KiLynn King vs. Rebel vs. Jamie Hayter vs. Anna Jay vs. Riho vs. Skye Blue y una luchadora más por determinar.
- THE BUY-IN: Jungle Boy, Luchasaurus, Orange Cassidy, Chuck Taylor y Wheeler Yuta vs. Hardy Family Office (Matt Hardy, Isiah Kassidy, Marq Quen, Angélico y Jack Evans.
Menú igualmente alabado por la mayoría de aficionados y analistas, pero que al mismo tiempo, muestra una clara disyuntiva interna: la de cómo crecer sin traicionar a tus principios.
Tony Khan defendió este jueves su política de contrataciones en la teleconferencia de prensa previa a All Out, esgrimiendo que un elenco tiene que estar siempre en continuo cambio y que hay muchos huecos distintos por llenar en la programación de AEW. Sin embargo, varias ausencias y ciertas inclusiones lucen cuestionables en relación a aquel principio proclamado por Cody Rhodes cuando varios seguidores criticaron que Sammy Guevara fuese su primer rival en el estreno de Dynamite: «Yendo hacia delante, no hacia atrás».
Echando un vistazo a lo que ofrece All Out, por ejemplo, Sammy Guevara está ausente. Y esto se reproduce con otros jóvenes talentos (Malakai Black, Ricky Starks, Ethan Page, Wardlow o Dante Martin) que tampoco han encontrado su espacio en el, considerado por Tony Khan, evento más grande y definitorio hasta ahora en la historia de AEW.
Fue entendible que en los inicios de AEW, Chris Jericho portara el máximo cetro, pero si Kenny Omega necesitaba un (aparente) retador de transición en All Out, ¿por qué no un talento en ascenso, situándolo en tal hueco estelar y que pese a su presumible derrota, saliese beneficiado? Dejemos programaciones conservadoras para WWE, pues precisamente lo que a muchos nos hizo fijarnos en AEW fueron sus promesas de una lucha libre diferente, cosa que vienen cumpliendo.
He ahí la encrucijada de los Élite, que ya se dieron cuenta que aquellos principios fundadores de AEW no son suficientes para hacer crecer una empresa. Porque de haberse mantenido fieles a una sistemática apuesta por la juventud o al rechazo de constituir un refugio para «exiliados» de WWE, su ascenso habría sido mucho menos meteórico.
Es cierto que con Rampage surgen nuevos huecos por ocupar, pero ni siquiera tres horas de televisión y un sistema de rotaciones justifican el total de 110 competidores, entre hombres y mujeres, que a día de hoy pueblan la casa de Tony Khan. Y los que quedan por venir, la mayoría estrellas establecidas que a su vez reclamarán un espacio de relevancia.
WCW cometió el error de, pese a poseer un brillante elenco, centrarse siempre en los mismos nombres de relumbrón, en pos de resultados inmediatos durante las «Monday Night Wars». AEW, en cambio, sin una competencia directa y sin presión alguna, tiene la oportunidad de CONSTRUIR, verbo vital para toda promoción que se precie. Y de nuevo observando la estampa de All Out, sólo tres encuentros (sobre el papel) lucen como una apuesta a largo plazo.
A pesar de lo escrito, no quiero caer en derrotismos con AEW, porque la calidad de sus shows a menudo es capaz de tumbar cualquier crítica. Ahora, sin embargo, entra en juego algo más, y si bien seguramente All Out raye a gran nivel como PPV, su significado para el devenir de la empresa escapa a análisis simplistas, y espero no inicie una dinámica que por encima de contradictoria para la filosofía que hizo ilusionarme con AEW, se antoja peligrosa para su futuro. Mirando más allá del afiche.