Esta semana, sorprendió la noticia de que, según declaraciones de Ron DeSantis, el polémico Gobernador de Florida que ya permitió a WWE y AEW seguir con su maquinaria de shows bajo los peores meses de la pandemia en Estados Unidos, los eventos deportivos pueden volver a contar ya con asistencia de público. Y a su máxima capacidad.
https://twitter.com/JonAlba/status/1313895898469085187?s=20
«Recapitulando:
La oficina del gobernador Ron DeSantis me cuenta que todos los equipos deportivos pueden hacer partidos con todos los fans que quieran. Máxima capacidad, media capacidad, lo que quieran. Todo, porque Florida pasa a la Fase 3 […]»
https://twitter.com/JonAlba/status/1313878151274131457?s=20
«El gobernador de Florida Ron DeSantis le ha dado permiso a los Miami Dolphins para hacer partidos en su estadio con 65 mil fans.
«Si WrestleMania se hiciera en el Raymond James Stadium, esto indicaría que WWE probablemente hará lo mismo.
«No significa que DEBERÍA. Si no que PODRÍA».
► Un 2021 sin planes a largo plazo
Y si 2020 está siendo un año donde lo más recomendable es ir día a día, el año que viene me temo que lucirá igual. Por eso resulta un tanto estéril hacer previsiones de aquí al 28 de marzo de 2021, fecha bajo la que todavía aparece programada WrestleMania 37.
No obstante, Inside The Ropes informaba hace un par de semanas que WWE quiere devolverle a Tampa el «Show de los Shows» que le debe.
«WWE ha empezado a elaborar planes para que WrestleMania 37 emane desde el Raymond James Stadium en Tampa, donde WrestleMania 36 estaba programada para hacerse […] WWE ha reservado muchos recintos en Tampa para potenciales eventos durante la «WrestleMania Weekend».
Y bajo el más reciente boletín del Wrestling Observer, Dave Meltzer suscribe lo reportado por Inside The Ropes, añadiendo que, por consiguiente, Inglewood (California) no se quedará sin su WrestleMania, y la entrega de 2022 se reservaría para el SoFi Stadium.
En cuanto a lo que podríamos ver sobre el ring de la edición del año que viene, supimos del presunto descarte de un Edge vs. Randy Orton como estelar del evento, debido a los plazos sumamente ajustados de la recuperación de «The Rated-R Superstar». A cambio, una defensa de Roman Reigns, contra un oponente aún sin clarificar, cobra fuerza.
