Quien escribe esta nota ha seguido la remodelación de NXT desde el primer show que inauguró su nueva etapa como NXT 2.0 el pasado 14 de septiembre. Y mi interés por la otrora marca dorada ya no es la misma, debido a un muy visible bajón en la calidad de sus combates y por ciertas historias que insultan un poco a la inteligencia del espectador, entre viñetas horriblemente filmadas.
Pero se trata de la valoración de un servidor, y mientras WWE consiga moldear a su gusto a varios talentos para que luzcan como Superestrellas del gusto del «chairman», seguiré defendiendo que la decisión tomada por la empresa fue la correcta.
NXT (1.0) nunca resultó redituable, y recordando un artículo de febrero de 2017, la obsolescencia de los argumentos expuestos entonces queda patente, porque de los nombres citados emtonces, y exceptuando a la división femenil, ningún competidor de la llamada época dorada del territorio de desarrollo ha sido estelarista de WrestleMania.
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► La engañosa autosuficiencia de NXT
Y quien diera sus primeros pasos como luchador de WWE dentro de Deep South Wrestling y a posteriori Florida Championship Wrestling, Tyson Kidd, reconoció en el podcast Counted Out que NXT quiso sentirse demasiado independiente del elenco principal, y al final, esa falsaria independencia tuvo sus costes.
«Creo que cambió en el sentido de que ahora es más algo de desarrollo como solía ser. Cuando veo NXT ahora, es como piezas de barro que no están aún listas, pero cuando llegue el momento, estarán listas para ser ascendidas y moldeadas, más que establecidas, como NXT era antes. Cuando alguien está demasiado establecido, es complicado remodelarlo. No es un insulto de ninguna manera. Nuestras necesidades han cambiado. WWE necesita que NXT sea más como era hace una década, ayudando a surtir al elenco principal con talentos, en vez de que NXT tenga sus talentos propios que permanezcan allí. Hubo muchos menos ascensos, y se dieron de manera distinta. Fue extraño. Algunos tipos firmaban contrato e iban directos al elenco principal. Las cosas fueron, no extrañas, sino distintas.
«Lo que vemos ahora es una vuelta a FCW, amplificada, pero sigue siendo desarrollo puro. NXT se convirtió en una marca propia, no hay duda. NXT era genial, me encantaba. Me encantó mi tiempo allí. No sé si la burbuja se hizo demasiado grande y explotó y hacía falta este reseteo. Ahora está más diseñada para surtir al elenco principal y poder moldear a los talentos para lo que el elenco principal necesite. Nadie me ha pedido que diga esto, simplemente es lo que pienso al verla».
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