La tensión alcanzó su punto máximo en el episodio más reciente de RAW, dejando todo preparado para una de las luchas más interesantes de WrestleMania 41: la triple amenaza entre Roman Reigns, CM Punk y Seth Rollins.
La noche comenzó con una escena cargada de simbolismo en backstage. CM Punk se acercó a Paul Heyman, dejando claro que es un amigo al que nunca permitiría que lastimaran. Sin embargo, la llegada de Roman Reigns al recinto marcó el inicio de un ambiente cargado de desconfianza. El «Tribal Chief» se dirigió al cuadrilátero, acompañado de un temeroso Heyman.
Ya en el ring, Reigns exigió respeto y cuestionó a Heyman por lo que él consideró una traición. «¿Por qué?», preguntó Roman mientras la afición abucheaba al consejero. Heyman respondió que no se trataba de traición, sino de un favor que debía pagar, generando más confusión en su jefe. Roman, molesto, recordó que nunca pide favores, simplemente toma lo que quiere.
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En ese momento, Seth Rollins irrumpió en escena, reconociendo irónicamente que después de una década, Roman finalmente comprendía la realidad del negocio. Rollins afirmó que ni Roman ni Punk son dignos de guiar la industria, pues sólo alguien dispuesto a sacrificarse puede asegurar su futuro: él.
La situación se tornó física cuando Roman Reigns atacó a Rollins, desatando el caos, pues también empujó a Heyman. CM Punk salió al rescate, pero también fue víctima de la furia del campeón. Sin embargo, Rollins regresó con una silla en mano, golpeando a Roman y dejando fuera de combate a Punk con su característico stomp.
El show cerró con un aterrorizado Paul Heyman en el centro del ring, mientras Seth Rollins, ovacionado por los aficionados, se quedaba en pie.
