The Briscoes conquistaron el Campeonato de Parejas GCW

14 días atrás, Game Changer Wrestling vivió el fin de semana más importante de su historia, con los eventos Fight Club: Mox vs. Gage y The Aftermath, celebrados en el Carousel Room del Showboat Hotel de Atlantic City (New Jersey). Éxitos absolutos de crítica y público que, en el caso del primer show supuso una suerte de All Out «indie» por la aparición de varias sorpresas en forma de nombres de otras compañías. 

Entre ellos los de Mark y Jay Briscoe, The Briscoe Brothers, luchadores de Ring of Honor, quienes encararon a Second Gear Crew, dupla conformada por Mance Warner y Matthew Justice, portadores del Campeonato de Parejas GCW, para goce del respetable. Sin duda, una de las imágenes más memorables de toda la velada. 

© Game Changer Wrestling

 

► GCW toma ahora la fórmula IMPACT!

Poco tardó en confirmar GCW el duelo titular para su cita de anoche, War Ready, e igualmente, no necesitaron más oportunidades los Briscoe para hacerse con dichas correas. Eso sí, encontrando bastante oposición de parte de Warner y Justice, otros dos chalados del ring. Consecuencia: una guerra en toda regla que hizo honor al nombre del show, con puertas rotas y sangre a mansalva, recordando a las Ladder Wars de ROH, aunque sin escaleras de por medio. 

Victoria de los «Dem Boys» que configura un panorama de monarcas en GCW muy curioso, porque todos son gladiadores ajenos a la empresa: Jon Moxley (AEW), Campeón Mundial; Drew Parker (Big Japan Pro-Wrestling), Campeón Ultraviolento; PCO (ROH), Campeón Extremo; y The Briscoes (ROH), Campeones de Parejas

Tal praxis casa con la empleada por Impact Wrestling en 2021 respecto a su máximo cetro, hasta ayer exclusivamente en posesión de estrellas de AEW. Primero Kenny Omega y luego Christian Cage, figuras que lograron atraer miradas a la otrora TNA durante estos últimos 10 meses, cosechando buenas cifras de ventas de PPV. 

Y parece que GCW ha tomado nota y a fin de crecer y quién sabe si dejar de ser únicamente una empresa de nicho, confía su catálogo de oros a dichos competidores, sabedora de los beneficios que reporta unirse a compañías de mayor calado «mainstream», de cara a llenar el Hammerstein Ballroom de New York en enero. Quizás a costa de cierta impersonalidad de marca, pero no creo que esto preocupe demasiado a los fans. 

LA LUCHA SIGUE...
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