No es secreto que Miesha Tate estuvo muy emocionada cuando derrotó a Jessica Eye y supo que nuevamente tendría la oportunidad de enfrentar a Ronda Rousey por tercera vez. Tampoco fue secreto cuando Dana White deliberadamente la pasó de largo para darle la oportunidad titular a Holly Holm, con apenas dos peleas en UFC.

En tanto Tate se dijo decepcionada, White comentó que era por el bien de su carrera el que la sacara de ese combate porque una tercera derrota ante Rousey podría haberle cerrado las posibilidades porque, ¿qué le quedaría después de eso? Eso fue lo que dice White y a Miesha no le hizo gracia.

Tate considera que hizo lo que debía al volver al ruedo tras la derrota con Rousey y ascender hasta tener esa oportunidad. Hizo buenas peleas, las ganó y cuando vio la posibilidad de enfrentar a Ronda simplemente se la quitaron y precisamente es lo que quiere evitar: ganar y que le sigan concertando peleas con las chicas que van en ascenso en la categoría gallo, sin permitirle competir por el oro o que la derroten y la usen como trampolín para acceder a la pelea con la campeona.

Piensa pues que si a pesar de ganar peleas no le merecen la oportunidad por el campeonato gallo, entonces no tiene sentido pelear. Incluso rechazó una pelea ante Amanda Nuñez, porque piensa que no debería aceptarla si de todos modos la van a saltar a la hora de elegir rival para Ronda y en realidad eso es lo que le preocupa, no tener una oportunidad por el oro en tanto Rousey sea la campeona de peso gallo.

Al grado de que incluso baraja la posibilidad del retiro. No cree que deba aceptar cualquier pelea a la espera de ver si en la siguiente ocasión sí le darán una pelea por el cinto y que resulte como esta vez, que la cambien por la siguiente novata en la lista, sin que eso signifique que deportivamente no merezca una pelea por el cinto}