Llegaron en 1952 desde tierras norteamericanas. Los enanos luchadores incursionaron en la lucha libre mexicana con diferentes personajes y maneras, que ademas de llamar la atención por su baja estatura, tenían una agilidad que los hacia aun más atractivos a un público que poco a poco se dio el placer de admirarles.
Empresarios, grandes empresarios de las épocas de los sesenta, setenta y ochentas no se les paso desapercibido ese talento a escala mínima de estatura que se veía surgir en los lugares menos esperados. Con ello decidieron que conjugando la participación de estos pequeños luchadores con la formidable presencia de luchadores de talla como el Medico Asesino y Tonina Jackson, combinando el ya conocido y todavía usado modo «relevos australianos», traerían a sus arcas más espectáculo a las batallas que se transmitían en aquel entonces desde ring de Televicentro.
Luego de aquel debut de los pequeños gigantes dentro del ring, surgió luego de veinte años otra generación de luchadores en «pequeño» que volvieron a levantar el muro de los pequeños gigantes. Se comenta que debido a una película de 1972 se adquirieron a las nuevas superestrellas que dieron un vuelo de nuevo a la ola de nuevos luchadores enanos. En esta película donde actuaron Mil Mascaras, Superzan y el Vampiro, surgieron entre el reparto cuatro enanos, que fueron entrenados por los luchadores antes de su participación en escena para que no fueran lastimados por los movimientos de los profesionales del ring durante las grabaciones. Por ello, un luchador que estaba entre los extras de la película, al ver la destreza y agilidad de los cuatro enanos, decidió después entrenarles para luego ser él mismo el que los llevase a los encordados. Ya con nombre para cada uno de ellos opto por incluirlos en luchas, los nombres de aquellos cuatro luchadores eran Gabby Da Silva, Gulliver, Pequeña Goliath y Filli Estrella que abrieron la puerta a nuevos talentos enanos como Gran Nikolai y Arturito, este segundo basado en uno de los personajes de la Guerra de las Galaxias. Con estos luchadores se inicio un surgimiento mini que en los años ochentas fue uno de los «boom» del siglo pasado en la lucha libre mexicana.
Desde un punto personal, y algunas anécdotas que logre escuchar de pequeño de mi abuelo (que cabe mencionar es un admirador de la lucha libre desde pequeño) decía que ver a estos luchadores tan pequeños, que volaran por la tercera cuerda, que se dieran golpes tan fuertes, que se hicieran algunas llaves, era simplemente único en su especie. Mencionaba que el solo hecho de estar presente en algún lance de destreza ya valía la pena el solo estar ahí. Mencionaba a Gulliver que era el luchador en pequeño más sobresaliente de aquella época, y aun así decía el hecho de querer imitarle, simplemente eran un motivo de lucha, entrega y pundonor.
Como todo, surgieron criticas de diversos medios y personajes de aquellos tiempos. Ya que catalogaban ese espectáculo dentro de los encordados como un show circense. Pero no fue por mucho tiempo, todo debido a que los mismos luchadores mini lograron ganarse el respeto de todos ganando así su lugar en las arenas de la capital mexicana.
Cuando lograron su auge descomunal, cuando la aceptación del publico hacia ellos era ya parte diaria en los encordados, algunos personajes empresarios tuvieron la idea de que entraran más mini a escena y que no solo eso, sino colocar nombres de luchadores ya consagrados, pero con sus antónimos de mini. Crearon la división «lilliput» y por nombres como Octagón, Mascara Sagrada, Último Dragón y Pierroth entre otros, surgieron Octagoncito, Mascarita Sagrada, Último Dragoncito y Pierrothito. Creando así la nueva generación de mini que hasta el momento sigue dándose en los encordados de la lucha libre mexicana, y que ya más de cincuenta años que ésta entre nosotros.
La grandeza a pequeña escala, los mini que llegaron a nuestro país desde hace mucho tiempo, luchadores de estatura pequeña que no parecían tener ese cuerpo desarrollado para entrar al ring de una lucha libre profesional, son ahora pequeños gigantes que a lo largo del tiempo nos han enseñado, que trabajando duro y con mentalidad ganadora, y sobretodo esfuerzo, se puede lograr cualquier cosa que uno llegue a proponerse, porque no, entrar a un ring a luchar contra los mejores de la industria.
«Solo confirmando que toda apreciación es, a fin de cuentas, efecto de la escala con la que se establecen las medidas».
Fuentes:
Espectacular de Lucha Libre.
Personal.
Galería:
Espectacular de Lucha Libre. Lourdes Grobet.
Precioso. Los minis son los que he visto que más entrega y amor a la lucha libre tienen. Muy buen reportaje. Saludos.
Son todos unos guerreros del ring. Nunca se cansa uno de disfrutar ese espectáculo impresionante. Un saludo y gracias.
Precioso. Los minis son los que he visto que más entrega y amor a la lucha libre tienen. Muy buen reportaje. Saludos.
Son todos unos guerreros del ring. Nunca se cansa uno de disfrutar ese espectáculo impresionante. Un saludo y gracias.
Comprendo las críticas, pero a mi me parece grandioso que estas personas que en un principio podrían parecer no aptas para entrar a la lucha libre reciban la oportunidad de dedicarse al deporte que aman.
Comprendo las críticas, pero a mi me parece grandioso que estas personas que en un principio podrían parecer no aptas para entrar a la lucha libre reciban la oportunidad de dedicarse al deporte que aman.