Cada generación tiene sus vacas sagradas. Y si bien un servidor por edad vivió tanto la «Attitude Era» como la «Ruthless Agression Era», no puedo evitar decantarme por la más reciente de las dos. Tal vez mucho tenga ver el hecho de que, como fanático de WCW, nunca se disipe esa imagen de la primera como asesina de la compañía de Ted Turner. Y muchos consideran que el gran arranque de la última etapa no-PG se debió a la labor de Paul Heyman, quien trabajó de principal guionista de SmackDown! Pero, ¿es cierta esa sempiterna afirmación de que la marca azul superó a Raw en ratings?
Durante el documental titulado Ladies And Gentleman, My Name Is Paul Heyman (2014), el padrino de ECW asegura que SD batió a Raw en audiencia. Todo, bajo una coyuntura en la que Vince McMahon instó a una competición real entre marcas, cuando precisamente Eric Bischoff tenía el cargo de Gerente General de la roja. Y aunque en teoría este no contaba con una labor creativa, sí que ejercía una considerable influencia tras bambalinas.
Sin embargo, los datos desmienten esa mitificación que con el paso del tiempo se ha hecho de la considerada época dorada de SmackDown! Compilando todos los ratings del show B de WWE desde julio de 2002 a febrero de 2003 (meses en los que Heyman hizo tal labor), la media es de 3.2. Mientras, bajo el mismo periodo, Raw dejó una media superior: 3.6.
No obstante, sí que resulta indiscutible que la calidad luchística por entonces era marca de la casa azul. Un programa que presentaba semanalmente al menos un encuentro notable; dinámica que Raw no podía igualar. Recuerden el elenco de Superestrellas con el que contaba Heyman: Eddie Guerrero, Kurt Angle, Brock Lesnar, Edge, Chris Benoit, Rey Mysterio…
¿Qué conclusión pretende arrojar entonces mi artículo? La misma que apunté a finales del año pasado: buenos combates no son la panacea para un problema de ratings que luce ya endémico. El éxito de la «Attitude Era» no se debió precisamente a este factor, sino a, me reitero, buenas historias, buenos personajes y un tono adulto. WWE siempre se ha caracterizado por su faceta de «sports entertainment», por encima de su aspecto puramente «pro wrestling». Y con una oferta hoy día tan amplia para disfrutar de alternativas de mayor calidad sobre el ring, Heyman debería centrarse en potenciar las cualidades que hicieron del Imperio McMahon la compañía número uno del mundo.
Hoy podríamos ver una primera muestra de cómo lucirá el nuevo Raw. Hay dos combates programados que ya hacen divagar a los medios y aficionados acerca de la mano de Heyman detrás de ellos. Una buena impronta por parte de ambos sería un primer paso, pero sin duda la herencia recibida es otro hándicap a tener en cuenta.
WWE hundió la credibilidad de Braun Strowman y Bobby Lashley con un pésimo manejo de estos dos colosos. Mientras, los ridículos cambios de nombre y el freno a su impulso después de dejar NXT cercenaron el gran momento de The Viking Raiders. Ahora, «Paul E» tiene la tarea de hacer lucir a luchadores como estrellas; algo que cuando WWE se propone, sabe hacer como nadie.
Ojala y Heyman sea el resurgir de una calidad «decente» y no la mediocridad actual.
El reinado del terror de Triple H era una murga.
Todos sabemos que también en el foro se ha visto beneficiado tras mi inclusión en el Roster. Todos saben que mi persona es garantía en promos y soy un ME nato
Quizá no superó en ratings a RAW por aquel entonces, pero uff tremendos shows que se mandaron desde mediados de 2002 hasta la temporada de WrestleMania XIX.
El midcard y la zona Tag estaba más que suplida con los SmackDown! Six (Angle, Benoit, Eddie, Chavo, Edge y Mysterio), y la zona estelar estaba en buenas manos con el colosal e implacable ascenso de Lesnar (apoyado de ‘Taker y Show). Hasta la storylines entre Torrie Wilson y Dawn Marie era llamativa (muchos saben por qué ( ͡° ͜ʖ ͡°)).
La mejor época del show azul, seguida del post-Draft 2008 hasta mediados del 2009, y de la segunda mitad del 2016-primeros meses del 2017 a mi parecer.