El último Raw antes de WrestleMania 33 dejó a más de uno con las ganas de que los días pasen más rápidos para que el domingo, en la Vitrina de los Inmortales suceda la historia. Desde la lanza que el Campeón Universal, Goldberg, le propinara a la bestia encarnada, Brock Lesnar, hasta la firma del contrato del combate sin sanción entre Triple H y Seth Rollins; sin dejar atrás el triangular por el Campeonato de Parejas Raw WWE con The Club, Enzo y Big Cass. y Cesaro y Sheamus… Ah y como olvidar la inscripción en la Batalla Real en Honor de André el Gigante del tremendo Braun Strowman, amedrentando a Big Show.
Pero una de las cosas que más nos tenía al borde de la pantalla fue, como lo habíamos anticipado, la aparición de The Undertaker, para encarar a Roman Reigns. Todos estuvimos mordiéndonos las uñas cuando Roman apareció, pero contra lo que esperábamos, The Undertaker apareció sólo en el titantron para amedrentar a Roman. Él, que no se cuece al primer hervor, no se dejó intimidar, sin embargo las luces se apagaron… Ni los celulares de todos los presentes pudieron anticipar lo que se vendría: una vez más la música funesta que comienza con una campana… una vez más la oscuridad… ¡Y se hizo la luz! ¡The Undertaker estaba ahí!, encarando a Roman Reigns.
¿Pero de donde salió una de las leyendas más grandes de la lucha libre a nivel global? ¿Magia? ¿Poderes sobrenaturales? ¿Corre los cien metros más rápidos que Usain Bolt? ¿Teletransportación?
¿¿¿Qué pasó???
Bueno, un aficionado de primera fila nos lo aclara:
Y así llegó The Undertaker al cuadrilátero… Aún no queda claro cómo llegó hasta ahí, para poder emerger en las tinieblas.