Este verano, a raíz de la noticia de la remodelación de NXT para pasar a denominarla NXT 2.0, los malos augurios sobre tal cambio fueron pan nuestro de cada día, pues inmediatamente se reportó que a partir de entonces, Vince McMahon (con su mano derecha Bruce Prichard) pasaría a microgestionar exhaustivamente la tercera marca en pos de su plan: forjar de una vez por todas nuevas estrellas dentro de sus dominios, al igual que hizo durante la «Ruthless Aggression Era».
No obstante, tal estampa se caía por su propio peso. Si ya a Mr. McMahon le faltan horas del día para ocuparse de Raw, SmackDown y demás menesteres, lucía muy improbable que ahora también centrara sus esfuerzos en NXT. Porque una cosa es supervisar el producto que ofrece el territorio de desarrollo, algo que antes apenas hacía —Triple H confesó tiempo atrás que su suegro nunca había visto un episodio de NXT—, y otra es pasar a dirigirlo de manera directa.
En cualquier caso, se hacen muy visibles la mano del «Chairman» y esos tics tan propios del elenco principal (por desgracia, para mal) al comparar los antiguos shows de NXT y los de NXT 2.0. Giro de timón que parece no está entusiasmando a algunos veteranos.
► La vieja guardia resiste en NXT 2.0
Ahora, bajo entrevista concedida a TV Insider, Shawn Michaels viene a confirmar lo expuesto por Dave Meltzer en septiembre: que en el día a día, el equipo de trabajo de NXT no ha cambiado.
«La gente ahí fuera cree que todo es una producción de Vince McMahon y Bruce Prichard. Sólo son los que nos dan directrices de lo que quieren de NXT de cara al futuro. Todo sigue siendo cosa del equipo que Hunter estableció aquí».
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