Seth Rollins y la falta de apoyo hacia Roman Reigns de cara a WrestleMania 32

La WWE está atravesando  uno de sus momentos más difíciles, ya que aparte de transitar por la conocida crisis de ratings está sufriendo bajas importantes por las lesiones de varias Superestrellas.

La baja que golpeó más  duro a la compañía fue la del ahora ex campeón Seth Rollins, que puso en jaque a los creativos de la empresa debido a que era el rudo más importante.

2015 fue decididamente el año de Rollins, protagonista de hazañas como canjear el maletín “Money in the Bank” en la lucha estelar de WrestleMania 31 para obtener el máximo campeonato de la WWE; y de tener rivalidades con leyendas de la talla de Kane, Brock Lesnar, Sting además de combates interesantes con John Cena, Dean Ambrose y otras superestrellas.

El ascenso al éxito comenzó cuando Rollins traicionó a sus compañeros de “The Shield”,  Roman Reigns y Dean Ambrose, para unirse a La Autoridad en el 2014; luego  de la obtención del Money in the Bank con ayuda de Kane, pasó a liderar el equipo de Triple H en Survivor Series contra el de John Cena, dejando en claro el interés de Vince McMahon de que “el arquitecto” quedara en el plano principal.

El personaje de Rollins es muy eficiente, ya que muestra un gran talento tanto en el ring como en el micrófono. Le agrada a los fans, que reaccionan con efusividad cada vez que lo ven, y llegan a preferirlo antes que a técnicos como Cena.

Sin embargo, esto ha generado una dependencia de la compañía respecto del ex Shield, que quedó en evidencia cuando la  WWE estaba de gira por Europa. En un combate de Seth con Kane, el entonces campeón sufrió una lesión muy grave en la pierna, dañándose el ligamento cruzado anterior, ligamento colateral medio y menisco medial, dándose de baja por un lapso de 6 a 9 meses fuera del ring.

Este hecho inesperado hizo que inevitablemente dejara de ser el campeón y abandonara su rivalidad  pendiente con Roman Reigns, que debía culminar en Survivor Series por el Campeonato Mundial de Peso Completo WWE.

Para reemplazar el fallido combate, se realizó un torneo por el campeonato máximo en el cual Reigns salió victorioso. Momentos después, Triple H salió a felicitar al ganador, pero este ultimo le conectó una lanza al hombre de La Autoridad, ataque que fue aprovechado por el entonces Mr. Money in the Bank, Sheamus, derrotando a Roman y arrebatándole el titulo.

El reinado de Sheamus tuvo un enfoque de transición. El problema es que Roman Reigns no es un luchador aceptado completamente por los fans, ya que muchos piensan que recibió un gran impulso demasiado pronto, frente a otros que podrían desempeñarse mejor, como por ejemplo, Dean Ambrose.

No obstante ,Vince McMahon insiste en que “el emperador romano” sea la cara principal. En el Raw posterior al evento TLC, Reigns recuperó el campeonato, para después perderlo con Triple H en el Royal Rumble. La dificultad es que el camino del héroe que es despojado constantemente de sus oportunidades no le gusta a los fans, ya que muchos hacen memoria al destino similar que tuvo Daniel Briyan (con la diferencia, de que este último fue aclamado en su camino al evento principal de WrestleMania XXX).

Otro inconveniente que no hay que ignorar, es que Triple H, al igual que Seth Rollins, a pesar de ser rudo, es el favorito de los fans de cara a WrestleMania, por lo que Vince McMahon debe apoyarse en otro individuo para que los buenos tengan el suficiente soporte para salir adelante, que es lo que parece buscar con el retorno de su hijo Shane a la empresa.

Sólo resta observar cómo finaliza el camino de Reigns hacia el evento principal de WrestleMania 32, pero no sería bueno que un eventual triunfo suyo se vea opacado por los fans enfurecidos, que ya reclaman con efusividad la poca atención que la compañía les brinda.

LA LUCHA SIGUE...
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