Cuando Billy Corgan llegó a TNA el pasado mayo, muchos vieron su arribo como un soplo de aire fresco, pues con su presencia renovó la hasta entonces nula comunicación entre el talento y la administración y ayudó a calmar los ánimos que a esa altura estaban por los suelos dada la delicada situación financiera que estaba atravesando la empresa.
Triste es saber que lo que en un comienzo empezó tan bien terminaría en los tribunales, y más sabiendo que Dixie Carter fue la que convenció al frontman de los Smashing Pumpkins a formar parte de la directiva. De hecho, Dave Meltzer del Wrestling Observer reveló recientemente que hace unos meses ambos eran tan cercanos que «Dixie hablaba más con él que con cualquier otra persona».
Dixie y Billy ya se conocían de años anteriores previamente a trabajar juntos, y es que el músico siempre fue un enorme aficionado a la lucha libre e incluso tuvo su propia promoción (Resistance Pro Wrestling), la cual tuvo muy buenas críticas y hasta estuvo cerca de hacer su propio reality show en AMC, reconocido canal productor de series como The Walking Dead o Breaking Bad.
“Conozco a Billy desde hace años y siempre he admirado su trabajo musical, así como su conocimiento y forma de ver la lucha libre profesional», decía Dixie en Impactwrestling.com. «Siempre me ha impresionado por su creatividad y pasión por el negocio. Está dotado de una capacidad de hacernos conectar con el público”.
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La cuestión es que desde que Corgan le quitó el puesto de presidente a Carter, la relación se tornó tensa y a partir de ello se empezaron a originar los problemas. Finalmente, lo que hizo explotar todo fueron las diferencias respecto a la venta de la organización. Las cosas pasaron a mayores cuando Corgan no solo la demandó a ella —acusándola de haberle mentido sobre la situación económica de la empresa cuando él invirtió en acciones de la misma—, sino también a su esposo Serg Salinas, al ejecutivo de Anthem Dean Boadhead, TNA en sí y empresa madre, Impact Ventures.
Como la propietaria mayoritaria, Carter, con el evidente apoyo de otros accionistas, optó por relegar a Corgan de su cargo. El problema radicó entonces en el dinero que se le adeudaba, en base al cual, como ya hemos tocado aquí en SÚPER LUCHAS, Corgan se quejó en las redes sociales (hay que recordar, y no es un tema menor ni mucho menos, que el Smashing Pumpkin aún posee el 36% de la empresa).
Obviamente con un gran disgusto, hizo uso de su cuenta de Twitter en el transcurso de la semana pasada para manifestarse sobre la deuda y amenazó con volver a recurrir a otra demanda judicial en caso de no obtener lo debido.
“HECHO: TNA tenía que pagarme hace dos días, ellos lo juraron delante del juzgado. Ayer me pidieron otro día mas para conseguir ‘todo el dinero’ que ‘harían llegar directamente’ para resolver todos los reclamos. Mintieron una vez más y utilizaron el tiempo como herramienta. ¡Aún no me pagaron!, y estoy explorando todas las posibilidades para que lo hagan.”
Anthem Entertainment, grupo que hace unos días anunció que acreditará a TNA a cambio del control absoluto de la compañía, respondería a los comentarios de Corgan a las pocas horas.
«Rechazamos los comentarios que el Sr. Corgan hizo hoy. La cuestión está ante los tribunales, por lo que el discurso público es inapropiado. Hay un sólido plan financiero para @IMPACTWRESTLING y su préstamo será tratado apropiadamente.»
Como no podría ser de otra forma, Corgan no calló e, indignado, siguió alzando la voz para dar su versión de los hechos. Reveló, además, que la demanda original contra TNA no ha finiquitado como lo informaron los medios.
«¡Terrible modo de empezar nuestra futura relación! ¿Qué hay de la mentira en el consejo? ¿Qué hay de los comunicados de prensa cantando victoria? Así que cuando hoy publicaron su comunicado de prensa y otro durante la demanda (que todavía está pendiente), ¿eso no es discurso público? ¿¡Y el uso de [el término] ‘rechazar’!? ¡Que lenguaje tan fuerte para un canal de peleas!».
Al día siguiente, 4 de noviembre, Corgan volvería a la ofensiva.
«Hoy, FORMALMENTE pido de regreso la paga de mi supuesto ‘préstamo’ a TNA, que se me dijo que no pudieron pagar porque ‘no sabían dónde encontrarme’. Risas aparte, hubiera aportado 1,8 millones de dólares con el propósito de convertirme en un accionista igualitario y ayudar al talentoso elenco. Cualquier otra afirmación es FALSA. Así que si no se me paga el total hoy y sin condiciones, voy a estar forzado a buscar remedio en acudir a acciones legales otra vez. Recuerden que fue Anthem y no yo quien se paró en la corte y le dijo al juez que estaban PREPARADOS para pagar. Una compañía que asegura que todavía no tiene un acuerdo para detrás de escena ha sacado dos comunicados de prensa diciendo que [todo dentro de la empresa está perfectamente].»
Para concluir, Corgan jugó con la posibilidad de vender su parte de la empresa a «un titán de la lucha libre», haciendo una clara referencia a WWE.
«A pesar de haber sido llamado un prestamista por cada brazo publicitario de TNA, todavía puedo convertir mi dinero en acciones o vendérselas al comprador más alto. Y esa ‘opción’ de convertir mi préstamo en acciones de 36pct o vendérsela a un titán de la lucha libre no requiere una orden judicial.»
Es muy complicado determinar cuáles son los roles de cada bando sin haber estado ahí; poder esclarecer quién es el malo de la película y quién el bueno. Pero cuenten con una cosa, y es que las cosas no pintan muy bien para el futuro de TNA, pues aunque ahora tienen respaldo económico, las caras son las mismas de siempre.