Aunque muchos ya no lo recuerdan, Sasha Banks estuvo a poco de abandonar WWE en el año 2019. El 7 de abril de 2019 fue una de las peores noches de su vida. Esa noche se desarrolló WrestleMania 35 en el MetLife Stadium de New Jersey, New York.
Allí, Banks hizo equipo con su gran amiga Bayley para trata de defender el Campeonato Femenil de Parejas WWE ante Beth Phoenix y Natalya, Nia Jax y Tamina y The IIconics (Billie Kay y Peyton Royce), quienes a la postre les quitaron el título. Este hecho no les gustó nada a Bayley y a Banks.
Rápidamente se filtró a la prensa especializada el hecho de que las mujeres se enojaron por perder el título en el magno evento, con un reinado de solo 49 días. Ryan Satin reportó que en el hotel y tras bambalinas durante el PPV, Banks y Bayley estuvieron tumbadas en el suelo durante horas para así mostrar públicamente el descontento con la decisión creativa. Y aunque se alegraron por la victoria de Kay y Royce, seguían claramente molestas.
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Banks siempre había negado lo que pasó en WrestleMania 35. Hasta ahora, que reconoce que lo ocurrido en ese entonces sí hizo mella en ella y causó que estuviera cinco meses alejada del ring, con reportes de Dave Meltzer que indicaban que incluso llegó a renunciarle a Vince McMahon, quien por el aprecio que le tiene le dijo que lo pensara bien y se tomara un descanso un par de meses. Finalmente, McMahon y Banks arreglaron sus diferencias y Banks regresó a la acción en Raw el 12 de agosto de 2019.
Banks se burló en varias ocasiones de este reporte, especialmente porque en el pasado ha tratado de hacer quedar mal a Meltzer por sus informaciones privilegiadas, aunque el periodista siempre ha tenido la razón en cuanto a reportes acerca de Banks se trata.
En una reciente entrevista con Kelly O’Hara del podcast Just Women’s Sports, Banks habló así de su descanso tan largo tras WrestleMania 35:
«Me tomé ese descanso tan largo porque estaba cansada de todo. De ese calendario tan agotador y de nunca llegar a poder asimilar y comprender las victorias que tenía en el ring. También porque las derrotas en el ring me las tomaba personales y me daban muy, muy duro.
«Y es que, simplemente… era una bebé. Empecé a luchar cuando tenía 18 años, a los 20 me firmó WWE y a los 23 años empecé a estar en la carretera día y noche. Desde que empecé a ser Sasha Banks a los 20 años y me cambié el color de cabello, fue una carrera incesante sin pausa. ¡No había visto el color natural de mi cabello por mucho tiempo!
«Y simplemente sentía que estaba perdiendo. No solamente en el ring, sino perdiéndome a mí misma. Y hasta mi nombre lo había perdido. Ya ni siquiera mi mamá me decía ‘Mercedes’. Me llamaba ‘The Boss’ o Sasha Banks.
«Así que, tras esa WrestleMania, estaba en casa realmente perdida y confundida. Me miré en el espejo y no estaba feliz. Ya no era esa chica que estaba tan obsesionada con ser una Superestrella WWE, sentía que mi sueño estaba llegando a su fin y ese siempre había sido mi sueño desde que era niña.
«No quería odiar algo que había amado durante toda mi vida, así que me dije a mí misma que necesitaba tomarme un descanso y alejarme de la lucha libre y de Sasha Banks para encontrarme a mí misma. Para saber quién era Mercedes realmente. Porque en ese momento, todo lo que sabía era quién era Sasha Banks.
«Regresé en agosto de 2019 y estaba realmente agradecida por el tiempo libre que había tenido. Pude quitarme la peluca y ver mi hermoso cabello castaño rizado, ahí dije: ‘¡Oh! Está bien, sí recuerdo a Mercedes. Y mi cabello es hermoso’. Quería saber quién era yo sin WWE. Quería saber si siquiera me gustaba algo además de la lucha libre.
«Solamente quería tener un pasatiempo. Cada vez que alguien me preguntaba ‘¿Qué te gusta?’ les decía: ‘Algo de lo que ahora, en realidad, no quiero hablar. Porque es mi vida 24/7’. Y sí, encontré cosas que me llegaron a interesar.
«Fui a terapia, encontré la meditación y fui a la playa. Y me di cuenta que podía amar más de dos cosas que no fueran la lucha, y que al mismo tiempo, todavía podía amar la lucha libre. Y ahí lo supe: ‘La vida es todo lo que yo quiero que sea, pero puedo crear mi propia realidad'».
