Hijo del Fantasma cambió radicalmente en WWE. En NXT se convirtió en Campeón de Peso Crucero el pasado mes de junio. Desde entonces, y tras un gran golpe de efecto al despojarse de su máscara, se ha hecho acompañar por Raúl Mendoza y Joaquin Wilde para construir Legado del Fantasma, el trío más potente de la marca amarilla y negra de WWE en la actualidad: «Raúl y Joaquín tienen la actitud y los atributos necesarios y ambos respetan la lucha libre», se apresuró a decir en su última entrevista.
Este pasado fin de semana, Santos Escobar ha sido protagonista de una de las mejores luchas de NXT TakeOver 31, al vencer a Isaiah «Swerve» Scott para retener el preciado campeonato que decora su cintura.
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► La máscara, objeto sagrado
En la lucha libre mexicana la máscara es muy importante. Para un enmascarado, es el elemento más sagrado que puede tener, ya que se transforma es su nueva identidad, a través de la cual, crea un aura mística.
Hijo del Fantasma había perdido su máscara en agosto de 2018, en Triplemanía XXVI. En marzo del año siguiente fue cuando dejó AAA, para posteriormente incorporarse a WWE.
Sin embargo, en WWE volvió a enmascararse, y en junio pasado obtuvo el Campeonato de Peso Crucero NXT. Pero el reenmascaramiento era un ardid, y poco después reveló su nueva personalidad: Santos Escobar. El mexicano habló al respecto en WWE The Bump:
«Dejé a todos en shock, en especial a mi padre y mi madre. Sí, es cierto, la máscara es el elemento más sagrado que un luchador puede tener, es la cultura y la tradición. Para ser sinceros, ya perdí mi máscara en México y cuando pierdes tu máscara se supone que nunca más vas a ponértela.
«Pero siempre quise ser el Hijo del Fantasma en ese gran torneo de pesos crucero de WWE. Creo que así volví a presentar a la lucha libre como algo muy a tener en cuenta en WWE, porque creo que en los últimos tiempos lo han malinterpretado. La lucha libre mexicana no se trata de unos tipos enmascarados saltando de lado a lado. La lucha libre no es eso y poniéndome la máscara creo que volví a atraer toda la atención del Universo WWE hacia nuestra cultura».
►Acrecentar su legado
Ahora que Santos Escobar cumple 125 días como campeón, está dispuesto a defender la corona ante cualquier adversario:
«La lucha libre mexicana se trata de ser siempre humilde, respetuoso, hambriento y de seguir teniendo ganas de aprender. Esa es la regla número uno. Sé que tengo la fachada dominante que tengo y que todos piensan que soy el número 1, pero eso es porque realmente lo soy. Soy el Campeón de Peso Crucero y nadie puede tocarme. Pero también soy humilde y estoy hambriento».
Ser un luchador de segunda generación puede llegar a ser muy exigente, sobre todo si llegan a inculcarte la presión de superar a tus predecesor. Ser Hijo del Fantasma le ha obligado a Escobar a querer ir más allá en su carrera. Y como Superestrella internacional que ha trabajado en el CMLL, AAA y en Lucha Underground, está preparado para mostrar a todos un lado de la lucha libre que no era muy conocido hasta el momento:
«Lo más importante es que soy la segunda generación de una familia de luchadores y que nací dentro de este mundo de la lucha libre. Tardé 20 años en llegar a WWE y cuando llegué lo primero que me ocurrió fue que me dañé la pierna, así que tuve más tiempo para mentalizarme y prepararme.
«Estuve esperando la oportunidad adecuada y el momento más acertado para subir al cuadrilátero a demostrar a todos qué es realmente la lucha libre mexicana. No se trata de mí sino de la lucha libre y de lo que significa como cultura de todo un pueblo«.
