Al trazar ciertos paralelismos con el caso de John Cena, pocos esperaban que Roman Reigns protagonizase un cambio tan interesante de personaje el pasado año, teniendo también en cuenta que tras recuperarse de su recaída de la leucemia en 2018, los fans comenzaron a aceptarlo un poco más como técnico.
WWE decidió dar luz verde a un completo paso al bando rudo, ya sin ningún atisbo de gris, de «The Big Dog», ahora reconvertido en «The Tribal Chief» y «The Head of the Table». Apodos que casan perfectamente con su nuevo aura, armada mediante diversos elementos: su séquito de acólitos (con un Paul Heyman que no deja de ser poco más que un atrezzo, aunque atrezzo legitimador), o su atuendo de lucha, carente de ese chaleco de The Shield que lo acompañaba desde su debut sobre el elenco principal.
► La ruptura definitiva con el pasado
Pero hay un importante punto aún pendiente. Si como dije, ya dejó atrás el característico atuendo de The Shield, su tema de entrada, titulado «The Truth Reigns»(una versión mínimamente modificada de la tonada original de los «Hounds of Justice»), es el único elemento de caracterización de su etapa anterior que el samoano aún conserva.
No por mucho tiempo. Porque el propio Reigns reveló a Graham Matthews de Bleacher Report (entrevista de la que recogimos hoy un extracto) ciertos planes al respecto.
«Sí, estamos trabajando en ello. No es fácil. No puede ser simplemente… con este personaje, tiene que tener el tono adecuado. No puede ser, tú sabes… no podemos contratar a un rapero… no puede ser música de rap».
Poco a poco, el legado de Jim Johnston desaparece del producto actual, desde que el músico fuese despedido de WWE en 2017. Una vez The Undertaker colgó las botas, su composición más brillante quedará relegada a alguna puntual aparición estrella de «The Phenom» y al momento en que sea honrado con un hueco dentro del Salón de la Fama de la compañía. Ahora, otra de sus creaciones va camino del mismo destino, si bien en este caso, el pesar luce más ligero.