Recordando a Bobby Heenan, el mejor mánager de la historia (II)

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No le fue fácil darle las noticias a Gagne. Y cuando finalmente se armó de valor para comunicárselo, nervioso, sin saber cómo su empleador reaccionaría, llevó consigo una cuchilla. No fue necesaria, obviamente, pero se encontró con Gagne intentando convencerlo a toda costa de que permaneciera con él. Fue en vano, porque con una mano de la entonces megaestrella Hulk Hogan, se introduciría al mundo de la World Wrestling Federation de una vez por todas, tal como lo había soñado. No sin antes, siendo el profesional que siempre fue, ofrecerse a terminar con las fechas pactadas y los combates estipulados, un gesto que hizo que su amistad con Gagne perdurara hasta el final.


«Verne era un tipo decente, pero su mentalidad era de lucha amateur. Impulsó a Brad Rheingans, y si lo impulsas a él, entonces quítame de allí. No tengo nada contra Brad, pero no puedes sacar a Pamela Anderson de Baywatch y reemplazarla por Zsa Zsa. ¿Entiendes? Vince ya estaba en Minneapolis y tenía un par de shows con Hogan, George Steele y Gene Okerlund en el Met Center. Habían vendido toda la sala. Estaba entusiasmado por ver su show, lo que estaban haciendo y el modo en que lo presentaban. Era algo que quería hacer (ir a WWF). Pensé que esa iba a ser mi mejor etapa, por eso le di una oportunidad.»


Su paso por la WWF es más que reconocido; fue el que de hecho lo consagró como parte de la élite de la que hablábamos al comienzo del pasado artículo. La popular plataforma que representaba la empresa le dio la chance de que sus dotes y su personalidad fueran vistas por miles y miles de personas y que se ganara la popularidad como el mejor mánager de todos los tiempos. Asimismo, tuvo el placer de compartir vestidores con antiguos compañeros de la AWA y trabajar con los más prestigiosos nombres del negocio.

No entraremos en detalles sobre su paso por la grande del entretenimiento, ustedes lo conocen. Si no, los invito a que lo busquen en WWE Network. No hace falta siquiera que lo busquen por su nombre en el buscador, bastará con que vayan a los ochenta y estén seguros que encontrarán páginas y páginas, eventos tras eventos por doquier. Después de todo, es Bobby «The Brain» Hennan. Pícaro, tramposo, malcriado, entretenido, cómico, cobarde, un rudo natural que la gente amaba odiar.

Formando parte de algunas de las rivalidades más icónicas de la historia, manejó a Superestrellas del calibre de Big John Studd, Rick Rude, Mr. Perfect, King Kong Bundy, Harley Race, Ric Flair, The Brain Busters, André el Gigante, entre muchas, muchas más que formaron parte de su «Heenan Family». Uno de los más preciados camaradas de Bobby fue de hecho André, quien aún sin necesitar de un mánager pidió a la directiva específicamente por él ya que «era la única persona en la que confiaba». Con los años, Heenan ha contado grandes anécdotas sobre sus experiencias con el gigante, especialmente cuando tocaba trabajar con el Ultimate Warrior.

Además de beber tantas cervezas como deseara (se rumorea que su récord fue de 102 botellas en una sola sentada), André tenía fama de hacer lo que se le diera la gana cuando le diera la gana. Cuando no tenía el mejor de los conceptos sobre alguien, se aseguraba de hacerle la vida imposible cuando se encontraban en un ring, o a veces, quizá, siquiera perdía su tiempo en hacerlo. Ahora, podía ser el tipo más sensible del mundo con la gente que quería, y Bobby era uno de los pocos individuos a los que obedecía y escuchaba.

Pero André no era el único, pues amigos le sobraban. Uno de los más cercanos fue su compañero de transmisión, ya en su época como comentarista, Gorilla Monsoon. Su química era increíble, no por nada se los considera a día de hoy como la mejor dupla de comentarios en la historia de WWE. Sin ser el más importante show de la WWF, Prime Time Wrestling nunca decepcionaba, ya que el constante intercambio entre ambos era de lo más entretenido de la época. Búsquenlo, no puedo recomendárselos lo suficiente.

Tal era Heenan como atracción que hasta tuvo su propio talk show, The Bobby Heenan Show, que, hay que aclarar, no era igual a los rápidos segmentos que vemos en estos días como el Miz TV o como apreciamos con The Highlight Reel o The Peep Show hace unos años atrás. No, el programa de «The Brain» tenía una duración próxima a la media hora, y allí siguió cementando su legado tras momentos legendarios como su papel en los estelares de WrestleMania 3 y 4, su disolución con André y la asociación con Mr. Perfect o sus inolvidables promos, por nombrar sólo un puñado.

Bobby con Ric Flair en sus últimos tiempos dentro de la WWF.

Pero a esta altura de su carrera ya se encontraba cansado. La transición de mánager a comentarista le había reducido considerablemente el pesado calendario en la compañía, que, saquen las cuentas, era aún más duro que el actual. Por eso le molestó cuando Vince volvió a posicionarlo en su anterior rol con Ric Flair. Y aún así, según él mismo declaró, ya sin sentir amor por lo que hacía, nos regaló un épico momento cuando The Nature Boy llegó proveniente de la NWA/WCW.

Su salida se produciría en 1993. Después de dejar atrás su alianza con Curt Henning, Vince McMahon le ofrecería un lucrativo contrato para que que prolongase su estancia en la compañía, contrato que aceptaría. Sin embargo, se rompería cuando Vince supo que no podía afrontarlo, provocando que tomaran caminos separados. En cierta forma fue un alivio para Heenan, ya que le permitió pasar más tiempo con su familia y descansar de la irritante carretera. A modo de despedida, se le ocurrió que podía ser echado por su viejo compadre Monsoon, regalándonos un último gran recuerdo.

Heenan contó que aquella noche, él y Monsoon se reencontraron en el ascensor de la arena. «Bueno, nueve años juntos», le dijo, «buena suerte, compañero». Se despidieron en una noche de charla y café en el hotel en el que se hospedaban, rememorando las experiencias compartidas.


«Estaba cansado de volar y trabajar. Mi hija empezó en la universidad de Alabama y quería estar más cerca de ella, así que planeaba tomarme un año libre sin hacer nada; intentar hacer comerciales o algo parecido. Me llegó una llamada de Bischoff y me hicieron una oferta. La acepté, pues no era un trabajo diario y podía estar en Atlanta. Esa fue la única razón por la que dejé a Vince. Nunca me enojé con él. Es el hombre más creativo que conocí en toda mi vida.»


Y fue así como saltó a WCW en 1994. Se incorporó a la mesa de comentarios, con una agenda reducida y la posibilidad de estar cerca de su familia. Como si fuera poco, obtendría casi lo mismo que McMahon le había ofrecido el año anterior. Pero no todo serían rosas. Más bien lo contrario, serían los peores seis años de su carrera. No tenía la mejor de las relaciones con su compañero de transmisión, Tony Schiavone, ni con su nuevo jefe, Eric Bischoff, quien al parecer tomaba de mala gana sus ideas y sugerencias.

Con su compañero de transmisión en WCW, Tony Schiavone, con quien no guardaba la mejor de las relaciones.

Durante los años 80, Heenan sufrió una severa lesión en el cuello luchando en Japón cuando su rival, en una maniobra mal ejecutado, provocó que cayera mal sobre sí mismo. De hecho, no notó que tenía una vértebra rota hasta años después, y recién estando en WCW pudo realizarse la tan requerida cirugía.

En Clash of Champions de 1996 vivió un infame episodio cuando Brian Pillman lo agarró sin intención del cuello recién operado, a lo que Heenan soltaría un «¿Qué mi**** haces?». Tuvo que disculparse al aire a posteriori. Lo cierto es que los problemas en el brazo y mano derecha, derivados de los de cuello, lo perjudicarían hasta ya avanzado en edad.

Uno de los momentos más difíciles que le tocó vivir en la empresa, y no fueron pocos, ocurrió en 1999, cuando se enteró del fallecimiento de su compañero, Gorilla Monsoon, producto de una insuficiencia cardíaca por complicaciones relacionadas con la diabetes. Schiavone arrancó aquel episodio de Nitro dando las noticias, y nuestro protagonista, notablemente tocado, se despediría entre lágrimas de su viejo amigo.

En su último papel trascendente en el negocio, volvió a manejar a Flair y Arn Anderson en The Great American Bash 1996, pues más adelante sería relegado de Nitro y Thunder. La gota que colmó el vaso fue la llegada de Vince Russo al equipo creativo en 1999, y después de varios desacuerdos, sumada la intención de darle un toque más moderno al producto («más MTV», se dijo en su tiempo), fue suplantado por Mark Madden a fines de dicho año. Su contrato expiró en 2000 y, por supuesto, no renovó.


«A WCW no les importaba sus locutores. Creían que eran referís o algo por el estilo. No se daban cuenta que por dos, cuatro horas a la semana, hacíamos lo que teníamos que hacer. No entendían que había algunos que que eran capaces de hacer ese trabajo y otros que no. Antes que todo, Vince tiene una compañía de lucha que necesita de la televisión para sobrevivir. Trabajé para un compañía de televisión que daba la casualidad que tenía lucha en ella. Y no contrataban a la gente correcta para que hiciera las cosas correctas.»


Tras su marcha de WCW, Heenan haría alguna que otra aparición aquí y allí de tanto en tanto. Eso cambiaría cuando en enero 2002 fue detectado de cáncer de garganta. Para ello escribiría el siguiente comunicado: «Simplemente quiero que todos los asombrosos ‘humanoides’ sepan cuán agradecido estoy por los buenos deseos… sí, tengo cáncer de garganta, pero planeo vencerlo también. Si el difunto, gran Gorilla Monsoon no pudo callarme, el cáncer no lo hará tampoco.»

Bobby perdería una enorme cantidad de peso durante la batalla, pero terminaría saliendo ganador. Y lo mejor estaría por llegar, porque en 2004 todo su trabajo duro fue recompensado con su más que merecida introducción al Salón de la Fama WWE. Aun teniendo dificultad a la hora de hablar a raíz del cáncer, dejó en evidencia no haber perdido ni su capacidad del habla ni su sentido del humor, dando un discurso para el recuerdo.

En 2007 se sometió a una reconstrucción de mandíbula tras otra operación previa que no salió del todo bien. Estuvo en coma inducida por varios meses, pero al despertar perdió el habla. Con los años requirió de más intervenciones quirúrgicas tras infecciones en la mandíbula y ya en sus últimos años, varias caídas y quebraduras debido a su frágil estado. Se supo después que el cáncer regresó, y cada vez que era noticia era por algún accidente doméstico.

Hasta el final sintió la pasión por la lucha libre. Débil como estaba, se presentó hasta sus últimas semanas en convenciones y firmas de autógrafos, siempre mostrando su lado cómico y pícaro, reencontrándose con viejos amigos que hizo durante sus casi cuatro décadas en el negocio. No podía hablar, pero siempre encontraba el modo de hacerte reír.

Heenan junto a su esposa Cynthia, haciendo sus gracias en los últimos años.

La tarde del pasado domingo 17 de septiembre nos tomó por sorpresa la noticia de la desaparición física de Bobby «The Brain» Heenan. No es que nos haya impactado, de todos modos, pues su estado era bastante frágil en los últimos años. «Ya era su hora», comentó su hija. Raymond pasó a mejor vida en su hogar de Largo, Florida rodeado de sus seres amados. La causa de su muerte fue una falla orgánica debido a complicaciones por su cáncer de garganta. 

Nosotros los humanoides tuvimos el placer de gozar de esta gigante leyenda y, a fin de cuentas, la tendremos mientras existan WWE Network y YouTube. Creánme que tienen para rato, así que no parece que se vaya a corto plazo. Descanse en paz Bobby «The Brain» Heenan, el mejor mánager de la historia.

LA LUCHA SIGUE...
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2 comentarios en «Recordando a Bobby Heenan, el mejor mánager de la historia (II)»

  1. fue grande sin olvidarnos de sensational sherry, mr fuji y theodore long,jimmy hart etc etc por olvidarme de algunos otros

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