Recordando a Roberto Paz: Grande de los cuadriláteros, innovador de la promoción

El pasado 12 de septiembre se cumplieron seis años de la partida de Humberto Sánchez Rodríguez, mejor conocido como Roberto Paz. Que sirva esta historia, como homenaje.

Humberto Sánchez no siempre quiso ser luchador, pero amó la lucha como pocos. Su deseo desde chamaco, como el de muchos, era ser futbolista. Deseo que le duró bien poco, porque al tener una pelea con el entrenador del equipo en el que empezaba a jugar, lo corrieron. Hola, futbol; adiós, futbol, en un corto, corto tiempo. Pero no le duró nada la tristeza. Adiós futbol; hola lucha libre. Un amigo del mismo equipo, inmediato a la expulsión, lo invitó a entrenar costalazos.

La Arena Oblatos. Humberto la mira, la pisa, la siente y se enamora. Y cuando comienza a darle duro al entrenamiento y a conocer la lucha libre más y más, más se enamora, más se compromete, más se casa con ella. Pero la boda formal sucede en 1964, su debut.

Roberto Paz
Siendo un mozalbete, Roberto Paz ya era una fiera en los encordados.

Entonces Humberto deja su nombre de pila, y a sus diecisiete años se planta en el ring como Chico Sánchez. Y se planta como él siempre fue: líder, fuerte, centrado, entregado. Su garra y su talento eran inversamente contrarios a su nombre. Su carrera también iba rápido; sólo se quedó un año siendo Chico Sánchez.

Don Oblatos, promotor que le había dado este nombre, traía ya en mente la idea de tener una pareja de luchadores que fueran hermanos. Y pues, ahí estaba Armando Paz ―luchador, compañero y después compadre―, para darle carne al sueño, para completar la pareja de “los hermanos Paz”.

Y de aquí para adelante, sólo Paz. Sólo Roberto Paz. Y con este nombre comenzó también su despegue. Todo lo que Luis Canales y el Chato Quezada, sus maestros de la Oblatos le enseñaban, ya le quedaba debiendo. Él quería más. Él soñaba más. Y como coincidió también que Armando decidió irse a radicar a los Estados Unidos y no hubo más hermandad, Roberto Paz decide venir a probar el D.F. y a que el D.F. lo pruebe a él.

Roberto Paz
Con la visión concentrada en el éxito.

Llega a casa de Shadito Cruz que lo acoge como a un hijo (como a todos los que llegaban a su casa) y le da un montón de hermanos de vida ―Los Brazos― y extraordinarios entrenamientos. Fueron tiempos buenos. Tiempos provechosos que también Ham Lee enriqueció día con día con sus lecciones. Roberto practicaba fuerte y picaba piedra, como todos los que vienen de fuera. Aunque más que picar, él prefería verlo como sembrar. Y sabía que hay cosechas que tardan, pero siempre brotan. Y sabía que todo, todo es a su tiempo.

Y tan buena cosecha tuvo que, por allí por los tiempos dorados de El Toreo, llega a formar parte de “Los Rockers”, al lado de Baby Richard y de Master. Tiempo después integran a Águila Venezolana (que no es otro que El Hijo del Diablo) y van de arena en arena luchando fuerte, repartiendo rock.

Roberto Paz
Junto a su amigo de toda la vida, Baby Richard.

Roberto Paz creyó siempre en las raíces y en la lucha independiente. También en Dios y en el amor. Por eso, pasada algo de vida, se regresa para Guadalajara a comenzar a andar por dos caminos paralelos que le trajeron toda la felicidad y que ya hacia el final, se volvieron uno mismo. En el primero encontró mujer, se casó ―por segunda vez―, construyó hogar y tuvo descendencia. En el segundo se convirtió en promotor, fundó una empresa y le puso también casa.

Roberto Paz
Don Roberto ocupándose de asuntos de programación en su etapa como promotor.

Cleotilde Ascensión le parió cinco hijos: Claudia Patricia, Humberto Jesús, David, Jorge y Rosa Gabriela. A los hombres, a pesar de no quererlo, les heredó el talento y el amor por la lucha. A las mujeres no. Ninguna de ellas quiso seguir ese camino; sin embargo, el hijo de Claudia heredó todo lo que los hombres Sánchez Ramírez. José Antonio también lleva en la sangre la lucha libre.

Con la lucha hizo nacer a PROSAR (Promotoría Sánchez Ramírez), que lo mismo que Roberto, experimentaría una metamorfosis. Roberto deviene promotor y pionero de la lucha extrema y la PROSAR se convierte en la New Wrestling Generation (NWG). Y como todo hijo, la NWG también necesitaba techo y principios.

Roberto Paz
La sangre estuvo presente en sus legendarias batallas.

Enarbolando la idea de que la lucha libre debe ser siempre tradicional en sus bases, Roberto defendió hasta donde pudo este tipo de lucha y por ello, ya más que a luchar, se dedicó a ser profesor y promotor. Y su “no gano, pero cómo me divierto”, le trajo la simpatía de propios y extraños que sabían que la NGW daba función, aunque sólo hubiera un boleto vendido.

Carteles por aquí y por allá. Una NGW itinerante… Hasta que al fin la Arena “Victoria” (nombre que el propio Roberto eligió) se hace residencia de la empresa de Roberto. Y el tiempo pasando, y los hijos creciendo. Y el tiempo pasando, y los hijos sintiendo lucha hervirles las venas, reventándoles el pecho como al padre. Y Roberto no quería que sus vástagos fueran luchadores y se negó y se negó a meterlos a entrenar “porque la vida del luchador es bien dura”, les repitió hasta el cansancio.

Pero ellos no claudicaron en su empeño. Y estaban ahí, esperando el momento exacto para brincarle al ring. Humberto y David lo lograron primero. Jorge mucho después y de hecho, tuvo que ir a entrenar con otros porque Roberto ―en ese momento ya Don Robert―, no lo tomó en sus manos hasta que Jorge ya era un luchador profesional.

Y aquí fue donde ya no tuvo dos, sino un único sendero. Familia de vida y familia de lucha eran la misma. Cuatro hombres conformando dinastía: la dinastía Paz.

Roberto Paz Jr., Chilango y Shyru Dragon, dinastía de lujo.
Roberto Paz Jr., Chilango y Shyru Dragon, dinastía de lujo.

Roberto, que entonces ya tenía la madurez necesaria como promotor, pudo cobijarse en el renovarse o morir. Fue Jorge, junto con un muy joven Joe Líder, el que le trajo la idea de la lucha extrema. Líder era un aficionado que veía videos de empresas japonesas (que le enviaba nuestro editor Ernesto Ocampo), y por ello definió junto a don Robert el estilo de lucha extrema en NGW. Jorge y Líder eran entrones. Mucho. Y el promotor de la “Victoria” no pudo más que aprovechar y apoyar esos espíritus.

Don Roberto Paz y Ernesto Ocampo, Director Editorial de Súper Luchas
Don Roberto Paz y Ernesto Ocampo (ca. 2004).

“El Jefe”, ya para entonces luchaba poco. Pero no perdió oportunidad de hacerlo con o contra sus hijos. Y les enseñó en esas luchas, que hay que ser profesionales, sea quien sea. Todos se llevaron su buena chinga, por no querer, de principio, luchar fuerte contra su padre, cuando hubieron de enfrentarlo. Arriba del ring no se discrimina, se reparte por igual a los rivales, sean quienes sean. Y lucieron como el que más, cuando les tocó de comparsa. Hasta a su nieto José Antonio le tocó luchar con él. Y Roberto, aunque de principio también se opuso a que se hiciera luchador, después lo entrenó al igual que a sus hijos, como a cualquiera de los hombres Sánchez y lo mismo que con los otros, subió al ring del domo de Tonalá, como su pareja, como su igual.

Y luchó de último, exponiendo su cabellera, contra Loco Zandokan, su acérrimo rival al final de su historia. Fue una lucha memorable. Llaveo, lances, seconds entrometidos, preferencia de la comisión por la esquina del Loco. Lucha bien recia. Pero Roberto Paz hizo honor al nombre que eligió para su arena, y se alzó con la victoria, después de la cruenta contienda. Y fue su último triunfo, porque, dicho con sus palabras, papá Dios nos da la vida prestada; y entonces a la muerte, a ese sí no le ganó.

FIN

Tony Rodríguez nos habla sobre su abuelo:

Roberto Paz
Tony Rodríguez con Shyru Dragon.

«Creo que mi vida hubiera sido bastante aburrida sin la lucha libre. Y esto se lo debo totalmente a mi abuelo. Estar en una familia llena de lucha libre de niño es una experiencia genial; sobre todo recuerdo que cuando era niño me tocó ver y convivir con muchas de las estrellas en la época de los 90’s. Pero lo que más me sorprendía de todo era el saber que todos conocían a mi abuelo; desde ese momento se convirtió en mi más grande héroe.

«No recuerdo muchas cosas de él cuando era niño, y para ser sincero no tengo muchos recuerdos de él sobre un cuadrilátero en esos tiempos. Quizá lo pude ver pero no lo recuerdo. Yo me di cuenta que era un luchador extraordinario por todas las cosas que platicaba con los compañeros, con mis tíos y por todas las historias que me platicaba mi madre y por las fotos con grandes estrellas de la lucha libre de esos tiempos que yo veía en los cuadros de la casa. Pero no recuerdo haberlo visto luchar y es algo que me tiene algo frustrado.

«En mi adolescencia tuve mayor oportunidad de compartir la lucha libre con él en todos los aspectos, como maestro, como compañero y como padre. Cuando yo decidí ser luchador dejando el futbol de lado recuerdo que me puso la arrastrada de mi vida, solamente con entrenamiento. Y es que a él no le parecía el hecho de que yo también quisiera dedicarme a esto.

«Fui avanzando y él fue accediendo a la idea. Ya se mostraba más abierto pero a la vez bastante exigente y eso me sirvió. Después de 2 años de entrenamientos duros me pude convertir en luchador profesional. Y ahora era él quien me defendía y apoyaba la idea de que yo fuera luchador ante los ojos de mi madre y mi abuela.

«Verlo conmigo arriba del ring luchando de parejas fue lo máximo, como un sueño hecho realidad. Es algo que nunca jamás olvidare.

«Mi abuelo era mi confidente, mi consejero y mi amigo. Siempre tenía historias para mí, anécdotas de sus viajes, algunas graciosas y algunas para reflexionar. De ellas no se me olvida una que tuvo en Cozumel y Colima, donde me demostró que no hay que ser confiado.

«Lo recuerdo con gran alegría después de 6 años. Creo, que los tropezones que tuvimos en la vida quedaron aclarados. Lo recuerdo con una sonrisa en el rostro, con todas las palabras que cruzamos arriba del ring, con todos los consejos que me brindó… pero sobre todo con el amor que me dio y el que me enseñó por este bonito deporte. Pero sobre todo él fue, es y será siempre mi héroe».

LA LUCHA SIGUE...
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