Luego de la victoria de Mickey Rourke ante Elliot Seymour, se presentó el combate estelar de la noche en Moscú.
Ruslan Provodnikov contra José Luis Castillo. Hacía 3 años que Provodnikov no peleaba en su país y estaba emocionado de regresar en un combate.
José Luis Castillo no se sintió intimidado por entrar a la casa de Provodnikov y llegó con la promesa de pelear hasta dar todo de sí.
Los dos primeros rounds fueron estudio, sin arriesgar demasiado. Ruslan soltó buenos rectos en la cara de José Luis y el mexicano demostró un buen trabajo de piernas y cintura para repeler el ataque del ruso. Apenas hubo aguijonazos que daban muestra del poder de cada uno, aunque sin lastimar al otro.
Castillo planteó una estrategia que parecía no darle resultado: golpe a la cabeza como para abrir la guardia y luego buscaba el gancho al hígado. No le resultó porque la guardia de Ruslan estaba casi sellada y no consiguió mucho así. Provodnikov apostó por pegar arriba y colocó 4 combinaciones efectivas en la cara de Castillo.. José Luis comprendió que debía cambiar de esquema le fue mejor al conectar arriba, a manera de upper.
Para el cuarto episodio empezaron a brincotear para darle un ritmo diferente a la contienda. Ruslan se anotó más golpes y en dos ocasiones, con gancho corto, sacudió la cabeza de Castillo. De igual forma, Castillo pudo conectar un par de veces pero sin hacer demasiado daño, en un combate donde la frecuencia de golpeo sería la clave.
Para el quinto round, se notó un cambio en el boxeo de Ruslan, ya no se fue al ataque frontal e incisivo, fue subiendo la intensidad poco a poco hasta que provocó el intercambio con que finalizaría el combate.
Todo empezó con una zurda en la cara de Castillo. Lo dobló, mandó otro impacto y Castillo cayó en el quinto round. El réferi aplicó la cuenta de protección y esperó a que Castillo se incorporara. Seguro fueron más de 10 segundos. Lo hizo y continuó con el combate. Pero inmediatamente, una combinación de 3 golpes acabaría con las aspiraciones de Castillo, pues a pesar de que el ruso falló el primero, los otros dos le entraron de lleno en el pómulo y la quijada. Castillo trastabilló hacia atrás y se hincó para evitar más golpes (pudo ser una caída estratégica) pero el réferi se interpuso entre los púgiles y terminó la pelea.
Nocáut técnico a favor de Provodikov, que fue a la esquina de Castillo, lo abrazó y le dijo: -Ya no hay boxeadores como tú.
Y es que Castillo hizo lo que ni Bradley ni Algieri se atrevieron a hacer, pelearle de frente al ruso, aún cuando el mexicano sabía que era difícil batirlo en terreno corto.
Provodnikov volvió al camino del triunfo y espera tener una nueva oportunidad por el título súper ligero.