Lucas Matthysse dejó pasar una vez más la oportunidad por el título, curiosamente, el mismo que trató de quitarle a Danny García. Mostró grandes condiciones e incluso material para ganar hasta el sexto round, cuando un golpe le cerró el ojo y le impidió ver a Danny.
Luego hizo tres grandes peleas. Noqueó a John Molina en el onceavo round de una pelea encarnizada, de intercambio, donde incluso visitó la lona. Un común denominador es que ninguno de los dos quería perder, pero la mano de Lucas fue más pesada y se llevó la victoria. Después de esa pelea, en dos rounds noqueó al mexicano Roberto «Massa» Ortiz con un gancho al hígado. Con inteligencia toreó al poderoso Ruslan Provodnikov que de los bravos es el peor, le aguantó los 12 rounds y además lo venció con decisión mayoritaria, lo cual habla de la dificultad del combate.
Pero ese Lucas propositivo y fuerte no llegó a la pelea contra Viktor Postol. Las apuestas y la opinión pública favorecían al argentino. A pocos impresionaba el récord invicto en 27 peleas de Postol.
Sin embargo, a la horade la pelea, la historia fue diferente. Aunque Lucas lanzó los primeros golpes del combate y se le echó encima a Postol, el ucraniano no se dejó amedrentar por esos golpes y se fue al enganche y al jab.
Con un mejor alcance, Postol pudo mantener lejos de su cuerpo los puños de Lucas, al tiempo que buscaba romperle el ritmo al engancharlo y sacarlo de su zona de confort.
A Matthysse se le dificultó entrar en corto y también buscó el enganche para golpear en corto a Postol pero el réferi de inmediato intervenía para cortar el clinch.
Lucas nunca estuvo cómodo aunque no por eso dejó de buscar los golpes a la cara para proyectar a Postol a la lona. Sólo un golpe lo conmovió el ucraniano aguantó fuerte y le siguió el paso a la «Máquina».
En la segunda mitad del combate, Postol impactó el ojo de Lucas con la cabeza y desde ahí el argentino no se vio bien. O no se sintió bien. Su esquina tampoco parecía ayudarlo mucho porque no le daba indicaciones. Aún así Matthysse soltó buenas ráfagas y parecía retomar terreno, pero Postol le cortaba la inspración con jab o con enganche.
Pero lo peor de la noche estaba por suceder, pues Postol pudo conectar el ojo de Matthysse y lo mandó a la lona. Mientras estaba con la rodilla en el piso, Lucas se tocaba el ojo repetidamente, entonces sacudió la cabeza para decir que no iba más. A la postre confesaría que sintió mucho dolor en el ojo porque sintió que algo le había estallado dentro, aunque sólo fue momentáneo porque la vista le regreso poco tiempo después.
Viktor se tiró a la lona en muestra de felicidad y con eso se convirtió en el tercer campeón de élite nacido en Ucrania (tras Klitschko y Lomachenko).
