Dentro del balance del 2020 respecto a WWE, sin duda los recortes de personal iniciados en abril y dilatados en el tiempo hasta este verano, que la empresa justificó amparándose en la pandemia, fueron el punto más negro. Porque además, vinieron acompañados poco después de excelentes resultados financieros, ya que, resultaba lógico que debido a la imposibilidad de realizar house shows, los costes de producción se reducirían enormemente.
Cerca de un centenar de trabajadores, de los que apenas conocimos la punta del iceberg, quedaron en la calle, y cuando creíamos que la marea se había calmado, en la misma semana donde de nuevo se confirmaron grandes beneficios trimestrales, conocimos los despidos de Lars Sullivan y Steve Cutler; este último bastante sorpresivo tanto para seguidores como para el propio afectado.
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► Los «house shows», una baza para los talentos
¿Suponen estos ceses un avance de otra tanda masiva inminente? PWInsider desvela que hay cierto temor dentro de los vestidores de WWE a nuevas salidas tras el último reporte financiero trimestral, y este medio dice desconocer si Sullivan y Cutler representan el inicio.
En este sentido, un servidor viene hablando del excesivo número de talentos que pueblan el territorio McMahon, a causa de una política de contrataciones en última instancia contraproducente para los intereses corporativos. Y por desgracia, tal factor propiciaría que la compañía decida «aligerar peso», prescindiendo de competidores de escaso uso en televisión.
No obstante, también conocimos ayer que WWE planea volver a realizar house shows y salir de nuevo a la carretera cuando las restricciones lo permitan, y quizás, de cara a ello, se guarden de llevar a cabo dichos recortes de personal (que recordemos, igualmente afectaron a personal de producción de eventos en vivo).