Por Darkangelita.
Corría el año de 1950 y con ello daba comienzo el periodo de las historietas noveladas de 32 páginas, innovación de Editorial Novaro que introdujo el formato estadounidense de “comic book”, con portadas en papel brillante a color y con interiores que variaban de tinta negra o sepia al multicolor.
La variedad en los temas a tratar dentro de las historietas fue diversa, desde la novela de corazón, los clásicos héroes norteamericanos como Batman y Supermán, los cuentos Clásicos, la reproducción de momentos de la historia nacional, hasta las historias de caricaturas o comúnmente llamadas “de monitos”, etc.
Para 1952, Santo el Enmascarado de Plata ya era todo un suceso en la lucha libre, y haciendo uso de esa popularidad, la inventiva del dibujante y editor José Guadalupe Cruz, concibió producir una serie de historietas, en acuerdo con el gladiador, donde sería la estrella principal convirtiéndose a la postre en el primer personaje fantástico de la literatura popular mexicana y uno de los más queridos, junto al mítico Kalimán.
Utilizando la técnica del collage y del fotomontaje en color sepia, y con la portada dibujada a mano, el 03 de septiembre de 1952 Ediciones José G. Cruz lanzaba a la venta el primer número de “Santo, el Enmascarado de Plata” – ¡Un Semanario Atómico! El éxito fue avasallador, semana a semana la historieta invadían los puestos de revistas de todo el país y vendían miles de ejemplares.
Inicialmente, Santo enfrentó a asesinos, bandas de mafiosos y delincuentes; sin embargo poco a poco sus enemigos dieron un giro hacia el plano fantástico (brujas, momias, vampiros, sirenas, sombras vivientes, hombres lobo, monstruos lunares, hombres de barro, duendes, muñecos de madera vivientes, el hijo de King Kong, los hombres monos de marte, la misma muerte, zombis, etc). Poseía además con una fuerza sobrenatural con la que vencía a animales tan peligrosos como osos, tigres, leones, gorilas y rinocerontes.
Tal fue la demanda, que pronto pasó a publicarse 2 veces por semana. Incluso Horacio Robles, director de la revista, llegó a usar la máscara de Santo para las sesiones fotográficas, cuando el Enmascarado estaba de gira o tenía un contratiempo. El tiraje llegaría a más de un millón de revistas semanales.
Al pasar de los años José G. Cruz y Santo tendrían desacuerdos económicos por lo que el luchador fue sustituido por Héctor Pliego, Míster México 1969, y el personaje se diferenció del original dejando de usar las mallas y colocando una «S» sobre un círculo negro en el frente de la máscara.
La elaboración de la historieta continuo hasta la década de los 80’s cuando decayó la producción nacional, ya que resultaba más barato traer comics importados, especialmente los de superhéroes y el manga, además del boom de los videojuegos.
Si quieres leer las notas anteriores de esta serie:
– Conmemoran a Santo en su tierra natal.
– El enfrentamiento contra Espanto
– Santo vs. La Invasión de los Marcianos
– La inauguración de la Arena Coliseo
El Santo era garantía de éxito, su solo nombre movía a las masas a gastar su dinero. Como suelen decir, «podría haberle vendido un aire acondicionado a un esquimal» XD.
El Santo era garantía de éxito, su solo nombre movía a las masas a gastar su dinero. Como suelen decir, «podría haberle vendido un aire acondicionado a un esquimal» XD.