Ya en 2018, antes del nacimiento de AEW, Dave Meltzer vaticinó que los últimos grandes acuerdos televisivos de WWE llevarían a un inexorable fin de la escena independiente, debido a que esa suma pagada por FOX y USA Network serviría al Imperio McMahon para contratar a todos los talentos posibles.
Pero actualmente, puede decirse que, pese a ciertos cierres debido al coronavirus, las «indies» muestran una salud envidiable, como se demostró durante ese fin de semana de «The Collective» el pasado mes de octubre. Nunca antes la oferta había sido tan amplia para un seguidor de la lucha libre más minoritaria, incluso aún mayor que hace dos años.
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Como dije, estas ansias de acaparamiento de WWE se redoblaron a raíz de la entrada en escena de AEW, y las recientes contrataciones de Benjamin Carter o Alex Zayne han significado un importante varapalo para los seguidores de Game Changer Wrestling, Warrior Wrestling o cualquier otra promoción fuera de los focos «mainstream» sobre la que estos gladiadores mostraron su arte.
Pero al mismo tiempo, existe una contraproducencia para WWE, que ya pudo vislumbrarse cuando entonces, al conocerse la noticia de dichos acuerdos televisivos, Dave Meltzer dijo lo siguiente.
«Habrá muchos cambios. Creo que sabes que mucho depende de WWE. Porque hay que preguntarse si ellos quieren apilar a 200 talentos en su Performance Center para alejar a todo el mundo de las indies. ¿Quieren hacer eso? Tal vez».
Porque quizás en el Performance Center de Orlando y el de Enfield haya sitio para tal cantidad de talentos, pero no dentro del limitado número de minutos del que disponen los programas semanales de WWE. Ergo, el beneficio no es mutuo.
Muchos competidores que dejan la empresa lo hacen sin haber aportado nada sustancial a la maquinaria por cierta politiquería u otros motivos inexplicables, pero gracias a su condición de antiguas «WWE Superstars» ven elevado su prestigio y acaban reforzando a la competencia (véase, todo lo que esté fuera de los dominios de Vince McMahon).
¿Ejemplos? Echen un vistazo a la trayectoria que está trazando Lio Rush desde que fue despedido en abril. Si bien guardaba una considerable popularidad antes de pasar por WWE, ahora su candencia es enorme, convertido en una suerte de símbolo de oposición al gigante estadounidense. A nadie escapa que su despido tuvo que ver con ciertos comentarios acerca de la relajación de los protocolos anti-COVID que se practicaban por allí. Y la industria no lo olvida.
Imagine not Respecting or capitalizing on this guy because you think he has a bad attitude…. Lmfaooooooooo https://t.co/MMSaltAJB1
— “The Bad Boy” Joey Janela (@JANELABABY) December 5, 2020
«Imagina no respetar ni apostar por este tipo porque crees que tiene una mala actitud… Me parto de la risa»
Así, «The Man Of The Hour» debutará en NJPW como parte de la Super J-Cup que tendrá lugar el próximo día 12, y su promo anunciando tal logro guarda sospechosas similitudes con la protagonizada por Jon Moxley antes de su firma con AEW. De hecho, hay una referencia explícita, cuando a un Lio en versión presidiaria se le pregunta por dónde estaba la noche del 30 de abril de 2019: misma fecha en que New Japan emitió aquel vídeo de «Mox».
Cometh the hour.
— NJPW Global (@njpwglobal) December 2, 2020
Cometh the man.
The M.O.T.H is coming to Super J-Cup!
DECEMBER 12 on FITE and NJPW WORLD!https://t.co/QMONOLj4O6#njpw #sjcup @TheLionelGreen pic.twitter.com/jI6oBXf8bO
Y junto a Lio, no quiero obviar a EC3, otro que está alcanzando nuevas fronteras, cuando recientemente debutó en Ring of Honor, un escenario a priori que no casa con sus habilidades, pero que sin duda sabe de su popularidad y lo ha programado para un importante combate de su siguiente PPV, Final Battle.
En definitiva, un exceso que acaba por pasar factura a WWE —cuando únicamente un servidor menciona dos casos—, y que seguro seguirá perjudicando a los intereses de la compañía mientras esta minimice la importancia de la escena independiente; plataforma que, no lo olvidemos, también sirve de sustento a AEW.