La Arena Coliseo desde el balcón: un mundo aparte

7:30 de la noche. La Arena Coliseo reabre sus puertas tras el sismo del 19 de septiembre. Tiene una gran entrada. Raramente, la zona de balcón está abarrotada de niños. En la zona de la porra ruda, se ha sustituido a la misma por un grupo de pequeños que saben muy bien quién manda en Perú 77: «¡Arriba los rudos!», gritan dos de ellos, uno siguiendo al otro, con la entonación cantadita característica de los nacidos en la capital. No ha iniciado la función aún, pero los aperitivos comienzan a desembolsarse: cacahuates, chocolates, pepitas y papas fritas para los pequeños; cerveza sola para los adultos.

Aparece en el ring Omar García, el anunciador oficial del CMLL, bien recibido a base de chiflidos y mentadas de madre. Desde el balcón, un hombre enfundando la playera del América se arma de valor para gritar con toda fuerza «¡Puto!» y se le escapa la saliva en el intento. El anunciador sonríe sabiendo que, en este deporte-espectáculo, los insultos son el pan de cada día, especialmente la alusión a la homosexualidad. Y en este recinto, la condena se paga al doble.

Enardecidos con el anuncio del inicio de la función, los aficionados lanzan fuertes alaridos y de entre tantas voces, sobresale una que grita ‘¡Mamacita, sal!, invocando a la edecán que anuncia la primera caída, vestida con un diminuto short y un top con la marca Roshfrans más que visible. A un lado, un hombre robusto mira con lujuria, con los ojos enrojecidos de no parpadear, no quiere perderse un sólo segundo. La emoción le hace masticar muy rápidamente sus pepitas; escupe la cáscara al piso y se limpia la playera de Toros Neza, que porta con orgullo.

«¡Así los quiero ver, calladitos!»

La lucha de parejas de Bengala y Sensei contra Camorra y Espíritu Negro no parece divertir a muchos, incluso el señor de la playera de Toros Neza se ha levantado de su lugar para ir por una bebida, dejando ver una colección de cáscara de pepitas y bolsas de plástico debajo de su asiento. No ha terminado la lucha todavía, pero la cerveza no puede esperar. Tampoco afecta echarle un ojo a las redes sociales, así que los No-aficionados o primerizos en una función prefieren su celular.

«¡Así los quiero ver, calladitos!», sentencia Espíritu Negro, y el público empieza a chiflarle. Logró animar, especialmente, a un hombre en primera fila que se burla de Bengala, quien porta una máscara de tigre con peluche en el mentón, gritándole «¡Zu-cari-tas! !Zu-cari-tas!», lo cuál le saca algunas risas al público.

Tras una leve repartición de pierrotazos, Espíritu celebra: «¡Y arriba el América!». Tras lo que parece un insulto, llueven sólo ofensas, porque se prohíbe lanzar objetos al ring. Ganas no faltan. Y es que hoy no se lucha, se actúa. En el ring se escenifica una comedia, lo niños se ríen de los movimientos chuscos de Espíritu Negro imitando a los movimientos de artes marciales de Sensei, pero los aficionados mayores están enfurecidos. ¡Ya ponte a luchar, cabrón! ¡Rómpele su madre! ¡Pinches putos!

Comienzan a luchar. Después de una quebradora, retumba la arena. Bengala hace un vuelo, pero antes se persigna. Tras una serie de movimientos de buena técnica, vuelven a la comedia. Camorra se «enfrenta» a un aficionado que le grita ofensas. Va hasta su lugar y se paran frente a frente, pero al ver la masa muscular del luchador de cerca, el joven se ríe y toma asiento. Luego, mientras el resto se enfrenta en el ring, Camorra se sienta en las piernas de una aficionada de la primera fila, quien no puede evitar sonrojarse. Los 210 pesos pagados por ese lugar han valido la pena.

Entre vuelos y derribes, muchos más comienzan a prestar atención. Además, siguen llegando aficionados y entre ellos más niños. La Coliseo tiene ahora un ambiente muy parecido a los domingos familiares de la México. El final es bueno. Espíritu Negro logra la sumisión de su rival con una llave que no para de sorprender al público: La tapatía. La arena aplaude la aplicación de la llave creada por Rito Romero; con ella han hecho olvidar los minutos anteriores de comedia, pero no se deja de lado de qué bando es cada uno; mientras los rudos gritan «¡RU-DOS! ¡RU-DOS!», los técnicos responden vociferando «¡PU-TOS! ¡PU-TOS!», y la exclamación se vuelve una sola. Los luchadores se despiden y vuelven a los vestidores.

La descarga de risas e insultos funciona también como una terapia sabatina para cada uno de los aficionados. Aquí no hay odio, sino desahogo. Si algo tiene la lucha libre es que al final de la función uno se siente en paz. Entre sonrisas concluye la primera lucha. De ella depende el ambiente para el resto de la noche y hoy ha empezado con muchas emociones. Llegan al ring Magia Blanca, Fiero y Retro, para enfrentar a Espanto Jr., Inquisidor y Artillero. El duelo se ve interesante, pero esa es otra historia.

 

 

LA LUCHA SIGUE...
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16 comentarios en «La Arena Coliseo desde el balcón: un mundo aparte»

  1. Muy buena reseña. Me recordó a una que leí hace años en superluchas impresa, de los balcones de la México. Por cierto, si el escrito dice que es desde el balcón, pero narra lo que se ve en primera fila, es porque asi de cerca se está en la coliseo.

  2. Muy buena reseña. Me recordó a una que leí hace años en superluchas impresa, de los balcones de la México. Por cierto, si el escrito dice que es desde el balcón, pero narra lo que se ve en primera fila, es porque asi de cerca se está en la coliseo.

  3. Excelente tu crónica Bryan felicidades,;es magistral y merecida a la populosa y tradicional Arena Coliseo.Felicidades.

  4. Excelente tu crónica Bryan felicidades,;es magistral y merecida a la populosa y tradicional Arena Coliseo.Felicidades.

  5. Siempre la he visto de lejos o en frente cuando comí en una loncheria que esta abajo de ahí, algún día entrare y disfrutare lo que es la lucha mexicana, por ahora me conformo con conocerla de fuera

  6. Siempre la he visto de lejos o en frente cuando comí en una loncheria que esta abajo de ahí, algún día entrare y disfrutare lo que es la lucha mexicana, por ahora me conformo con conocerla de fuera

  7. JAJAJa típica descripción con aires de intelectual, que, creé que ha descifrado y comprendido el mundo de la Lucha Libre. La idea es validar la lucha libre como algo digno de disfrutar, «es un mundo diferente y maravilloso una vez que lo comprendes» «catarsis» y bla bla. La Lucha libre no necesita la validación de la alta cultura para ser.

  8. JAJAJa típica descripción con aires de intelectual, que, creé que ha descifrado y comprendido el mundo de la Lucha Libre. La idea es validar la lucha libre como algo digno de disfrutar, «es un mundo diferente y maravilloso una vez que lo comprendes» «catarsis» y bla bla. La Lucha libre no necesita la validación de la alta cultura para ser.

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