Kevin Nash sitúa a Scott Hall entre los cinco mejores de la historia

La muerte perdona casi todo a numerosas figuras del entretenimiento, y mientras en vida su imagen de estrella enterradora de talentos y comportamiento disoluto lo acompañaba, una vez fallecido, aquellos pecados de Scott Hall parecen haber quedado olvidados.

Kevin Nash, su mejor amigo en la industria, está siendo el gran intercesor del legado luchístico de Hall. El pasado mes, al revelar que WWE planeaba realizar un homenaje a su otrora compañero de nWo en WrestleMania 38, «Big Sexy» dio cuenta de cómo su deceso le estaba afectando. 

«Ellos [WWE] querían hacer algunas cosas. Les dije: ‘Podéis hacer lo que queráis’. Hablaron de hacer un holograma con Scott y otras cosas. Les dije: ‘Tíos, podéis hacer lo que queráis’. Dije: ‘No, no voy a decir nada malo de quien quiera hacer algo para él’. Dije: ‘Simplemente, no estoy listo’. Jod**, no he salido de mi casa. No he viajado. No he hecho ejercicio. Me jod**.

«Mucha gente dirá que era un idiota, tú sabes, que era un capullo. Nunca vi a Scott pasar por al lado de una persona sin hogar y que no le diera dinero. Fue una suerte poder haberlo conocido».

© WWE

 

► La versatilidad de Scott Hall

Durante la primera entrega del podcast ‘KLIQ This’, dedicado en su totalidad a Hall, Nash hizo particular juicio de en qué posición situaría al «Bad Guy» dentro de un hipotético ranquin de las grandes figuras de la historia del negocio. 

«Sin duda, probablemente sea uno de los cinco luchadores más talentosos […] He coincidido con todo el mundo, todos los tipos que están en el Salón de la Fama y no hay nadie mejor que Scott Hall. Nadie. Scott sabía luchar, sabía lanzar puños y patadas. Scott sabía hacer de técnico, Scott sabía hacer de rudo. Era un gran luchador por parejas. Era el ‘pack’ completo

«Creo que hacia el final [de su etapa en WWF], era ya menos Razor Ramon y más Scott Hall. Pero la cosa es que estaba tan convencido del personaje, que cada vez que íbamos a algún sitio, cualquier latino o descendiente de español, siempre hablaba en español con Scott. Todo el mundo creía que era cubano. Como Scott decía: ‘No, tío, soy de Baltimore’». 

 

 

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