Judah y Orucuta, el mismo día pero cada uno por su lado, sufrieron lesiones en la cabeza que los enviaron al quirófano.Ambos pelearon el 7 de junio, en distintos lugares, pero les fue igual de mal. Indistintamente de que perdieran el combate, vieron en peligro sus vidas.
Felipe Orucuta se desvaneció tras su combate y fue llevado de emergencia al hospital. Se le realizó una intervención quirúrgica para retirar un coágulo que se alojó en su cabeza. Esto con el fin de evitar un daño mayor. Luego se le indujo a un coma, para esperar a que su cerebro se desinflamara y evaluar los daños.
Zab Judah sufrió un daño similar. Igual debió ser operado para evitar daños cerebrales. Pero él despertó del coma un par de días después, respondió bien a los estímulo de los médicos y le dieron de alta, no sin las debidas precauciones. Libró la batalla más dura de todas (y eso que Judah sí fue campeón mundial).
Por su parte, Orucuta aún está en terapia intensiva, su proceso de sanación ha sido más largo, sin embargo, todo indica que con la ayuda de los médicos y su propio cuerpo, saldrá de la complicación.
Según reporta el Consejo Mundial de Boxeo, a través de Mauricio Sulaimán, presidente de la organización, la salud de Orucuta mejora.
«Después de los procedimientos médicos a los cuales ha sido sometido Felipe “Gallito” Orucuta, continua mostrando signos favorables de recuperación. Se mantiene el proceso para buscar disminuir la sedación y tener un reporte más completo.
En cuanto se tenga más información por parte de los médicos, se dará a conocer de forma inmediata.
Enviamos nuestros mejores deseos al ‘Gallito’, deseándole una pronta recuperación y reiterando que el CMB y la familia boxística se mantienen en su esquina.»
Sulaimán ha seguido muy de cerca el caso de Orucuta.
Los reportes indican que Judah y Orucuta mejoran y al menos en el caso de Judah, parece que no hay secuelas graves. Se espera a que por su parte, Orucuta despierte para evaluar su condición.