Jon Jones: Cuando la pelea más difícil es contigo mismo

La noche de este martes 28 de abril, el UFC por medio de su presidente Dana White, tomaron una de las decisiones más difíciles y polémicas de los últimos años, el retiro del cinturón  semicompleto al peleador número uno libra por libra del planeta.

Ahora Daniel Cormier lo reemplazará en el UFC 187 a celebrarse en Las Vegas ante  Anthony “Rumble” Johnson por el cetro vacante de los 215 libras.

No es la primera vez que Jon Jones se ve involucrado en problemas legales por su cuestionable comportamiento afuera del octágono, basta con remontarnos al 2012 en donde ya fue arrestado después de chocar su Bentley en un poste de teléfono en  Nueva York, mientras que en agosto pasado Jones y Daniel Cormier, se vieron involucrados en una pelea en el casino MGM Grand previo a su combate.

Finalmente a principios de diciembre, el excampeón dio positivo por metabolitos de cocaína durante el entrenamiento, pero se le permitió competir alegando que el test se llevó a cabo fuera de la competición oficial. Recordemos que a partir de ese incidente estuvo una noche en rehabilitación. La pregunta es, ¿una noche bastaba?

La constante relación entre el mejor peleador libra por libra del mundo, y los problemas fuera del octágono no es ajena para nadie, el último capítulo del campeón fue este domingo en donde, según varios testigos Jones se pasó un semáforo en rojo, causando un accidente de 3 autos el cual dejó como saldo una mujer embarazada lastimada.

Es importante recordar las palabras casi proféticas de su entrenador Greg Jackson, después de que Jones se convirtiera en el campeón más joven de la historia de UFC al derrotar a “Shogun” Rua en el UFC 128, en donde comentó que el único hombre que le preocupa que pueda derrotar al joven campeón era el mismo Jones.

Si nuestras acciones nos definen, es difícil entender porque Jones huyó de la escena, además con los antecedentes del campeón, ¿podríamos juzgar sus acciones de manera diferente?, lastimosamente no, ya que cuando Jones es noticia, fuera del octágono, la pregunta que viene a la mente , ¿ahora en que se habrá metido?.

Muchos de los fans del deporte se preguntan, cuanto tiempo le tomará a  Jones en destruirse a sí mismo, o cuánto tiempo le tomara para volver el camino que lo ha convertido con tan solo 27 años uno de los mejores atletas del planeta.

Tiempos drásticos piden medidas drásticas, y lo que hizo la UFC con el campeón, es consecuencia de sus acciones, como ya lo recordamos la empresa se mantuvo fiel al campeón en anteriores altercados, sin embargo el velo de invisibilidad al campeón y sus actos parece que llegaron al límite.

La palabra “delito” asociado con un campeón de UFC es la vara con la que los ejecutivos han medido el efecto de las acciones de Jones, y en donde apoyarlo no es una opción.

Para las necesidades de Jones, la ayuda profesional es necesaria, un baño de realidad es vital, junto a un nuevo círculo íntimo talvés no tan destructivo, que lo encarrile de vuelta a la grandeza que ha sabido ganarse en estos años a base de talento y esfuerzo.

LA LUCHA SIGUE...
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